BBVA anunció el miércoles la renovación de una línea de crédito a largo plazo de 325 millones de euros para Repsol mediante el uso de la tecnología de cadena de bloques o blockchain dentro de la red del banco.

"La negociación del acuerdo (...) se ha cerrado completamente en la red blockchain de BBVA, lo que ha permitido reducir el proceso de días a horas, incorporando una total transparencia para el seguimiento y aprobación de la documentación", dijo en una nota de prensa la entidad financiera.

En un momento en el que las grandes tecnológicas están empezando a competir con la banca tradicional, especialmente en el segmento de sistemas de pagos, entidades como BBVA también están desarrollando aplicaciones avanzadas y explorando nuevas fórmulas de financiación en un sector presionado por unos tipos de interés en mínimos históricos.

BBVA añadió que esta operación abre una alianza con la petrolera dirigida por Josu Jon Imaz para explorar el potencial de esta tecnología en las finanzas corporativas.

Esta misma semana, BBVA formalizó con la tecnológica Indra el primer préstamo corporativo sobre esta tecnología que surgió paralela al auge de las criptomonedas, por un importe de 75 millones de euros.

El consejero delegado del banco, Carlos Torres, dijo el lunes en unas conferencias sobre esta tecnología en Santander que BBVA iniciaría pruebas para negociar y contratar préstamos sindicados sobre blockchain.

"Estamos trabajando en agilizar la negociación la contratación de préstamos sindicados sobre blockchain, es un proyecto pionero en la industria de BBVA, que está ya listo para entrar en pruebas", dijo Torres.

"Es más complejo que el anterior porque conlleva el que participen múltiples participantes en la red y esos múltiples participantes compartieran la información sobre el préstamo sindicado de manera transparente y confiable utilizando el blockchain".

La tecnología blockchain, acogida en una primera fase por el mundo financiero, se está extendiendo también a otros sectores económicos como el de la energía.

Funciona sobre una base de datos de transacciones distribuidas entre múltiples ordenadores que resuelve dos problemas clave en el mundo digital: hacer operaciones sin necesidad de un intermediario de confianza y garantizar que esas transacciones no puedan ser alteradas, eliminadas o revertidas posteriormente.