madrid
Es un mapa en busca del lugar más oscuro de Internet. Un recorrido por las entrañas del terror. Laura Bates ha radiografiado la misoginia que se esconde en muchas webs y foros en su ensayo Los hombres que odian a las mujeres (Capitan Swing), la ha conocido, catalogado y diseccionado para saber la forma en la que algunos hombres miran al género femenino.
Un trozo de carne que cazar en bares, un peligro con el que mantener las distancias, un cuerpo que maltratar, lo más parecido a un demonio. Así es como los hombres que protagonizan este ensayo perciben a las mujeres. "No puedo matar a todas las mujeres de la tierra, pero puedo asestar un golpe tan demoledor que les hará estremecerse hasta lo más malvado de su profundo ser", escribía Elliot Rodger, un muchacho de 22 años que en 2014 entró en un campus universitario de EEUU y mató a seis personas.
Radicalizado en foros de Internet, un chaval perdido encontró en foros misóginos la explicación a su malestar: las mujeres. Actuó con toda la violencia imaginable después de haber sido intoxicado por otros hombres. Ellos proferían mensajes de odio en chats y nunca cogieron una pistola. Rodger pasó de ser una víctima, una masculinidad que no encaja en el mundo, a un asesino despiadado.
"Había un chico de 14 años en un foro y comentó con inocencia que le gustaba una chica de su escuela y que no sabía cómo acercarse a ella. La primera respuesta fue de un hombre que dijo que tenía que violarla", asegura Laura Bates, autora del ensayo. Su investigación le ha llevado a conocer las profundidades de estos espacios, protegidos por la opacidad de sus propios usuarios.
"Para entrar en algunos chats y foros tenías que hacer un test o una entrevista. Al principio tuve que aprender su idioma y aprender el léxico que usan. Fue realmente muy triste ver con qué rapidez y con qué facilidad una persona joven, normal y desilusionada podía ser absorbida por estas formas de odio", relata la escritora a Público mediante una llamada por Zoom.
Los hombres que odian a las mujeres, además de ser un escaparate de esas ansias de violentar a las mujeres, es también un espacio de reflexión para combatirlos. Un foro de Internet puede sonar a un lugar donde cuatro gatos comparten sus fantasías misóginas, pero hay una escalada que va desde un pequeño hilo de Reddit hasta las trabas del Tribunal Supremo de los EEUU al aborto o a los mensajes de odio de Vox y Bolsonaro. "Lo que es realmente preocupante es que estos hombres no están aislados en estos pequeños chats y foros. Tenemos mucha evidencia de la influencia política de estos grupos extremistas", asegura la autora del ensayo.
La problemática da hasta para poner sobre la mesa medidas históricamente ineficaces como la prohibición, que tal vez aquí tendrían algo de sentido. "Cuando cruzan el umbral para tener un mensaje terroristas donde dicen activamente que deben masacrar mujeres, entonces sí creo que se deben tomar medidas para prohibirlos, pero no se trata de cerrar todos los espacios, empeoraríamos el problema porque legitimaríamos sus teorías de conspiración de que son perseguidos y oprimidos", apunta Bates.
Hay muchas formas de odiar a las mujeres y este ensayo analiza todas las subdivisiones. Desde incels hasta algo así como ermitaños que abandonan las relaciones sociales con ellas. Y entre esos dos extremos marginales, corrientes mucho más populares e insertadas en la sociedad. Todos estos comparten la raíz de mirar a las relaciones con las mujeres de formas parecidas y, una vez se rasca, el mismo desprecio hacia la feminidad.
"Ellos dicen que no es suficiente violar a una mujer, que hay que escucharla gritar de dolor", reconoce Bates, que ha tenido que descender hasta las profundidades de Internet para rescatar conclusiones valientes sobre la masculinidad tóxica. Es terrorífico dejar que la mente divague sobre quién invierte tiempo y energía en estos foros. ¿Tendremos todos algún conocido que odie a las mujeres de esa manera?
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