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Los impuestos que no paga la Iglesia católica en España

La Iglesia está exenta de los principales impuestos: impuesto de bienes inmuebles (IBI), el de sociedades, el de transmisiones o el de actos jurídicos documentados.

Conferencia Episcopal Española
Miembros de la Iglesia católica en la sede de la Conferencia Episcopal, a 28 de enero de 2023. A. Vélez / EP

La Iglesia católica ha renunciado a las exenciones de los impuestos sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y los que afectan a las Contribuciones Especiales tras el pacto alcanzado entre la Conferencia Episcopal y el Ministerio de la Presidencia.

"Este acuerdo supone el fin de los privilegios fiscales de la Iglesia católica en el pago de dos impuestos. A partir de hoy, la Iglesia será tratada como cualquier entidad sin ánimo de lucro en España", ha afirmado este miércoles Félix Bolaños, ministro de la Presidencia.

Bolaños ha destacado la importancia de este acuerdo entre el Gobierno y la Iglesia católica para limitar mínimamente su impunidad fiscal. El ministro ha destacado que este acuerdo es fruto de un año de "trabajo intenso y de negociación discreta" y ha enfatizado que este acuerdo entre el Estado y la Iglesia tendrá beneficios para el erario público de los ayuntamientos y entidades locales".

En concreto, el ministro ha dicho que los ayuntamientos recaudarán a través de estos impuestos más de 16 millones de euros al año. Parece una cantidad absolutamente mínima dado que la Iglesia recauda más de 1.000 millones de euros al año, según consta en la última Memoria de Actividades de la Iglesia (PDF).

Que ahora la Iglesia vaya a pagar dos impuestos locales es un primer paso, pero el clero español sigue disfrutando de su particular paraíso fiscal, porque lo cierto es que la Iglesia española disfruta de la exención de casi todos los impuestos con la bendición de El Vaticano.

En marzo de 2021, el entonces portavoz de Europa Laica, Juanjo Picó, señalaba a Público que la Iglesia disfruta de una "exención generalizada" de impuestos. "Declara lo mínimo, tributa lo mínimo, y además lo hace con una opacidad total. Esa opacidad se la aplicamos el Gobierno, que debe ser el garante de la fiscalidad pública y publicar estos datos de forma transparente", remarcó entonces Picó.

El clero español no declara a Hacienda sus sueldos –son bajos–, y la Iglesia, en sus múltiples manifestaciones, está exenta de los impuestos principales: impuesto de bienes inmuebles (IBI), el de sociedades, el de transmisiones o el de actos jurídicos documentados. Sin embargo, sí paga el IVA desde el 2007 por la aprobación del Sistema de Asignación Tributaria.

Pero donde mejor se aprecia el privilegio fiscal del que disfruta el clero español es en la exención del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). La Iglesia no paga ni un solo euro por el IBI pese a que posee sus miles de inmuebles de todo tipo. Aquí la Iglesia se ahorra cientos de millones en impuestos.

Las exenciones fiscales de la institución católica también alcanzan a los "donativos, las colectas, los rendimientos del patrimonio mobiliario (intereses, dividendos, etcétera) e inmobiliario (alquileres, etc.) y las plusvalías generadas por ventas de patrimonio", que no deben pagar el Impuesto de Sociedades. Hay que recordar que sólo en aportaciones voluntarias de los fieles, la Iglesia recaudó 310 millones de euros en 2020.

A esa cantidad hay que sumar los 237 millones de euros que la Iglesia recibió ese mismo año como asignación tributaria por el IRPF. Esta es la mayor contradicción de todas: casi una cuarta parte de los ingresos de la Iglesia provienen de unos impuestos que la institución no paga.

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