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París se erige en la gran ciudad de acogida de los exiliados financieros de la City londinense por el brexit

La capital francesa eleva su peso como centro financiero europeo tras dar cobijo a la banca de inversión estadounidense que ha salido de Londres (JP Morgan, Bank of America, Morgan Stanley y Goldman Sachs) y a las 'Big Four' del negocio consultor.

Vista del Arco del Triunfo de París, con el distrito financiero de La Defense al fondo
Vista del Arco del Triunfo de París, con el distrito financiero de La Defense al fondo. Joel Saget / AFP

Varias de las grandes capitales europeas se han arrogado desde el mismo momento en que se celebró el referéndum del brexit en 2016 el poder de atracción de los múltiples beneficios de la City de Londres, el emblema financiero británico y del conjunto de Europa.

Pocas voces del mercado se atrevían a declararse detractoras del magnetismo que la City of London Corporation (CoLC) era capaz de generar entre los inversores internacionales. Sin embargo, la consulta popular que hizo saltar por los aires, en contra de la mayoría de los pronósticos, el vínculo británico con la UE cambió el curso de la historia y la tendencia de las finanzas internacionales.

Las advertencias siempre han estado encima de la mesa de empresarios, fondos de inversión y analistas financieros y geopolíticos. Antes de la pandemia, Mark Boleat, expresidente de la CoLC y caballero del Imperio Británico, reconoció que las dificultades que los tories ya mostraban para formalizar el divorcio de la UE se iban a llevar por delante buena parte del negocio de Londres como centro financiero europeo.

Entonces, era 2018 y Boleat apuntaba que el brexit destruiría 75.000 empleos (además de la expulsión gradual de más de 230.000 trabajadores vinculados a la City) y se cobraría, en concepto de pérdida de ingresos fiscales, más de 10.000 millones de libras anuales (unos 11.100 millones de euros).

Madrid, que encumbró al economista próximo al PP Daniel Lacalle  para atraer empresas del brexit, apenas ha acogido al 4% de las firmas que han salido de suelo británico

Al término del ejercicio 2021, y según cálculos de la multinacional de servicios profesionales Ernst & Young (EY), una de las Big Four, los activos transferidos desde la capital británica apenas superaron los 1.300 millones de libras (casi 1.500 millones de euros), el número de directivos que se recolocaron en alguna de las latitudes de la UE no llegaron a los 7.400 (un porcentaje testimonial del total de empleados) y que aportan al PIB británico el 12% de su capacidad productiva anual.

Hasta ese momento, pues, el impacto del brexit parecía un ensamblaje controlado, a pesar de los amplios vaivenes negociadores, de los tiras y aflojas a uno y otro lado del Canal de la Mancha y de las amenazas contrarreloj de británicos y europeos.

En esas fechas, un 44% de las firmas financieras decía haberse trasladado o planificar su tránsito a la UE, preferentemente, a Dublín, Ámsterdam o, en menor medida, a Luxemburgo y París. La capital holandesa tomó entonces ventaja inversora y comercial, hasta llegar a sobrepasar a la City como principal hub financiero europeo por volumen de activos, según Cboe Global Markets.

Un año después, en 2022, la inercia se dirigió a Dublín, destino del 25% de las firmas financieras que se habían despedido de la capital británica, con el ingreso en su jurisdicción de nada menos que 135 sociedades, según la consultora New Financial.

París ya se colocaba en segunda posición en la carrera por la captación del exilio financiero del brexit, con el 19% de ellas (102 firmas financieras) seguida de Luxemburgo (17%), Fráncfort (12%) y Ámsterdam (9%).

Madrid ha acabado captando el 4% (18 firmas, con Credit Suisse y la aseguradora Admiral entre las más significativas). La Comunidad llegó a nombrar al economista Daniel Lacalle como embajador del brexit para atraer el capital que hipotéticamente iba a huir de la City, en la época de Cristina Cifuentes como presidenta regional.

El acelerón de París en 2023

La capital francesa está protagonizando, ahora, el gran sorpasso. Hasta el punto de que, aunque varias de sus principales rivales ganan cuota, existe un cierto consenso de mercado en que París es, en la actualidad, el nuevo centro financiero del continente.

Esta decisión se debería, entre otras razones, porque los gigantes de la banca de inversión estadounidense (desde JP Morgan, hasta Bank of America, pasando por Morgan Stanley o Goldman Sachs) han culminado el trasladado de sus cuarteles generales a la Île-de-France, la región capitalina gala y la de mayor PIB de Europa.

París, además, ha absorbido la mayor parte de plantillas de las Big Four. Por ejemplo, Ernst & Young admitió haber recolocado a 2.800 de sus trabajadores de Reino Unido en la capital gala, frente a los 1.800 que envió a Fráncfort o a los 1.200 a Dublín.

Por su parte, el Gobierno francés cifra en 7.139 los empleos que generó en 2022 la capital directamente por efecto del brexit, con perspectivas de que se creen un millar más al año hasta 2025.

En consecuencia, miles de empleos se están moviendo a París, atraídos, además, por la fascinación por el arte, la gastronomía y la moda de la Ciudad de la Luz. No obstante, también es una de las capitales con más alta carestía de servicios y vivienda y una amalgama burocrática que hace difícil cualquier trámite administrativo, desde los educativos a los sanitarios o fiscales.

No por casualidad, el entusiasmo general de los repatriados financieros procedentes de Reino Unido se puede tornar menos gratificante con el transcurso del tiempo. Un sondeo de opinión de finales de 2022 entre 12.000 expatriados de la consultora InterNations, situó a París en el puesto 48 de su ranking de 50 ciudades con mejores condiciones para albergar nuevas oportunidades profesionales. El 71% criticó los altos costes inmobiliarios y el 35% achacó la animadversión de los parisinos a entablar amistad con residentes extranjeros.

El Gobierno francés cifra en 7.139 los empleos que generó en 2022 París por efecto del brexit

El embajador de la City de Londres, Nicholas Lyons, ha sido una de las últimas voces críticas a la labor de Downing Street en torno a la fuga financiera y de empleo por el brexit: "Necesitamos construir un dique de contención", con una "agenda más ambiciosa que nos permita restablecer nuestro aval cultura de ser un foco de atracción masivo de activos" después del divorcio de la UE.

A su juicio, "tenemos que acabar con esta relativa aversión a quedarse en la City" y prevenir a los profesionales de este sector para que "retornen" a Londres que "nunca ha dejado de ser el gran centro financiero" del Viejo Continente.

Para Lyons, "debemos reinventarnos, impulsando, por ejemplo, la industria de las start-ups bancarias y el crecimiento de los fondos de capital, que siguen al alza, mediante un diálogo institucional, inversor y empresarial que "maximice nuestros activos" o "declarando a la tecnología como nuestra principal aliada" en esta misión.

Hay vida después de Londres

Desde la óptica empresarial, París ha sabido escapar de la vorágine competitiva que ha creado el brexit. Esencialmente, hacia Ámsterdam, Dublín y Fráncfort y, en menor medida, hacia Milán, Madrid o Varsovia.

La capital gala ha sabido, en este sentido, tender puentes hacia las empresas del sector exterior con Holanda, o hacia los asesores legales, auditores y expertos en consultoría de Londres o a los analistas de mercado con sede en Fráncfort, la ciudad que alberga al BCE.

Todo ello ha sido un factor determinante para su irrupción como hub financiera preferencial, hasta superar un obstáculo que podría parecer inicialmente insalvable, el de las protestas contra el retraso en la edad de jubilación que impulsó el presidente Emmanuel Macron.

Para los jerarcas de Wall Street, la relocalización del dinero de la City debía encauzarse hacia París

Para los jerarcas de Wall Street, la relocalización del dinero de la City debía encauzarse hacia París: JP Morgan ha desplazado a la capital gala desde 2019 a más de medio millar de directivos, desde el departamento de ventas hasta traders financieros; Bank of America, a otros 600 en la última hornada, dentro de un proceso iniciado ya en 2016, el año del referéndum; Citigroup está levantando una planta adicional en su esquina financiera de la Avenida de los Campos Elíseos; Morgan Stanley avanza en la creación de su centro de investigación; y la firma Goldman Sachs ultima el traslado de su plantilla a suelo francés.

Mard d'Andlau, uno de los directivos desplazados, explicaba hace escasas fechas a la agencia Bloomberg: "París es ahora nuestro gran hub financiero en Europa, hasta el punto de que hemos superado la sensación de que si no estabas en Londres, Nueva York o Hong-Kong era como si estuvieras en remoto".

Esta tendencia también ha sido valorada por el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, quien destaca el "momento" crucial que se está viviendo con el "traslado al mercado interior de los servicios financieros británicos" en el que "París es la gran beneficiada de esta ola de relocalizaciones que se está produciendo en todos los segmentos de la industria bancaria". 

La estadística también corrobora la explosión de júbilo financiero de París. La Autoridad Bancaria Europea publicó en enero un dato revelador: el número de banqueros e inversores que ganan más de un millón de euros ha sobrepasado el 80% en relación a 2017 en un clima favorable para los negocios bancarios.   

A su vez, operadoras del mercado bursátil como Euronext (dueña de las Bolsas de Paris, Ámsterdam, Bruselas, Lisboa, Dublín y Oslo) recalcan que, desde 2018, nueve de los mayores bancos globales han incrementado sus activos en más de 1,7 billones de euros, según el BCE, lo que ha suscitado tensiones en el ámbito inmobiliario.   

La Cámara de los Notarios de París desvela que algunos apartamentos de los distritos más próximos a La Defènse, la almendra financiera parisina, se han encarecido alrededor de un 33% entre 2017 y 2022. Esto ha ocurrido muy en especial en inmuebles con más de 200 metros cuadrados.   

Mard d'Andlau: "París es ahora nuestro gran 'hub' financiero en Europa"

La capital francesa se ha granjeado una aceptación rápida y más que notable entre la mayoría de los profesionales desplazados por el brexit, que contrasta con las manifestaciones contrarias a un fenómeno que sus organizadores, los movimientos sociales galos, aseguran que incrementará aún más el coste de residir en una de las ciudades más caras de Europa.   

Niclas Pettex-Muffat, gestor de Daniel Feau Conseil Immobilier, admite en Newsweek, la revista económica de Bloomberg, que el mercado de la vivienda parisino "está extremadamente tenso" porque "resulta complicado atender a la demanda de encontrar inmuebles espaciosos con vistas a la ciudad", dice en alusión a los expatriados financieros procedentes de la City.   

Tú a Londres, yo a París

La emergencia de la ciudad francesa no solo ha captado la "percepción de error" que subyace ahora en Londres por los efectos económicos, financieros y empresariales del brexit. Y esto sucede pese a la reacción inicial del mercado, que "apostó por la recuperación plena de la soberanía de Reino Unido, sobre todo en el terreno comercial", según Stéphane Parlebas, analista de la firma de inversión Chenavari, con sede en París. Mientras, son cada vez mayores las evidencias de que, pase lo que pase con la globalización, fuera de la UE "hace más frí y la readaptación al nuevo orden económico global se hace más compleja. 

Los cambios que se avecinan ante una nada descartable fragmentación en dos bloques del libre mercado internacional de bienes, servicios y capitales parecen adivinarse con mayor nitidez en otras latitudes europeas, fuera del tradicional vanguardismo londinense de los negocios.

Así, el banco JP Morgan, pese a haber radicado en París su sala de máquinas para la UE, sopesa situar en Alemania su actividad de banca digital y captar desde la capital financiera germana el talento joven del mercado interior.

Algunos estudios hablan de una pérdida de 330.000 trabajadores de Reino Unido a partir de septiembre

Algunos estudios hablan de una pérdida de 330.000 trabajadores de Reino Unido a partir de septiembre. La economía británica parece ser, especialmente en el último año, el nuevo enfermo europeo: su PIB acaba de perder con India el quinto puesto del escalafón mundial; lleva un largo decenio de estancamiento y coqueteando con la recesión y el brexit es el responsable de una tercera parte de la subida de la inflación de los alimentos desde 2019, según un reciente estudio de la prestigiosa London School of Economics (LSE). 

Según dicho estudio, las obligadas transformaciones regulatorias del divorcio con Bruselas, los confinamientos por la covid-19 y las obstrucciones por las disrupciones de las cadenas de valor y los cuellos de botella logísticos y comerciales han añadido casi 7.000 millones de libras (algo más de 8.000 millones de euros) a la factura de alimentos frescos de los británicos entre diciembre de 2019 y marzo de 2023, lo que serían unas 250 libras (287 euros) por familia. 

Los expertos de la LSE recuerdan que, en ese periodo, cuando se cortó oficialmente el cordón umbilical entre Londres y Bruselas después de años de intentos en vano de sellar un acuerdo, los precios de los alimentos han aumentado un 25%, ocho puntos más de como se hubieran comportando si no se hubiera producido el brexit.  

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