Público
Público

La mejora del empleo dispara las cotizaciones para las pensiones a niveles históricos que superan los 150.000 millones

El récord de ocupación y los ajustes para afrontar la jubilación del 'baby boom' impugnan otro mantra neoliberal al situar los ingresos de la Seguridad Social por aportaciones de los trabajadores por encima de los 150.000 millones de euros.

La ocupación lleva varios meses estabilizada por encima de los veinte millones de trabajadores en España
La ocupación lleva varios meses estabilizada por encima de los veinte millones de trabajadores en España. PxHere

El crecimiento de las cotizaciones es, efectivamente, fuerte. Aunque lo fundamental es que el mantra de que con la subida de las cotizaciones iba a haber menos empleo ha resultado ser falso, lo mismo que las subidas del SMI solo han tenido efectos en el sector agrario pero no en el comercio ni en otros servicios", describe Octavio Granado, exsecretario de Estado de Seguridad Social y considerado uno de los principales expertos del país en esa materia.

Las previsiones de la Seguridad Social, avaladas en este caso por un organismo tradicionalmente crítico con sus planteamientos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), apuntan a unos ingresos de 152.075 millones de euros por cotizaciones de los autónomos, los asalariados y las empresas para las que trabajan estos que, en la práctica equivale a haber doblado en veinte años la recaudación de 76.159 alcanzada hace dos décadas, en 2003, en pleno inflado de la burbuja inmobiliaria.

Sin embargo, también se ha duplicado en ese periodo, y en este caso con creces, el principal componente del capítulo de gastos, que es el de las prestaciones, que pasó de los 70.141 millones de euros de 2003 a una previsión de 166.776 para este ejercicio.

Y esa evolución, con un crecimiento más acelerado en el principal concepto de gastos que en la fuente de ingresos mayoritaria, tal y como vienen recogiendo las cuentas de la Seguridad Social, obligaba a hacer un replanteamiento del sistema de pensiones para garantizar su sostenibilidad cuando comienzan a retirarse las primeras cohortes del baby boom y, cuando la experiencia pone sobre la mesa realidades como la que indica que los pensionistas que van falleciendo, liberan cantidades más bajas que las que generan los nuevos, especialmente en el caso de la jubilación. Y se mantienen vigentes durante una media de 17 años.

En ese punto, el ciclo de bonanza económica iniciado en España con la recuperación de la actividad tras los confinamientos, que ha situado por encima de los veinte millones el volumen de personas ocupadas, ha provocado un aumento de los ingresos por cotizaciones.

De hecho, el récord de ingresos por cotizaciones de la Seguridad Social se ha producido de manera simultánea a los récords de ocupación, una circunstancia que, además de resultar completamente lógica (a mayor ocupación mayor aportación), impugna el mantra neoliberal que apunta, en sentido contrario y obviando los resultados de un siglo de políticas redistributivas, que gravar la actividad económica la atasca.

Esa evolución de las aportaciones de trabajadores y empresas ha hecho que las cotizaciones permitan cubrir por sí solas más del 91% del coste de las prestaciones contributivas, que son las de jubilación, baja, viudedad y orfandad, algo que llevaba cuatro años sin ocurrir.

¿Aumenta o no la presión fiscal sobre el empleo?

"El crecimiento es fuerte, aunque está siendo menos intenso el inerte, que es el que tiene que ver con el aumento de las bases de cotización, que en el dirigido, que es el relacionado con la creación de recargos como el Mecanismo de Equidad Intergeneracional que ha entrado en vigor este año", señala Granado.

¿Esa mayor recaudación por cotizaciones sociales significa que está aumentando la presión fiscal sobre la actividad económica por esa vía?
"Su peso sobre el PIB era mayor en el periodo 2007-2008. Siempre ha sido elevado, pero ahora es menor. ¿Cómo puede decirse que subir las cotizaciones afectan negativamente al empleo cuando su peso es menor?", plantea Granado, para quien "es mentira que las cotizaciones sociales sean un impuesto contra el empleo".

Por otro lado, añade, "las cotizaciones sociales no han crecido menos que en otros países, y además han aumentado menos que los beneficios empresariales", que según los datos de la Agencia Tributaria llegaron a incrementarse el año pasado un 25%, que siempre sería siete veces más de lo que lo han hecho las aportaciones a la Seguridad Social.

"La evolución positiva de salarios y empleo impulsa las cotizaciones"

La Airef se pronuncia en términos similares a los de Granado en su reciente Informe sobre los Presupuestos Iniciales de las Administraciones cuando reseña que "las previsiones de recaudación de las cotizaciones sociales empeoran en términos de puntos de PIB por el efecto denominador", es decir, porque se comparan con una cifra mayor de actividad económica, "aunque suben en nivel al haber tenido una evolución mejor de lo previsto en los últimos meses de 2022 e inicios de 2023".

"Por el lado de los ingresos, la recaudación tributaria y las cotizaciones, aislando el resto de los efectos, han terminado el año cinco décimas por encima de lo previsto", añade el organismo de control, que anota cómo "las cotizaciones sociales reducen su peso sobre el PIB por el efecto denominador, a pesar de incrementarse".

Esa tendencia se va a mantener e incluso a mejorar, pronostican los autores del informe, ya que "para 2023 se espera una mayor aportación de las cotizaciones sociales que en el año previo" a los ingresos del Estado.

"La evolución positiva de los salarios y, en menor medida, del empleo impulsan el crecimiento de las cotizaciones en 2023", concluye, ya que para este año "se espera una contribución positiva de los salarios y del empleo al crecimiento de las cotizaciones sociales, de 4,2% y 1,2% respectivamente".

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Economía