Entidades sociales, lobbies económicos y sindicatos son algunos de los actores que se han pronunciado en las últimas semanas para reclamar a Govern y Parlament que aprueben unos nuevos presupuestos de la Generalitat para el próximo año. En un contexto marcado por la espiral inflacionaria y la pérdida casi generalizada de poder adquisitivo, todos coinciden en defender la aprobación de las nuevas cuentas como herramienta imprescindible para dar algo de aire a la ciudadanía y al tejido económico y social de Catalunya.

Paralelamente, se intensifica el calendario de reuniones del Govern con los tres grupos con los que puede abrir negociaciones por las cuentas -En Comú Podem, Junts per Catalunya y PSC-, tras los nuevos encuentros mantenidos esta misma semana. El acuerdo del ejecutivo de ERC con cualquiera de las tres formaciones, sin embargo, parece lejos, si bien la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà, manifestó este viernes que la intención es llevar los presupuestos al Parlament antes de terminar al año.

Vayamos por partes. El jueves se pronunciaron tanto el sindicato Metges de Catalunya como el Cercle d'Economia. En el caso del sindicato, la petición es clara: dotar de más recursos a la sanidad pública, algo que debería comportar la contratación de más personal y mejorar las condiciones de aquellos que ya trabajan en ella. Con tensiones especialmente importantes en la atención primaria, Metges de Catalunya ya ha avisado de que si no se avanza en su cumplimiento llevará a cabo "grandes movilizaciones". Horas después, el conseller de Salut, Manel Balsells, aseguró que el Departament dispondrá de 1.000 millones de euros extra con relación a este año si salen adelante las cuentas de la Generalitat. Dicho de otra forma, sin nuevos presupuestos difícilmente se verá capaz de atender las demandas de los sanitarios.

El Cercle d'Economía, a su vez, aprovechó su nota de opinión para enviar un mensaje muy claro: "es necesario aprobar unos presupuestos para que el Govern de la Generalitat pueda desempeñar sus tareas en beneficio de todos los ciudadanos". El lobby económico considera que "la única manera de sacar adelante los presupuestos es con un acuerdo entre las fuerzas políticas principales", lo que implica "una oportunidad para salir de la dinámica de bloques en la que la política catalana lleva años instalándose lada". Es decir, el Cercle aboga claramente por un entendimiento entre ERC y PSC, una opción que ha ganado peso desde el acuerdo entre el Gobierno y el Govern para derogar la sedición.

La semana pasada habían sido los sindicatos CCOO y UGT -los de mayor afiliación en Catalunya- quienes habían defendido la necesidad de unos nuevos presupuestos de la Generalitat, fundamentalmente porque abren la puerta a disponer de 3.100 millones de euros más. Para las organizaciones de trabajadores, estos recursos deberían destinarse fundamentalmente a paliar los efectos de la inflación. Previamente, ya en octubre la Taula d'Entitats del Tercer Sector Social había pedido al Govern y a los partidos políticos que "actúen con responsabilidad" para aprobar unos presupuestos "absolutamente indispensables para dar respuesta a la pobreza sobrevenida, crónica y enquistada". Gran parte del sector sufre importantes dificultades económicas.

Reuniones 'in crescendo'

Y a todo esto, ¿cómo avanzan las negociaciones? En un encuentro con los medios en Vilafranca del Penedès (Barcelona), la consellera Vilagrà aseguró este viernes que "las próximas semanas serán clave antes de que se lleve el documento [de las cuentas] a aprobación, que querrá decir que configuramos un presupuesto claro; si es necesario vernos todos los días [con los demás grupos], no será un problema". Asimismo, anunció la intención de presentarlos en el Parlament antes de acabar el año, para que se sometan a debate. "Siempre hemos dicho que queremos presupuestos, no hay ningún secreto en ello, negociamos con toda intensidad para levantar recursos y hacer frente a los problemas de la ciudadanía", añadió.

En este sentido, el calendario de encuentros para abordar las cuentas, al menos en una fase inicial de tanteo, se ha intensificado en los últimos días y el Govern ya acumula dos reuniones tanto con PSC como con Junts -obviamente por separado- y tres con En Común Podem, la última este mismo viernes. La propia titular de Economía, Natàlia Mas, ha asegurado que es con el grupo de izquierdas con quien las conversaciones están más avanzadas, si bien la formación de Jéssica Albiach reclama más ambición social a ERC y propuestas fiscales más atrevidas y redistributivas, ahora que Junts ya no está en el Govern.

Junts y PSC, por su parte, coinciden en no plantear todavía sus demandas concretas sobre las cuentas, con el argumento de que el Ejecutivo no les ha mostrado el detalle de su proyecto de presupuestos. En cualquier caso, se intuye que Junts pondrá sobre la mesa reformas fiscales regresivas -como incrementar el mínimo exento en el impuesto de patrimonio-, como ya ha defendido Jaume Giró, conseller de Economia hasta la salida de Junts del Govern. En su discurso oficial ERC mantiene que la prioridad es pactar las cuentas con Junts y En Comú Podem, pero a la vez cada semana que pasa la opción de hacerlo con los socialistas es menos tabú en la calle Calàbria de Barcelona, sede de los republicanos, sobre todo a raíz del pacto para derogar la sedición.

Las condiciones de En Comú Podem

Quien sí ha entrado al detalle es En Comú Podem, que ha enviado al Govern un documento con siete ejes, entre los que destacan la creación de un escudo social de 1.000 millones, aumentar el impuesto de viviendas vacías, subir el tramo autonómico del IRPF a las rentas más altas -entre 1 y 1,5 puntos a partir de los 120.000 euros, para incrementar la recaudación en 85 millones- y el impuesto de patrimonio, establecer un calendario para alcanzar el 25% de inversión de sanidad en atención primaria o el impulso de diversas nuevas líneas y servicios ferroviarios.

Para el diputado Joan Carles Gallego, sin Junts en el Govern "hay margen para la fiscalidad, lo que no se puede hacer en fiscalidad es no hacer nada, que es lo que quisieran algunos". El Govern se ha limitado a comentar que está abierto a analizar "todas las opciones en fiscalidad" sin valorar las propuestas concretas de los comuns. Sin embargo, en las próximas semanas los avances tendrán que empezar a ser significativos si quiere cumplir su calendario y que antes de acabar el año las cuentas se empiecen a debatir en el Parlament con opciones de ser aprobadas.