Las quejas y las denuncias por parte de los ciudadanos y de los sindicatos croatas han ido en aumento desde la entrada del euro en Croacia. La indignación se debe a la gran subida de precios que están experimentando las tiendas, cafeterías y las bibliotecas del país.

Hasta ahora, la inspectoría estatal ha recibido unas 60 denuncias de consumidores por subidas injustificadas de precios. El presidente de Sindicatos Croatas Independientes (HNS), Kresimir Sever, expresa que "lo que denuncian no son solo los redondeos. Parece que algunos precios, tanto en comercios grandes como los pequeños, y también de los servicios, han subido entre un 10% y 20%. Si se confirma, eso sería un terrible golpe al presupuesto doméstico".

La tarifa anual para usuarios de la red de bibliotecas de la capital, Zagreb, ha aumentado un 5,5% y los clientes ahora pagan 7 euros en vez de 6,63. Las marcas extranjeras también han experimentado un aumento de precios, como Nutella, Pringles y Coca Cola. El café ha pasado de 1,33 euros a 1,50, según las denuncias, y el pan ahora cuesta un euro en vez de 0,94 céntimos.

Croacia es uno de los cuatro países con más pobreza de la Unión Europea. Algunos medios han lamentado que para los grupos sociales más vulnerables estas subidas son "una bofetada financiera". Por esa misma razón, el ministro de Economía croata, Davor Filipovic, ha manifestado este miércoles que los comerciantes deben "frenar sus apetitos". Ha advertido, además, que el Gobierno "no va a permitir que los comerciantes engañen a los ciudadanos bajo el pretexto de la transición al euro".