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'Los que se quedan', el corte de mangas de Alexander Payne a la nostalgia

La película, presente en todas las predicciones de los Oscar, es el reencuentro del cineasta con el actor Paul Giamatti. Premiada por los críticos americanos, es un cuento de Navidad agridulce, que pretende ser "una extensión moderna de las películas de los 70".

Da’Vine Joy Randolph y el director Alexander Payne, en el rodaje.
Da’Vine Joy Randolph y el director Alexander Payne, en el rodaje. Universal Pictures

En medio de una industria que ordeña las ubres de la nostalgia e inunda los cines y las plataformas con constantes revisiones, secuelas, precuelas y oportunos biopics, por falta de ideas o por puro beneficio, el cineasta Alexander Payne se marca Los que se quedan. La película, ambientada en 1970, se parece a las películas que se hacían en los años 70, pero que desprecia ese negocio de la añoranza.

Es un cuento navideño con comedia, dolor y drama, en el que se reencuentra con el actor Paul Giamatti y que está en todas las predicciones de los Oscar.

Cineasta y actor se conocieron en 2004 rodando Entre copas (Oscar al mejor guion adaptado), una experiencia que iluminó a Payne que, desde entonces, no ha dejado de proclamar que Giamatti era el mejor actor del mundo, "es capaz de hacer que funcionen hasta los peores diálogos".

No es el caso. Los diálogos de Los que se quedan no son los mejores de la historia del cine, pero contienen la dosis justa de cinismo o humanidad, depende del momento del relato, y el actor sabe divertir y emocionar con ellos.

Da'Vine Joy Randolph, Paul GIiamatti y Dominic Sessa son los protagonistas de la película.
Da'Vine Joy Randolph, Paul GIiamatti y Dominic Sessa son los protagonistas de la película. Universal Pictures

En esta ficción, el intérprete da vida a Paul Hunham, un profesor de Historia en la Academia Barton, una escuela de Nueva Inglaterra. Gruñón y arisco, este tipo, con un ojo pipa, destila bilis cada vez que habla a los alumnos, niños ricos y consentidos de la clase privilegiada americana.

Para desgracia de algunos de ellos, este va a ser el tutor que se quede en el colegio a cuidar a los estudiantes que no vayan a pasar la Navidad con sus familias.

Es 1970, EEUU sigue enfangado en la guerra de Vietnam, donde mueren los chicos negros y pobres del país. En Barton, Paul Hunham pasará las fiestas con Mary Lamb, la jefa de cocina, y con Angus Tully, un estudiante de primer curso. Tres solitarios "en busca de una familia", de la compañía y el calor que han perdido o jamás han tenido.

El marido de Mary Lamb murió en un accidente y poco después su hijo Curtis, que estudió en el colegio gracias a una beca, fue alistado y tuvo que marchar al frente. Su madre no tenía el dinero suficiente para enviarle a la Universidad, él no puedo pedir un aplazamiento y cayó en combate.

La madre de Angus acaba de volver a casarse y quiere pasar la Navidad en pareja sin su hijo. Y Paul Hunham no tiene familia con la que estar y nunca ha tenido pareja. Es fácil imaginar qué es lo que pasa entre estos personajes.

Los que se quedan es un cuento de Navidad, una historia convencional, pero capaz de conmover cuando menos se espera. Es humana, divertida y triste, es un relato tranquilo y con unas interpretaciones estupendas, no solo de Paul Giamatti, también de Da'Vine Joy Randolph y del sorprendente debutante Dominic Sessa.

Las películas de los 70

La película, un historia sencilla y amable escrita por David Hemingson, esconde una denuncia del profundo clasismo y del racismo americanos, y un retrato del país construido sobre los privilegios del dinero, donde no todos tienen acceso a la educación.

El debutante Dominic Sessa es la sorpresa de la película.
El debutante Dominic Sessa es la sorpresa de la película. Universal Pictures

Un suelo sobre el que se mueven estos tres personajes, que se miran por encima del hombro al comienzo del relato y que terminan encontrándose cuando superan todos sus prejuicios.

Los que se quedan es, además, un ejercicio de amor por el cine en el que Alexander Payne y el equipo técnico han trabajado para crear una película que suene y que parezca una película de los años 70, "una época en la que la diversión, la luz natural, los estados de ánimo, la textura y el carácter influían en el cine", en la que la estética nacía de la historia y los personajes y no al contrario.

Aunque ha sido grabada digitalmente, Los que se quedan recuerda el aspecto visual de aquel cine. Lo mismo sucede con el sonido y con algunas decisiones de montaje, como los fundidos.

Además, Payne, persiguiendo este objetivo de "hacer una extensión moderna de las películas de los 70", ha huido de decorados y ha rodado en localizaciones reales y, por supuesto, ha sabido aprovechar la música, con temas como Time Has Come Today, de The Chambers Brothers, o Venus, de Shocking Blue; así como otros de The Allman Brothers, Andy Williams, Cat Stevens, Labi Siffre o Artie Shaw.

Y todo ello, al servicio de una película "muy humana, con un protagonista y una historia que se aproximen a la vida real más que a la vida cinematográfica" y con un actor, Giamatti, que vive en los sueños de este cineasta. "Apostaría a que puedes leer la guía telefónica y hacerla emocionante", dijo Payne a Giamatti en una entrevista con público en Omaha, en Nebraska.

El director había estado echando flores al intérprete y se emocionó tanto con ello que, después de decir que para él era el mejor actor del mundo, le lanzó aquel reto y le acercó la guía. Unos cuantos nombres y números de teléfono después, el público estaba en pie emocionado aplaudiendo.

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