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Actualizado:El abrupto aterrizaje de Elon Musk en Twitter ha convulsionado a la compañía. El último episodio ha sido la rebelión de cientos de empleados contra su nuevo jefe: este pasado jueves hubo dimisiones en masa después del ultimátum lanzado por Musk que les instaba a trabajar duro o a abandonar la firma.
"De: DM de Ingeniería a Elon Musk. Asunto: Adiós", publicó un usuario en la red social que se identifica como ingeniero en Twitter y que tiene más de 34.000 seguidores. Centenares de trabajadores se han despedido a través de las herramientas de comunicación interna de Twitter, aceptando la oferta de Musk de recibir tres meses de sueldo si optaban por dejar su puesto, según la citada cadena.
Tras este aluvión de renuncias, Twitter cerró este pasado jueves sus oficinas. Según trasladaron fuentes de la compañía, la empresa tomo esta decisión por el temor de que algunos trabajadores "pudieran sabotear la red social". La compañía ordenó a los empleados que sigue trabajando que abandonaran las oficinas hasta el próximo lunes 21 de noviembre, informó la cadena CNN.
Además del cierre de sus sedes, Twitter ha cerrado también el acceso a las herramientas de comunicación interna y a los dispositivos de la compañía en manos de los trabajadores, tal y como hizo hace unas semanas al despedir al 50% de la plantilla.
Las dimisiones en masa han cogido con el pie cambiado a la compañía. Medios estadounidenses como The New York Times citaron fuentes internas de la compañía que confirmaron que muchos empleados han optado por abandonar y que la propia empresa está tratando de convencer a algunos de ellos para que no se marchen.
Según la información de The New York Times, el propio Musk y sus asesores más cercanos están reuniéndose con empleados a quienes consideran fundamentales para el funcionamiento de la empresa y pidiéndoles que no se marchen.
Este es el resultado del ultimátum que Musk dio a sus empleados el miércoles, en que les ofreció elegir entre dos opciones: comprometerse a trabajar largas jornadas "de forma extremadamente dura" o dejar la empresa con una indemnización de tres meses de sueldo.
El propietario de la red social envió un correo electrónico a la plantilla en el que anunció que para crear la Twitter 2.0 hará falta "trabajar muchas horas a alta intensidad" y que solo quienes ofrezcan un "desempeño excepcional" pasarán el corte.
"Si estás seguro de que quieres ser parte de la nueva Twitter, por favor pulsa sí en el enlace de debajo", señaló el mensaje, que añadió un enlace a un formulario que cada empleado puede rellenar.
"Cualquiera que no lo haya hecho para las 5pm ET de mañana (jueves) recibirá tres meses de indemnización", añade Musk, dando de plazo hasta las 17.00 del jueves, hora de Nueva York (22.00 GMT).
Uno de los empleados que ha decidido rechazar el ultimátum de Musk ha detallado a la CNN sus motivos por los que ha preferido dejar de trabajar en la compañía, asegurando que no quiere quedarse para construir "un producto que está siendo envenenado por dentro y por fuera". "La gente no quiere sacrificar su salud mental y su vida familiar para hacer más rico al hombre más rico del mundo", ha afirmado otro empleado, consultado por CNN.
En su ultimátum, el nuevo dueño de Twitter adelantó además que la empresa va a estar a partir de ahora más enfocada hacia la ingeniería y que los programadores constituirán la mayor parte de la plantilla y tendrán la mayor influencia. "En el fondo, Twitter es una empresa de software y servidores, así que creo que esto tiene sentido", apuntó el empresario.
Ante esta situación, ha crecido el temor entre los usuarios de la red social de que esta finalmente cierre, tal y como han augurado algunos extrabajadores de la compañía, que han afirmado que no existe un cupo mínimo de ingenieros a cargo de alguno de los sistemas críticos, lo que podría provocar que en algún momento la plataforma deje de funcionar.
Un caótico desembarco
Musk ha acometido ya una importante reducción de la plantilla de la red social, donde pocos días después de hacerse con el control despidió a aproximadamente la mitad de los alrededor de 7.500 empleados que tenía la empresa.
En los últimos días, el multimillonario también ha despedido a varios empleados que cuestionaron a través de la propia red social algunas de sus afirmaciones sobre el funcionamiento de Twitter.
El caótico desembarco de Musk en la compañía ha incluido además el anuncio –y posterior retirada– de nuevos servicios como la verificación de pago, que permite a cualquiera que pague ocho dólares al mes contar con el símbolo azul que hasta ahora identificaba a cuentas relevantes cuya identidad había sido confirmada.
En medio de críticas, y después de que usuarios usasen esa opción para hacerse pasar por empresas y personalidades, Twitter detuvo temporalmente este nuevo servicio, Twitter Blue, que en principio dijo que volvería a poner en marcha a finales de esta semana. A última hora del martes, Musk anunció que el relanzamiento de Twitter Blue se retrasa hasta el 29 de noviembre para garantizar que es sólido.
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