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Resultados trimestrales El negocio de la banca mejora en plena pandemia con más de 55 millones diarios en comisiones

El pinchazo de BBVA en EEUU y un recálculo a la baja de los activos fiscales diferidos de Santander sitúan en números rojos sobre el papel el resultado en los primeros nueve meses del año. Sin esos ajustes contables, el sector financiero obtiene mayores ganancias que el año pasado gracias, principalmente, al peso del cobro por servicios bancarios a los clientes.

Dos jóvenes operan en sendos cajeros automáticos de dos entidades bancarias, en la localidad malagueña de Ronda. REUTERS/Jon Nazca
Dos jóvenes operan en sendos cajeros automáticos de dos entidades bancarias, en la localidad REUTERS/Jon Nazca

La pandemia, o cuando menos sus efectos en la economía, no están afectando a la banca española en la misma medida que al conjunto de la economía: su negocio ha mejorado en los primeros nueve meses del año, los mismos en los que, con dos trimestres de caída y uno de mejora relativa, la actividad productiva del país acumula un desplome cercano al 10%, según los datos del PIB que publica el INE, que sitúan el retroceso interanual en el -8,7%.

Junto con la histórica movilización del crédito con los avales del ICO (Instituto de Crédito Oficial), cuyos principales beneficios para los bancos llegarán a partir del cuarto trimestre de este año con la generalización del cobro de las cuotas a autónomos y empresas por los préstamos, uno de los principales motivos de esa mejora se encuentra en el cobro de comisiones a los clientes por los servicios bancarios, que entre enero y septiembre alcanzaron una cuantía de 15.146 millones de euros (55 millones diarios, ó unos 2,3 millones por hora) en el conjunto del negocio global de las seis grandes entidades españolas.

Ese registro, según los datos facilitados por los seis grandes bancos del Ibex35 (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Bankinter y Sabadell) a la CNMV  (Comisión Nacional del Mercado de Valores), se sitúa en 7.232 millones en el mercado local español, prácticamente el mismo nivel que el año pasado, cuando a estas alturas del año los ingresos por comisiones sumaban 7.261.

Resulta llamativo el elevado peso de las comisiones en el negocio bancario español, en el que suponen casi la tercera parte (31%) de los 23.119 millones de euros que suma el margen bruto, que es la cifra que refleja su volumen de negocio antes de restarle gastos e impuestos, de los seis grandes bancos.

Esa porción del pastel se queda en el 23,4% en el conjunto del negocio global de la banca española, cuyas dos principales entidades, Santander y BBVA, tienen en el extranjero más del 80% de su negocio. Eso significa que los clientes soportan en España una presión a base de comisiones netamente superior a la que se da, en general, en el resto del planeta.

Asufin (Asociación de Usuarios Financieros) hizo público este viernes un informe según el cual "los bancos están reaccionando con subidas de comisiones a un Euribor en tasas históricamente bajas, incluso con cobros por operativa en ventanilla" que "suponen un paso más para alejar a los clientes de las oficinas bancarias" y que, especialmente en el caso de los consumidores vulnerables y de los de mayor edad, "contribuyen a aumentar la brecha digital".

Pérdidas contables y ganancias materiales

La lectura de los resultados acumulados de la gran banca española en los nueve primeros meses del año requiere una contextualización en la que la pandemia resulta, más allá de los efectos de los avales del ICO, más tangencial que nuclear.

El negocio ha mejorado tanto en el ámbito local como en el global, aunque formalmente parezca lo contrario como consecuencia de una serie de ajustes contables de las dos principales entidades y de una tendencia a la distribución de esas ganancias tan lógica como previsible ante la recomendación del Ecofín, respaldada por el BCE (Banco Central Europeo) y otros reguladores como el Banco de España, de no repartir dividendos mientras dure la crisis del coronavirus.

Formalmente, los seis grandes bancos españoles perdieron en su conjunto 7.734 millones de euros entre enero y septiembre de este año, aunque ese resultado es tan explicable como matizable. La ganancia conjunta asciende a 6.960 sin esos matices.

Por una parte, Santander, ante el "deterioro de las perspectivas económicas", decidió realizar un ajuste a la baja "de la valoración del fondo de comercio de algunas filiales y de activos por impuestos diferidos [futuros descuentos tributarios] por un importe de 12.600 millones de euros" que, aunque "no tuvo impacto en la posición de liquidez o riesgo del banco, y es neutro" en cuanto a su fortaleza real, convirtió contablemente una ganancia de 3.553 en una pérdida de 9.048, según explica la propia entidad en su informe de resultados.

Y, por otra, BBVA señala cómo "el resultado atribuido acumulado a cierre de septiembre de 2020 se situó en -15 millones de euros" por "el deterioro en el fondo de comercio de [una de sus filiales en] Estados Unidos". BBVA habría presentado unos beneficios acumulados de 2.069 sin esa incidencia, que el año pasado ya obligó a este banco a destinar 1.318 millones a tapar ese agujero.

Las consecuencias formales de esos ajustes contables sitúan a BBVA y a Santander como los dos bancos españoles con peores resultados acumulados en lo que va de año, con unos descomunales ‘números rojos’ que arrastran hacia las pérdidas al conjunto del sector.

Eso no ocurre en el ámbito local, en el que todos presentan beneficios y en el que, como viene ocurriendo desde hace tres años, ambos se sitúan por detrás de CaixaBank tanto en volumen de negocio como en cuantía de los beneficios, y a su vez claramente por delante de Bankínter, Sabadell y Bankia, cuya próxima fusión con la primera de esas entidades acentuará todavía más su liderazgo con la incógnita de que otras integraciones, como la eventual de BBVA y Sabadell, con Abanca en la órbita, pudiera hacerle sombra en el plano estatal.

Por otro lado, la recomendación de no repartir dividendos, procedente de las mismas autoridades europeas que al comienzo de la pandemia avalaron la puesta en marcha de las máquinas de imprimir euros y relajaron las exigencias de solvencia para facilitar la estabilidad del sistema bancario, junto con la propia actitud defensiva de las entidades, ha modificado de forma notable, y notoria, la distribución de esas ganancias.

En el negocio español, la suma de beneficios (2.266 millones) y provisiones (6.147) de los nueve primeros meses del año suma 8.413 millones, que son 531 más (+6,7%) que los 7.881 que hace ahora un año sumaban esos dos registros (5.317 y 2.564), cuyo peso proporcional en la cuenta de resultados se ha invertido.

Y ocurre lo mismo en el plano global, en el que, dejando al margen los ajustes contables de los dos grandes, los 21.539 millones de euros que sumaban el 30 de septiembre los beneficios (6.960) y las provisiones (14.579) superan en casi un 12% los 19.235 que a comienzos del otoño de 2019 suponían esos dos apuntes (10.467 y 8.768).

Vienen nuevos recortes de empleo en el sector financiero

Las declaraciones de resultados de los tres primeros trimestres del año incluyen algunas pistas sobre cómo va a ser el futuro en el sector financiero español, en el que todo apunta a que van a producirse nuevos recortes de personal tras el despido de cerca de 90.000 trabajadores en la última década.

El anuncio es directo en el caso del líder del sector, que prevé recortar plantilla en España, Reino Unido, Polonia y Portugal: "Santander habrá cumplido a finales de año y antes de lo previsto el objetivo de ahorro de costes de 1.000 millones de euros en Europa que anunció en 2019. La entidad espera reducir los costes por valor de otros 1.000 millones de euros en los próximos dos años en Europa", señala su comunicado. 

Y mientras Sabadell prepara un ERE que podría alcanzar las 2.000 bajas, distintas estimaciones apuntan que la fusión de CaixaBank y Bankia puede llevarse por delante más de 5.000 puestos de trabajo y la de Unicaja y Liberbank otros 1.500  empleos.

Esta nueva oleada de despidos llega mientras la digitalización del negocio avanza hasta superar por ese canal el 40% de las ventas en Santander y Bankia y acercarse al 60% de las operaciones en el BBVA.

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