En tiempos en los que la reflexión ha quedado aparcada para desenfundar las armas y la única estrategia de futuro es sobrevivir al presente, el escenario de la Sala Mirador abre su telón para representar Siete segundos, una comedia crítica con el desenfrenado belicismo que atraviesa el mundo. 

"Mientras Brad pelea por su país, su mujer y sus hijos comen donuts y no intuyen nada, pero nada, absolutamente nada de lo que ocurre fuera de su pequeño mundo, allá en países lejanos. Saben que papá va de caza, caza hombres malos, pero del resto poco saben", reza la sinopsis de Siete Segundos.

Dirigida por Rubén Romero (Barcelona, 1988), la obra escrita por el dramaturgo alemán Falk Richter será representada en la madrileña Sala Mirador entre el 1 y el 10 de abril. Las entradas pueden adquirirse aquí.

Siete segundos es interpretada por Inma Almagro (Cartagena, 1995), Sato Díaz (Alcoi, 1987), Belén Landaluce (Madrid, 1996) y Pedro Rubio (Madrid, 1986). Dos actrices y dos actores para dar vida a un relato antibelicista y antiimperialista. De Kabul a Kiev, esta obra pretende pararse en mitad de las trincheras y mirar alrededor en busca de un discurso en el que no se ponga por delante la violencia. 

Una obra posmoderna sobre el capitalismo, el consumismo y las guerras. En plena invasión rusa de Ucrania, en plenos bombardeos diarios de Yemen sobre Arabia Saudí, en plena consolidación del poder de los talibanes en Afganistán. La guerra es el único negocio que nunca para.

La obra plantea una crítica a las guerras y a "los canallas que las hacen", como diría Julio Anguita. Una comedia satírica que pretende que el espectador evite cambiar de canal cuando se le ponen delante los horrores de un conflicto bélico. Todos sabemos que las guerras existen y todos preferimos mirar hacia un lugar más amable.