El consejero delegado de la petrolera Cepsa, Maarten Wetselaar, criticó duramente este viernes el impuesto extraordinario que el Gobierno impuso a las principales empresas energéticas españolas al que tachó de estar mal diseñado, después que arrastrara a la compañía a unas pérdidas en el primer trimestre.

El impuesto temporal, similar a otro sobre la banca, fue aprobado en diciembre, con el fin de recaudar fondos para ayudar a hacer frente a la crisis del coste de la vida. No obstante, ha enfurecido a las empresas afectadas y a patronales.

El consejero delegado de la petrolera, controlada por el fondo soberano de Abu Dhabi, Mubadala, y el estadounidense Carlyle, dijo que el impuesto tiene "más del doble de impacto" en Cepsa que en sus principales competidores en proporción al beneficio neto. "El hecho de que el impuesto extraordinario gravado a las empresas energéticas españolas haya deparado a Cepsa pérdidas según las normas internacionales de información financiera en el primer trimestre ilustra su mal diseño y su impacto desproporcionado", afirmó.

La asociación española de empresas eléctricas AELEC ha presentado un recurso contra el impuesto ante la Audiencia Nacional española. Cepsa, cuya contribución fiscal total alcanzó los 1.786 millones de
euros en el primer trimestre, de los que el 67%, es decir, 1.192 millones de euros, se pagaron en España, anunció su decisión de recurrir también este tributo especial.

El gravamen del 1,2% sobre las ventas de las empresas energéticas costará a Cepsa 323 millones de euros este año; ya ha abonado 164 millones de euros, con cargo a cuenta, aunque contablemente a imputado todo el importe en los resultados del primer trimestre. Como el impuesto solo se aplica a las operaciones españolas, tiene un mayor impacto en Cepsa, que funciona localmente, respecto a otros gigantes energéticos españoles con operaciones internacionales de mayor envergadura.

Repsol, que registró un beneficio de 1.100 millones de euros en el primer trimestre, tendrá que pagar 450 millones de euros, mientras que Iberdrola pagó 216 millones de euros, alrededor del 15% de su beneficio del primer trimestre.

Cepsa, controlada por el inversor estatal de Abu Dhabi Mubadala y la estadounidense Carlyle Group, registró unas pérdidas trimestrales de 297 millones de euros, frente a un beneficio de 265 millones de euros un año antes. El beneficio neto a coste corriente de suministros casi se triplicó, a 176 millones, impulsado por unos márgenes de refino más sólidos.

El resultado bruto de explotación ajustado (CCS Ebitda) de la petrolera controlada por Mubadala, el fondo soberano de Abu Dabi, y por el fondo anglosajón privado Carlyle, se situó en los 556 millones de euros en el primer trimestre de este ejercicio, frente a 605 millones de euros en el mismo periodo de 2022.

La cifra inversora de Cepsa ascendió a 114 millones de euros en el primer trimestre, frente a los 89 millones de euros del mismo periodo del año pasado, destinando el 30% a negocios sostenibles, frente al 17 % del primer trimestre del ejercicio anterior. Ha puesto en marcha un plan de inversión de 3.600 millones de euros para los próximos tres años, centrado en la energía sostenible y la movilidad.

Además, la petrolera continuó con la senda de desapalancamiento, reduciendo su ratio de deuda neta sobre Ebitda a 0,8 veces, impulsado por la menor deuda tras la venta de sus activos de Exploración y Producción en Abu Dabi a Total Energies, cuya aportación se incluye en los resultados hasta el 15 de marzo, fecha de cierre de la operación.