Mejor de lo esperado tras superar la pandemia, con la crisis de suministros, la escalada de la inflación y la subida de los tipos de interés, pero con un crecimiento insuficiente. Éste es el balance que realizan los vendedores de coches de Catalunya tras conocer los resultados definitivos de las matriculaciones en esta comunidad durante 2023.

El año pasado se vendieron 118.688 turismos, una cifra que se sitúa un 16,7% por encima de la del 2022 y un porcentaje idéntico al incremento general en el Estado español, que cerró el año con 949.350 unidades comercializadas, rozando la barrera psicológica e histórica del millón de coches.

Otro factor positivo es la reducción de las emisiones de CO2 de vehículos matriculados. Desde el sector lamentan que la recuperación está siendo más lenta que en otros ámbitos estratégicos, como el turismo. Y, pese a la mayor demanda, las familias se han enfriado en su proceso de compra, lo que ha frenado los avances en la descarbonización de la movilidad.

A pesar de que en Catalunya la cuota de los vehículos eléctricos e híbridos ha escalado hasta el 14%, casi tres veces más que el 5% del 2020, este valor se sitúa bastante por debajo de la media europea, fenómeno al que se ha añadido el envejecimiento del parque automovilístico.

Fuentes de los vendedores y de los distribuidores indican que 2024 debería ser el año de la descarbonización, mediante el impulso de medidas que fomenten las matriculaciones de vehículos eléctricos, al tiempo que se saquen de la circulación a los coches más antiguos, que penalizan la reconversión de la flota.

Pese al análisis positivo por haber superado las previsiones iniciales de principios de año, Fecavem, la patronal catalana de la distribución de la automoción, alerta de que los datos todavía se mantienen por debajo de los indicadores precovid, lo que supone un camino largo aún por recorrer.

La organización, que representa a los comerciantes dedicados a la venta de vehículos en Catalunya, remarca los beneficios del plan Moves, que tiene la finalidad de sustituir a los vehículos de combustión por otros más eficientes.

Así, según las estadísticas aportadas por Fecavem, en 2020, los turismos eléctricos e híbridos enchufables no llegaban al 5% del total mercado y ahora han alcanzado una cuota que roza el 14%.

Pérdida de peso de la combustión

El portavoz y secretario general de Fecavem, Joan Blancafort, asegura que "en una perspectiva a 10 años vista, el cambio de tendencia en las motorizaciones de los turismos a lo largo de los últimos es evidente, y la pérdida de peso de las motorizaciones de combustión es una realidad".

En relación con el plan Moves, Blancafort precisa que "la gestión de las ayudas presenta problemas importantes y los pagos traen una importante demora". "Hemos detectado en los últimos meses un estancamiento de compra de eléctricos e híbridos enchufables", afirma.

Para paliar esta situación, Fecavem ve necesario revisar las ayudas del plan Moves o reformularlas en forma de subvenciones directas para agilizar la descarbonización del parque automovilístico en Catalunya, al tiempo que se potencia la electrificación.

Pese a estas disfunciones administrativas, la patronal explica que se ha incrementado la motorización híbrida. Ésta ya representa un 44% del total, cuando en 2021 sólo era de un 29%. "El crecimiento remarcable constata la existencia de una amplia oferta de modelos de turismos y la aceptación por parte de los compradores", asegura.

Los datos muestran que, desde octubre, se venden ya más coches electrificados y propulsados con gas que de combustión (gasolina y diésel). No obstante, en el global del año 2023, estos últimos siguen superando a los alternativos.

Desde la Asociación Empresarial para el Desarrollo y el Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), se apunta a que las ventas de los vehículos eléctricos e híbridos "crecen a un ritmo insuficiente para cumplir con la senda de descarbonización".

Aedive plantea la necesidad de que la Administración ponga en marcha medidas aceleradoras para impulsar esta transición. En este sentido, la entidad aboga por iniciativas como la articulación de un sistema de incentivos fiscales en la compra o planes de ayuda más eficaces para superar la barrera del precio de adquisición y dinamizar la demanda.

Además, queda una asignatura pendiente en el mercado de las motos, en el que el descenso en las adquisiciones se atribuye a la ineficacia de las ayudas, dado que en los motores de combustión, las ofertas son más competitivas.

Paralelamente, el precio elevado y una red limitada de puntos de recarga están frenando la expansión del coche eléctrico, especialmente en el entorno urbano. Por esta razón, algunas voces que reivindican una movilidad alternativa defienden la importancia de sustituir tanto el vehículo de combustión como el eléctrico por un modelo de uso compartido de los coches.

De esta forma, el ciudadano paga por su utilización, selecciona el trayecto y estudia opciones de transporte viables. Este proceso generaría una reducción de las emisiones de CO2 por el menor volumen de tráfico en las calles, carreteras y autopistas, generando menos ocupación del espacio público.