Público
Público

Premios Goya: el triunfo de la fórmula comercial

La película 'La sociedad de la nieve' arrasó con doce premios y demostró el poder de un presupuesto millonario en el cine.

Juan Antonio Bayona, con el equipo de 'La sociedad de la nieve, en la gala de los Premios Goya.
Juan Antonio Bayona, con el equipo de 'La sociedad de la nieve, en la gala de los Premios Goya. Chema Moya (EFE)

Ganó la fórmula más comercial y el presupuesto millonario frente al cine independiente de autor. La sociedad de la nieve, de J. A. Bayona, se alzó con doce premios Goya, arrasó propulsada por los 60 millones de presupuesto y el poderío de la norteamericana Netflix. Gasolina que no tenían las otras películas nominadas. Todo ello en una gala que reveló la enorme cantidad de lacras que tenemos en este mundo y que dieron pie a muchas reivindicaciones.

La superproducción de Bayona arrebató premios a 20.000 especies de abejas, la ópera prima de Estibaliz Urresola. Ganadora del Oso de Plata a la mejor interpretación para su joven actriz, Sofía Otero, la película aspiraba nada menos que a quince premios Goya, pero se fue solo con tres galardones: dirección novel, guion y actriz de reparto. Todos merecidísimos y todos en manos de mujeres cineastas, dos para Urresola y uno para Ane Gabarain.

Almodóvar: "A este hombre le voy a decir lo obvio"

Gaza y la paz, la diversidad, el respeto para las personas trans, la emergencia climática, la violencia sexual y los abusos, el cine visto en el cine, la memoria histórica, la atención a los enfermos de alzhéimer y a sus cuidadores, el futuro del cine argentino y la esclavitud de la prostitución invadieron la gala de los Goya, en la que Pedro Almodóvar puso finalmente el punto sobre las íes y dedicó unas palabras a "un político presente en la sala".

Se refería, por supuesto, a Juan García-Gallardo (Vox), vicepresidente de la Junta de Castilla y León, que después de soltar su insultante opinión sobre los profesionales del cine español —"Quieren vivir de producir obras cinematográficas que no ve nadie"—, tuvo la poca elegancia de presentarse en la gran fiesta de estos profesionales. "A este hombre le voy a decir lo obvio, el dinero que los cineastas recibimos lo devolvemos con creces al Estado a través de nuestros impuestos y creamos miles de puestos de trabajo". Alguien tenía que decírselo.

Sin sorpresas en los Premios Goya

La gala de los 38 Premios Goya se cerró sin demasiadas sorpresas. David Verdaguer y Malena Alterio, ganadores en las categorías de actor y actriz protagonistas, eran apuestas cantadas, lo mismo que las galardonadas con el Goya a película iberoamericana (La memoria infinita, de Maite Alberdi), europea (Anatomía de una caída, de Justine Triet) y de animación (Robot Dreams, de Pablo Berger), todas ellas nominadas al Oscar. El premio al mejor guion adaptado para Pablo Berger fue una pequeña sorpresa, tenía contendientes poderosos.

Los miembros de la Academia de Cine reconocieron la valentía de Carme Elias mostrando públicamente la primera fase del alzhéimer que sufre y dieron el Goya a la mejor película documental a Mientras seas tú, el aquí y ahora de Carme Elias, una película dirigida por su amiga y cómplice Claudia Pinto Emperador.

José Coronado se benefició del prestigio del cineasta Víctor Erice y ganó el Goya al mejor actor de reparto por su trabajo en Cerrar los ojos, la vuelta a la pantalla grande del director de El espíritu de la colmena.

Juan Mariné, Goya de Honor

José Sacristán protagonizó uno de los momentos más cinematográficos de la noche reconociendo el valor del trabajo del veterano director de fotografía Juan Mariné, Goya de Honor de esta edición. "Premiar la labor de Juan Mariné supone el corresponder a la dedicación, al rigor, al amor que Juan le puso a su enternecedor propósito, penetrar en los secretos de la luz, hacerse cuidador de imágenes. Salvó de la destrucción y del olvido auténticas joyas de nuestro cine […]. Juan se dejó la retina en cuidar, preservar las películas. Las películas forman parte del patrimonio cultural de este país".

Con él, el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez Leite, recordando a Carmen Sevilla, Concha Velasco y Patricia Ferreira. "Siempre con nosotros", pidiendo a los espectadores que vuelvan a las salas y subrayando el enorme talento que están demostrando las mujeres cineastas de las nuevas generaciones.

Producciones independientes

Así, la noche del cine español, que celebró el Goya Internacional a Sigourney Weaver, se cerró sin sobresaltos, aunque dejó un poco huérfanas a las producciones independientes que hoy se hubieran beneficiado de algunos espectadores más si hubieran tenido un Goya en sus manos. La gran triunfadora, como bien hicieron en repetir varias veces sus creadores, ya ha tenido 150 millones de espectadores —el inmenso respaldo de los que han visto la película en la plataforma y no en el cine— y no necesitaba este empujón.

La que se auguraba como la gala de la reivindicación contra la violencia sexual y los abusos se convirtió mucho más en un grito contra el genocidio en Gaza. Por cierto, lamentable la presentación que hizo RTVE Play en la alfombra roja de los 38 Premios Goya con Inés Hernand, que no disimuló los apuros que pasó en algunos momentos. "Se va a reivindicar la violencia sexual y los abusos de poder", dijo. Afortunadamente, reaccionó pronto y añadió un forzado "para que no tengan cabida". No había pasado ni un minuto y soltó un "me ha tocado el culo sin consentimiento… es broma".

Una broma con poquísima gracia para las víctimas de violencia sexual y abusos. Tropezó unas cuantas veces más. Cierto que tuvo la honestidad de reconocer que ella no era periodista, "soy solo una intrusa". A lo mejor no es la mejor opción para un directo que pide a gritos profesionales informados.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?