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El suicidio de dos hermanas vuelve a mostrar la cara más cruda de la presión inmobiliaria

El precio medio del alquiler ha alcanzado los 1.200 euros en Barcelona.

Imagen de archivo de una mujer en el balcón de su casa ante un intento de desahucio.
Imagen de archivo de una mujer en el balcón de su casa ante un intento de desahucio. Fernando Sánchez / Europa Press

El suicidio de dos hermanas horas antes de ser desahuciadas este lunes de un piso en Barcelona por el impago de 9.000 euros en mensualidades ha vuelto a mostrar la cara más cruda de la presión inmobiliaria en una ciudad donde pese a todas las iniciativas ya adoptadas el precio medio del alquiler ha alcanzado los 1.200 euros.

Las dos mujeres tenían 64 y 54 años y dejaron de pagar el alquiler en 2021, justo cuando falleció su madre tras contraer el covid. El caso era desconocido para las ONG de ayuda a la vivienda, con las que nunca se pusieron en contacto.

Núria, la mayor de las dos, era la única que salía de casa, para hacer recados e ir a la compra, y era también la única que tenía nombre propio para los vecinos, pues la más joven llevaba "años sin salir a la calle", aseguran.

Los servicios municipales de Vivienda no hicieron un informe de vulnerabilidad de las dos personas halladas muertas porque en sus visitas "nunca pudieron contactar con nadie" ni "se respondieron los mensajes" que dejaron. Este lunes, especialistas del consistorio se han desplazado para dar apoyo psicológico a los vecinos.

"Conocía a Núria. Aunque hacía tiempo que no venía, solía comprar en la charcutería una vez al mes y charlábamos. Lo de la madre le afectó, siempre llevaba mascarilla y me pedía que mantuviéramos cierta distancia", ha relatado a EFE Dolors, propietaria de una charcutería a escasos metros del edificio.

La charcutera lamenta que el precio del alquiler en Sant Andreu ha provocado que muchas de sus clientas "se hayan ido del barrio" y que "venga mucha gente nueva, sobre todo extranjeros, que en poco tiempo se vuelven a mudar a otra parte".

"Este era un barrio muy tranquilo y se estaba muy bien, pero ahora un piso de 1.000 euros aquí debe ser terrible", ha concluido Dolors.

Álex, de Sabadell

Este es el segundo caso de suicidio por desahucio que se conoce en Cataluña en 2024, un desenlace que las entidades de defensa de la vivienda conocen bien desde hace más de una década. Antes de estas hermanas se quitó la vida Álex, vecino de Sabadell de 70 años, que tras treinta años en la misma vivienda había sido desahuciado.

Desde el Sindicat de Llogateres han condenado lo sucedido y han llamado la atención: "Los desahucios son la forma más cruda y evidente de atentar contra la vida de las clases más populares y precarizadas".

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Barcelona ha convocado para este martes a las 20:00 horas en plaza Sant Jaume una concentración bajo el lema: "No son suicidios, son asesinatos".

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