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Matteo Garrone cuenta en 'Yo capitán' el viaje de la muerte a Europa

El cineasta se inspiró en historias reales para contar esta historia, con la que muestra el horror del viaje de refugiados y migrantes hacia Europa, enfrentándose a los mercaderes de esclavos en Libia, a las mafias, al desierto y al mar. Premiada en Venecia y San Sebastián, representa a Italia en los Oscar.

Matteo Garrone, en el rodaje de la película.
Matteo Garrone, en el rodaje de la película. Caramel Films

Un joven africano de 15 años llevó en barco, hace unos años, a 250 personas a través del Mediterráneo hasta Europa. Héroe a su pesar, obligado por las mafias a guiar la embarcación, el chico fue encarcelado nada más llegar a puerto y pasó medio año en prisión.

Ahora trabaja en un supermercado en Bélgica, donde se ha casado con una mujer africana. "Salvó a cientos de personas llevando un barco, cosa que no había hecho nunca en su vida, y acabó en la cárcel. Quizás con las leyes de hoy en día, esos seis meses serían diez años".

Esta historia y otras que conoció el cineasta Matteo Garrone le llevaron a querer contar con imágenes lo que no se había visto antes, la odisea de las personas que huyen de sus países e intentan llegar a Europa en busca de un futuro mejor.

El actor protagonista Seydou Sarr, en la aventura en el barco.
El actor protagonista Seydou Sarr, en la aventura en el barco. Caramel Films

Yo capitán es la historia de ese viaje de la muerte, en el que se enfrentan a los mercaderes de esclavos de Libia, a las mafias, al desierto y al mar. Una aventura extrema que no termina en un puerto del Viejo Continente. De hecho, aquí comienza una nueva odisea.

León de Plata a la mejor dirección y premio al mejor actor joven emergente, para Seydou Sarr, en el Festival de Venecia; Premio del Público a la mejor película europea en el Festival de San Sebastián y representante de Italia en la carrera por el Oscar, Yo capitán se ha hecho con la intención de que los jóvenes, como los protagonistas de esta historia, "puedan reflexionar y entender que a veces este viaje es un viaje de muerte, porque, aunque lo saben, no lo han visto nunca. Entonces, al verlo, quizás no emprendan ese viaje".

Anclado a la verdad

Seydou Sarr y Moustapha Fall son los protagonistas de esta historia, un relato construido sobre historias reales y en el que el cineasta explora esa peligrosa aventura de miles de kilómetros y también las emociones interiores de los personajes.

Una narración épica con escalofriantes escenas y una tensión casi insoportable en algunos momentos, pero también con bellas imágenes y paisajes espectaculares.

"La elección del lenguaje de la película fue bastante natural. Yo tenía el deseo de quedarme anclado a la verdad de las historias. Es verdad que luego lo intenté plasmar en esas imágenes que componen la película y que he construido con la ayuda directa de los protagonistas", dice Garrone, quien aclara que no tenía intención de hacer un documental.

La película muestra la odisea en el desierto.
La película muestra la odisea en el desierto. Caramel Films

"Quería introducir también elementos de ficción, de ahí que también encontramos momentos oníricos, ligados a ese deseo de contar la dimensión interior del protagonista". "Entonces, si por un lado es una especie de road movie, un viaje por África, también es un viaje interior de este chico que está viviendo su odisea, que no está exenta de heridas, de traumas interiores. Así que esta dimensión onírica también nos ha ayudado a contar los traumas y las heridas de estas personas".

La promesa de Occidente

Personas, en el caso de los jóvenes protagonistas, estudiantes de Interpretación en Senegal, que se lanzan a una aventura con la ilusión de una vida diferente y, en realidad, se están metiendo en la misma boca del infierno.

Yo capitán no es el viaje de seres humanos huyendo de la guerra o del desastre climático, es "la migración de unos jóvenes en busca de un futuro mejor. África es un continente muy joven, el 70% de la población está compuesta por jóvenes que tienen constantemente una ventana abierta a Occidente.

Ellos, debido a la globalización, debido también a las redes sociales, conocen Occidente, tienen imágenes de Occidente, y de ahí que piensen que pueden emprender este viaje en busca de esa promesa, aun a sabiendas de que pueden poner en riesgo sus vidas. "Es un tema que atañe a los Derechos Humanos", sentencia Matteo Garrone, que a través de su historia pone de manifiesto "una profunda injusticia".

"Nuestros jóvenes europeos pueden viajar y moverse libremente, pero estas personas tienen que poner en riesgo sus vidas para buscar un mejor futuro, para realizarse también a nivel laboral. Y son sueños legítimos y naturales de todos los jóvenes", denuncia el cineasta.

Detrás de los números

"Desde que llegan a puerto europeo empezaría otro viaje, otra odisea, pero yo no la contaré, aunque, desde luego, el después es un tema muy interesante", dice Garrone, que cuando acudió a San Sebastián con su película estaba ilusionado con su próximo encuentro en el Festival de Gante con el joven, auténtico protagonista de la historia del barco.

"Lo conocí en el centro de acogida en Catania, donde me contó su historia. Hasta ahora solo he hablado con él por Skype". Esa reunión y el plan de llevar la película a colegios e institutos de Senegal ocupaban entonces toda su agenda, ahora comprometida también con la carrera por el Oscar, un escaparate excepcional para cumplir con sus expectativas.

"Queríamos contar esa parte del viaje que para muchos es oculta, plasmar visualmente una historia que, si por un lado es conocida, por otro lado, no tiene una forma visual.

Queríamos hacer entender que detrás de esos números de los que se habla en los informativos hay personas con sus familias, con sus niños, y vemos que sus deseos a veces son frenados por unas leyes que obstaculizan cualquier tipo de desplazamiento".

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