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Los millones del City vuelven a naufragar

GUILLERMO XIMENIS (EFE)

El proyecto multimillonario del jeque Mansour bin Zayed, dueño del Manchester City desde 2008, naufragó hoy una vez más en Europa con la eliminación de los citizens en los octavos de final de la Liga de Campeones a manos del FC Barcelona. Esta es la tercera ocasión consecutiva en la que el City es incapaz de pasar más allá de la primera eliminatoria a doble partido de la Champions, tras dos temporadas en las que cayó en la fase de grupos.

Mansour, de 44 años y undécimo hijo del emir Zayed bin Sultan Al Nahyad (1918-2004), primer presidente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), aspira a emular al magnate ruso Roman Abramóvich, que ha convertido al Chelsea en uno de los equipos más temidos de Europa, pero se ha encontrado con más dificultades de las que preveía. Los azulgranas se encargaron de despertar esta temporada de su sueño continental al jeque, que no ha reparado en gastos en el último lustro para tratar de convertir a un modesto equipo del noreste de Manchester en una escuadra de élite.

En sus primeras tres temporadas como propietario del club, Mansour se gastó 930 millones de libras (1.100 millones de euros), una inyección de fondos que le sirvió para ganar la primera liga inglesa en medio siglo para los citizens (2012), pero que no ha dado frutos más allá del canal de la Mancha. En la temporada 2009-2010, el City no entró en ninguna competición continental; en la 2010-2011, no pudo pasar de los octavos de la Liga Europa, y en las dos siguientes cayó fulminado en la fase de grupos de la Champions.

Tras la millonaria inversión en jugadores, Mansour dio un giro este verano al área técnica y puso al frente del vestuario al chileno Manuel Pellegrini, un entrenador con amplia experiencia europea, pero el movimiento tampoco ha dado el resultado esperado, y en la primera eliminatoria el conjunto inglés ha vuelto a quedar fuera de la máxima competición continenal.

La trayectoria europea del City de Mansour contrasta con la del Chelsea de Abramóvich, que en las dos primeras campañas con el ruso en el palco alcanzó las semifinales de la Champions y en la quinta jugó su primera final (perdió ante el Manchester United, en 2008). Con todo, Mansour compró a un equipo que partía de más abajo que los blues: El petrolero ruso se hizo con las riendas de un equipo que había sido cuarto en la Premier la temporada anterior a su compra, mientas que el City fue noveno antes de que el jeque tomara el control.

Los citizens comparten su desgracia esta temporada con el Arsenal, que ayer fue eliminado por el Bayern de Múnich también en octavos de final, la misma ronda en la que los gunners se han atascado las últimas cuatro temporadas. Los aficionados del Emirates Stadium ven ya demasiado lejana la final de Champions que disputó el equipo de Arsène Wenger ante el Barcelona hace nueve años, en 2006 (2-1 para los azulgranas, a quienes entrenaba entonces Frank Rijkaard).

Desde aquel punto álgido, el Arsenal ha entrado en una fase complicada en la que no ha vuelto a pasar de unos cuartos de final en Europa. De hecho, el conjunto londinense no ha levantado título alguno desde que en 2005 conquistó la Copa de Inglaterra (FA Cup) en una final ante el Manchester United. Con la eliminación de los dos equipos ingleses que participaban esta semana en los encuentros de Champions, el fútbol de las islas amenaza con repetir el fracaso de la temporada pasada, cuando ningún conjunto de la Premier alcanzó los cuartos de final. El Chelsea empató a uno en Turquía ante el Galatasaray en la ida de octavos y es el que más opciones parece tener de pasar a cuartos la próxima semana, mientras que el Manchester United, que cayó 2-0 ante el Olympiacos, sufrirá para remontar ese resultado en la vuelta.

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