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Patrice Leconte: “El egoísmo es el mal del siglo XXI”

El veterano cineasta carga contra los defectos de la burguesía francesa en su nueva película, 'No molestar', una comedia protagonizada por Christian Clavier, que interpreta un “burgués tipo”, un individuo machista, clasista, ególatra y cínico.

El director francés Patrice Leconte durante el rodaje de su última película.

BEGOÑA PIÑA

MADRID.- El cineasta Patrice Leconte ha abandonado toda sensibilidad y delicadeza para atacar, directamente en la yugular, a la burguesía francesa y destapar sus peores defectos, y ha construido en su nueva película, No molestar, el retrato de un mundo cínico y egoísta, “donde cada vez pensamos más en nosotros mismos”. Adaptación de la obra de teatro de Florian Zeller Une heure de tranquillité, el director de películas como La chica del puente, El marido de la peluquera o El hombre del tren, firma aquí una comedia de trazo mucho más grueso que otras anteriores, con Christian Clavier en el papel principal.

El veterano actor es Michel Leproux, un tipo que ansía una hora de tranquilidad para escuchar un disco de jazz que ha encontrado en un mercadillo. Todo en esta vida frenética de la gran ciudad se lo impide. Burgués acaparador de tópicos, es un machista sin complejos al que le da igual si su mujer le engañó en el pasado, no quiere hablar de ello ahora, solo quiere tiempo para él. Es un racista y se disgusta muchísimo cuando se entera de que los obreros que trabajan en su casa no son polacos, sino portugueses. Es un clasista, un egoísta y un ególatra, que desprecia al resto de la humanidad… “El egoísmo es el mal del siglo XXI”.

Ha dicho que su personaje es un gran egoísta ¿cree que lo es más que cualquiera de nosotros?
Es un egoísta. Aunque fuera un egoísta grande o pequeño, sí es un tipo al que vemos todos los días y que se parece a todos nosotros. Todos podemos pensar cómo reaccionaríamos en su lugar.

¿Por qué ha querido hacer esta crítica a la burguesía?
La película es una crítica a la burguesía, por supuesto. No es casualidad, desde luego, que el personaje sea un burgués, con dinero, casado con una mujer guapa, es un tipo que no se puede quejar. Me resulta divertido mostrar los defectos, como el egoísmo, en gente de esta clase social. Los burgueses son así, un tipo que no encuentra una hora para escuchar un disco piensan que los desfavorecidos no se dan cuenta de la suerte que tienen porque tienen más tiempo que él.

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El actor Christian Clavier, protagonista de 'No molestar'.

Todos se mienten y van a lo suyo, ¿así ve usted esta sociedad?
Aunque no era la principal intención de la película, sí hay en ella un mensaje de una sociedad falsa, en la que la gente de clase social alta no mira jamás alrededor y a menudo se sorprende de que todo el mundo no se parezca a ellos. Cuando vi la obra de teatro pensé que podría ser una buena película, porque esta historia refleja el mal del siglo XXI, el egoísmo, el hecho de que la gente cada vez más piensa solo en sí misma, cada vez somos más egoístas. Nos invaden el egoísmo y la soledad.

¿Ese mal está también en el cine?
Creo que sí, aunque yo lo veo desde dentro y mi opinión…

Con esta película se engancha usted a la moda de la comedia hoy en Francia. ¿Se siente heredero de esta tradición?
Efectivamente, la comedia es una tradición que se remonta a Molière y que en Francia ha tenido a menudo grandes éxitos comerciales. Los productores hoy tienen la idea de que es fácil hacerlas y las producen con gusto porque creen que tienen más posibilidades de que funcionen. A mí la comedia me permite expresar cosas libremente y con cierta ligereza, denunciar o hacer que nos riamos de muchos defectos de nuestra época. Esta película es la más contemporánea que he hecho en mi vida, es la más anclada a una época precisa porque es reflejo de cosas que ocurren ahora.

Como casi siempre, trabaja usted con actores muy conocidos, ¿tiene eso más ventajas que inconvenientes?
Todo son ventajas. No busco un cartel prestigioso, es solo que es mucho más fácil trabajar con actores buenos que con otros peores. Por otro lado, trabajar en confianza es un regalo y, sobre todo, esos intérpretes tranquilizan a los productores. Hace un par de años hice Voir la mer y trabajé con tres jóvenes, dos chicos y una chica, que eran actores no conocidos. Me encantó hacer esa película, con poco presupuesto, una historia sentimental, subversiva… ¡Fue el mayor fracaso de mi vida!

Pero usted es un cineasta de prestigio, se puede permitir esos fracasos ¿no?
Sí, aunque no a menudo, desde luego, y nunca con películas caras.

La obra de teatro la hacía Fabrice Luchini, ¿por qué Christian Clavier y no él en el cine?
Estaba cansado y Clavier es formidable, desde que empezó le observo y hoy sigue teniendo el mismo apetito para hacer comedia que al principio. No se ha cansado, le vibran los ojos, le encanta actuar.

Hablando de actores ¿hay dos Patrice Leconte: el de las películas con Jean Rochefort y el otro?
Jean Rochefort es el actor con el que he hecho más películas, siete. Me divierte pensar, como Truffaut con Antoine Doinel que decía que era él en más joven, que Jean Rochefort es yo en más viejo. Es como si a través de él consiguiera realizar mis sueños. Nos hemos encontrado. Después de las películas que he hecho con él, hemos formado una pequeña familia.

Creo que su próxima película va a ser lo contrario a una comedia…
Sí, va a ser una película oscura y triste. Rodaré en el Norte de Francia en marzo o abril. Está basada en la historia real de una mujer que organizaba loterías para ganar dinero y dárselo a los pobres y que de pronto recibió el aviso de que debía 400.000 euros a Hacienda. Hubo juicio, la condenaron y la noche de Navidad se suicidó.

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