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Raphael, el rey del Teatro Real

El cantante de Linares ofreció este miércoles un concierto en el Teatro Real de Madrid en el inicio de su nueva gira mundial 'Sinphonico'. Acudieron al auditorio 1.700 personas, cubriendo el aforo completo. El artista interpretó anoche clásicos como 'Digan lo que digan' o 'Como yo te amo'.

Raphael, durante su actuación en el Teatro Real de Madrid./ EFE/ KIKO HUESCA

EFE/JAVIER HERRERO

MADRID.- Qué bien le sienta a Raphael el Teatro Real y cómo le calan a este magno recinto los temas del de Linares, que ha vivido allí una noche apoteósica para su carrera, con un completísimo compendio de la misma, gran oropel sinfónico para sus joyas de la corona y todos los aplausos que se pueda uno imaginar.

Encuadrado en el Universal Music Festival, un ciclo que pretende llevar música popular a este escenario, después de este miércoles parece ésta en realidad una excusa innecesaria para enmarcar un concierto y un encuentro largamente atesorados y hasta inexorables, máxime tras la publicación en otoño de De amor & desamor, un álbum en el que reinterpretó sus temas con la Orquesta Sinfónica de RTVE.

Junto a ella, o más bien al frente de ella, dificílmente habrá otro artista que bajo este formato y en este lugar sea capaz de ocupar el trono del Real con el sentido musical y del melodrama necesarios. Es más, difícilmente el propio Raphael, de 72 años, vivirá otra noche así, otro hito en sus 55 años de experiencia sobre los escenarios haciendo lo que mejor sabe hacer, de él mismo.

"Es un placer estar de nuevo aquí en casa, en Madrid, y nada menos que en el Teatro Real", ha dicho ante las 1.700 personas que han cubierto el aforo completo de este inicio de la gira mundial Sinphonico, grabado para la posteridad en un DVD que se publicará para Navidad y que podrá verse antes en TVE.

Puntual a la cita, a las 21 horas, y vestido de negro riguroso, como siempre, los aplausos le preceden. Comienza con un arranque inusual, Ahora, la canción que le escribió Enrique Bunbury y que cuenta con unos versos definitorios: "De todo lo que en el mundo / yo he amado / es una canción / un teatro / y a ti".

Pronto se hace evidente cuán agradecidas son sus canciones para la ornamentación orquestal, cómo los violines se deslizan y epatan con los rápidos juegos de luces en Enamorado de la vida, cómo el arpa y el xilófono se hacen presentes en Provocación, con la que el público ya se suelta a cantar, o cómo la sección de viento hace grande Mi gran noche y delicada Se me va.

En una noche como esta, no podrían faltar las joyas de la corona, bien distribuidas para dinamizar un larguísimo concierto de casi tres horas a gran altura, pese a que en Digan lo que digan su voz se haya quedado más bien corta en el único renuncio de la velada.

Y qué más da, por otra parte, si la garganta de Raphael no es la que era, observación imprecisa e injusta cuando se le escucha entonar Yo soy aquel, Payaso o una colosal En carne viva, ya en los bises.

Sea como fuere, dispone además de otro gran talento, su aptitud para el espectáculo y la interpretación dramática. En No puedo arrancarte de mí, con su cabalgata instrumental a lomos de los trombones, se impulsa sobre una silla de oficina, mientras en Sí pero no vierte un vaso de agua sobre las tablas y con gesto afectado simula abandonarlas con la chaqueta a la espalda.

El cantante Raphael durante el concierto que ofreció este martes en el Teatro Real de Madrid, en el inicio de su nueva gira 'Sinphonico', en la que el veterano artista interpretará clásicos como 'Digan lo que digan' o 'Como yo te amo' arropado por la Orqu

El cantante Raphael durante el concierto que ofreció este martes en el Teatro Real de Madrid, en el inicio de su nueva gira 'Sinphonico', en la que el veterano artista interpretará clásicos como 'Digan lo que digan' o 'Como yo te amo' arropado por la Orquesta Sinfónica de RTVE, en una actuación que se editará en DVD./ EFE/Kiko Huesca


Probablemente le sobre algo de minutaje al largo repertorio, sobre todo en la segunda parte sinfónica, después de interpretar solo con el piano de Juan Petranera Volveré a nacer y Gracias a la vida, de Violeta Parra, únicamente a la guitarra de Juan Guevara.

Suerte que entonces, antes de ser arrastrado por la densidad de algunos cortes, aparecen otros más rumbosos y vitales como Estuve enamorado, la vibrante Detenedla ya o un Maravilloso corazón bien cargado de swing, en el que por unos instantes ocupa la dirección de la orquesta del maestro Rubén Díez.

Lo mejor, como cabía esperar, llega al final, después de En carne viva -desgarradora-, Escándalo -una fiesta-, Ámame o Qué sabe nadie.

"Os voy a echar muchísimo de menos, aunque voy a seguir viéndoles siempre que quieran, aunque solo sea para decirnos eso que sabemos muy bien", ha dicho finalmente como introducción a la imprescindible Como yo te amo, eso sí, después de que le hurtaran la otra gran joya, Yo soy aquel, que se ha quedado en el tintero pese a figurar en el repertorio previsto.

Al rey Raphael ahora le espera "un largo periplo por muchas orquestas del mundo", como ha anticipado sobre esta gira que seguirá en los próximos días por Almería (28 de agosto), Linares (29 de agosto) y Huelva (3 de septiembre)

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