Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, ha anunciado que no va a dimitir de su cargo, ante los miembros convocados en la Asamblea General Extraordinaria con motivo de sus comportamiento machistas en la final del Mundial de fútbol femenino.

Pese a las múltiples peticiones de dimisión por parte de responsables políticos y representantes del mundo del fútbol, Rubiales se ha aferrado al sillón. 

El beso no consentido a Jenni Hermoso o el agarre de entrepierna que el presidente de la Federación hizo en la celebración de la victoria en Sídney han acarreado una serie de denuncias presentadas ante el Consejo Superior de Deportes o la Fiscalía.

En su mandato, Rubiales ha estado en el centro de la polémica en numerosas ocasiones, como en el escándalo por una fiesta en Salobreña supuestamente pagada con dinero de la RFEF, las comisiones por la Supercopa en Arabia Saudí, el espionaje, etcétera),  enfocado en una imagen de buen gestor del fútbol. 

La comparecencia de Luis Rubiales ante la Asamblea de la RFEF, en el siguiente enlace: 

Asimismo, la FIFA anunciaba este jueves que había abierto un procedimiento disciplinario contra el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por los hechos acaecidos durante la final de la Copa Mundial Femenina.

La histórica final en la que España se llevó el título a casa después de años de esfuerzo de las jugadoras de la Selección Española y sus antecesoras, acabó en segundo plano tras la polémica de las imágenes de Rubiales. 

Sin embargo, el hito es doble, a parte de ganar un Mundial de fútbol femenino y conquistar el espacio de las mujeres en este deporte, la sociedad ha respondido ante la vulneración de la libertad sexual a una jugadora de manera rotunda y sin ambages. Una demostración de que los pasos dados en materia de feminismo permean todas las áreas sociales.