La empresa china Evergrande ha dejado a los inversores mundiales con la duda de si realizará un crucial pago de intereses, lo que aumenta el temor a que Pekín deje que los tenedores de bonos extranjeros asuman grandes pérdidas a medida que se agrava la crisis de liquidez de la empresa inmobiliaria más endeudada del mundo.

La empresa debe 305.000 millones de dólares (unos 265.000 millones de euros), se ha quedado sin liquidez y los inversores temen que una quiebra pueda acarrear riesgos sistémicos para el sistema financiero chino y repercutir en todo el mundo.

Una fecha límite de este pasado jueves para el pago de 83,5 millones de dólares en intereses de bonos pasó sin que Evergrande hiciera ningún comentario y los tenedores de bonos no habían cobrado ni tenido noticias de la empresa. La firma tiene un periodo de gracia de 30 días y entrará en impago si éste transcurre sin que se produzca el pago.

El silencio de Evergrande sobre el pago de los intereses de los bonos en dólares y otro pago de 47,5 millones de dólares que vence la próxima semana contrasta con el trato que da a sus inversores nacionales. La empresa resolvió esta semana un pago de cupón de un bono emitido en el mercado nacional en yuanes.

La situación ha provocado que Evergrande haya vivido las dos últimas jornadas bursátiles en una auténtica montaña rusa: si bien ayer se disparaba un 17,6% tras la promesa de que pagaría los bonos chinos, el hecho de que no cumpliese con la fecha para afrontar el pago de intereses de los offshore hacía que sus acciones se derrumbasen un 11,6% de este viernes.

Los problemas de liquidez del conglomerado y el mal rendimiento de algunos de sus negocios figuran entre los factores que han provocado que su valor bursátil haya caído más de un 80% desde que comenzó el año.

También los mercados europeos han cerrado a la baja por los problemas que pueda causar la crisi de la inmobiliaria china Evergrande. En España, el índice de referencia del mercado nacional, el Ibex 35, ha perdido un 0,04%, hasta 8.873,1 puntos. No obstante, en la semana gana un 1,28%, y en el conjunto del año se revaloriza el 9,9%.

El resto de bolsas europeas también han cerrado con caídas en la sesión de este viernes, del 0,38% en Londres, del 0,95% en París, del 0,72% en Fráncfort y del 0,43% en Milán.

Mientras tanto, continúa el silencio oficial en China: las autoridades siguen sin intervenir, al menos de manera pública, y el aparente desinterés de la prensa oficial por el tema contrasta con las portadas que copa desde hace días en los medios internacionales.

Algunas de las cabeceras más importantes a nivel global afirman que China ha exigido a Evergrande que no incurra en el impago de sus bonos offshore mientras que otras aseguran que Pekín está pidiendo a las autoridades locales que se preparen para la caída de la compañía. Uno de los pocos medios oficiales que se ha pronunciado abiertamente sobre el asunto es el diario nacionalista Global Times, que publicó anoche un artículo que recopila opiniones de analistas locales y asegura que las noticias sobre el caso de Evergrande y su influencia en la economía china suponen una "falta de profesionalidad".

El dilema para los responsables de política monetaria es saber con qué firmeza pueden imponer la disciplina financiera sin alimentar el malestar social, ya que un feo colapso de Evergrande podría aplastar un mercado inmobiliario que representa el 40% de la riqueza de los hogares chinos.

Las protestas de proveedores, compradores de viviendas e inversores descontentos ilustraron la semana pasada un descontento que podría extenderse en caso de que un impago desencadenara una crisis en otros promotores.

Sólo unos 20.000 millones de dólares de las deudas de Evergrande se deben al extranjero. Sin embargo, los riesgos en el país son considerables debido a los riesgos para el sector inmobiliario de China, una gran reserva de riqueza. Hasta ahora ha habido pocas señales de intervención oficial.