Eugenio Ampudia (Melgar, 1958) ha deconstruido el Guernica para convertirlo en un espacio protegido. En el cincuenta aniversario de la muerte de Picasso, el cuadro que denunció los horrores de la guerra civil se convierte en parapeto de los ucranianos desplazados, como también podría acoger a los migrantes que se juegan la vida cruzando el Mediterráneo.

"Estamos en una situación de emergencia, con millones de personas en campos de refugiados, lo que evidencia nuestra fragilidad como occidentales. Había que mostrarlo y, para ello, recurrí al espacio íntimo de estos cuatro metros cuadrados", explica el artista vallisoletano, autor de una de las escasas obras exhibidas en ARCO con tinte político y que pone el foco sobre el conflicto bélico en el este de Europa.

Refugio 2023, expuesto en la Galería Max Estrella, reproduce las construcciones temporales de los campos de refugiados. Sin embargo, el techo, las paredes y la puerta son impresiones del cuadro de Picasso a tamaño real, despiezado en nueve secciones para levantar una caseta que pretende cuestionar el papel del arte ante el eco de los bombardeos en Ucrania.

Una tónica en el trabajo de Eugenio Ampudia, quien se cuestiona el significado de la obra de arte y el papel político de los creadores, sin eludir la crítica a las instituciones. Sorprendido por la escasez de referencias a la guerra de Ucrania en ARCO y a los migrantes en la sección Mediterráneo. Un mar redondo, sostiene que él sí ha querido reflejar el drama de quienes consiguen alcanzar la Unión Europea.

"Puede vislumbrarse en mi pieza, un refugio conceptual, pero sobre todo un espacio de protección". El Guernica, reflexiona su creador en el estand de Max Estrella, como "un espacio que se puede habitar" y que además guarda relación con "habitar el arte y la cultura", aunque también con la situación de emergencia provocada por las crisis actuales.

Por eso, justifica, no ha querido darles la espalda a los afectados. "El arte es compromiso y tenemos la obligación de enseñar nuestra mirada sobre el mundo y, si es posible, de intentar cambiarlo", concluye Eugenio Ampudia. "Porque es un sistema de comunicación adecuado para contar estas cuestiones y porque, hagas lo que hagas, el arte es político".