Mauro Entrialgo empezó publicando bajo pseudónimo en la revista de Asociaciones de Padres para meterse con los profesores. La primera vez que publicó cobrando fue con el personaje Superniña la muchacha de las tetas de acero: "Me acuerdo exactamente de lo que me pagaron, como si fuera una folclórica, 7.000 pesetas", señala Entrialgo en Otra Vuelta de Tuerka.

Más adelante sería miembro fundador de la mítica revista TMEO, que de alguna manera se enfrentó a la Cultura de la Transición hablando de temas totalmente proscritos como ETA o El Corte Inglés.

Tanto fue así, que por un anuncio de unas pegatinas con bocas abiertas de distintos personajes para poner en el retrete acabaron en la Audiencia Nacional. "A uno de nuestros repartidores por bares le paró la Guardia Civil, que nos denunció por injurias a la Corona", recuerda Mauro. Por suerte les tocó "un juez majo" que desestimó la denuncia.

Hoy, es uno de los autores de cómic de humor más importantes de los últimos veinte años en España, con una treintena de libros publicados. El costumbrismo de Angel Sefija, el gamberrismo de Herminio Bolaextra o las reflexiones sobre la sexualidad de El demonio rojo, son algunas de sus aportaciones más conocidas. De hecho, como reconoce Pablo Iglesias durante la entrevista, El demonio rojo participó en su educación sexual.

Mauro Entrialgo se dedica a contar historias y para ello utiliza distintos formatos que van desde el comic, la música, el teatro o la publicidad hasta el cine. "Yo siempre suelo decir que dibujo por tres motivos: para ganarme la vida, porque me gusta y por terapia", señala el viñetista. "Desde luego es mucho más sano eso que montar un partido político", ironiza Pablo Iglesias.

Además de su producción artística, Entrialgo se ha interesado mucho por los mecanismos que operan en la construcción humorística. De las lecturas de El chiste y su relación con el inconsciente, de Freud o Ser humorista, de Chumy Chúmez, ha extraído su particular definición de lo qué es el humor: "El humor es una forma de contar cosas que se basa en transmitir una información obviando cosas necesarias para entender el discurso que el receptor completa", sintetiza. "Toda formulación del humor se basa en obviar partes", concluye.