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Clint Eastwood revela su decepción con el sistema en 'Jurado nº2', su película número 40

El veterano cineasta filma un drama judicial en el que plantea un dilema moral y con el que revela su desilusión ante un sistema que no funciona. Nicholas Hoult y Toni Collette son los protagonistas del filme.

El actor Nicholas Hoult y el cineasta, durante el rodaje de la película.
El actor Nicholas Hoult y el cineasta, durante el rodaje de la película. (Warner bros.)

El sistema no funciona, los errores del pasado nos acompañan toda la vida, la presunción de inocencia es una falacia y somos incapaces de librarnos de nuestros prejuicios. La nueva película de Clint Eastwood, Jurado nº2, la número cuarenta de su filmografía, rodada a sus 94 años, es un drama judicial con un interesante dilema moral con el que el veteranísimo cineasta deja al descubierto su decepción ante el sistema judicial de EEUU.

Película tranquila, con la dosis de suspense necesaria, con una buena interpretación –de Nicholas Hoult y Toni Collette, especialmente– y una narración clásica y elegante, sello de su trayectoria como director, Jurado nº2 es un trabajo con el que Eastwood demuestra que mantiene el pulso cinematográfico, aunque aquí haya perdido la chispa.

El perfecto ciudadano americano

Primer guion de Jonathan Abrams, la historia presenta a Justin Kemp, el perfecto ciudadano americano, a quien convocan para ser jurado en un caso de asesinato. Ninguno de los citados, él tampoco, quiere cumplir con su deber cívico y todos preferirían volver tranquilamente a sus vidas. Es la primera señal que da Eastwood en la película de su cabreo con el sistema y de su desencanto con los ejemplares ciudadanos del país.

El dilema surge cuando Kemp se da cuenta de que, en realidad, el responsable de la muerte de la mujer podría ser él mismo. Y a partir de ahí se suceden los primeros planos observando las reacciones de este hombre, un 'buen' tipo que solo quiere estar con su mujer y la hija que está a punto de nacer. Si se salvará él o salvará al acusado sabiendo que es inocente es la pregunta que se hace el personaje y que el director propone a todos los espectadores.

Nicholas Hoult es el personaje protagonista de este drama judicial.
Nicholas Hoult es el personaje protagonista de este drama judicial. (Warner bros.)

Al mismo tiempo, la asistente del fiscal del distrito Faith Killebrew deja bien claro que este juicio, en su opinión un caso clarísimo de violencia machista, es la mejor baza para ganar las elecciones y ser elegida fiscal jefe. "Este caso es mi campaña". Y a él se aferra sabiendo que conseguir la condena del acusado es la puerta para conquistar el éxito.

Apuesta por el ser humano

J.K. Simmons, Kiefer Sitherland, Chris Messina y Cedric Yarbrough forman parte del equipo artístico de esta película, en la que Clint Eastwood se pasea por algún que otro agujero negro del sistema judicial, además de apuntar muy levemente al racismo instalado en el país.

"Nuestra enfermedad son nuestros secretos", dice un personaje de esta historia, que recuerda demasiado en las deliberaciones del jurado a 12 hombres sin piedad (1957), magnífica ópera prima del gran Sidney Lumet, y que recupera la trama de La mujer bajo juramento (1919), una película muda de John M. Stahl en la que una novelista célebre forma parte de un jurado en un caso por asesinato y al final se descubre que la culpable fue ella.

El cineasta revela su desilusión en esta película por el sistema que hemos construido, pero, como hizo a principios del siglo pasado Stahl, él también apuesta por el ser humano, por la honestidad de cada individuo, mujeres y hombres intentando sobrevivir su día a día, imperfectos, cegados muchas veces por sus prejuicios y su ideología, pero desprovistos de cualquier rasgo de maldad.

La zona gris 

"Creo que la gente disfrutará de esta historia. Es una película que me gustaría ver. Echa un vistazo a la zona gris, a todo lo que sucede entre el blanco y el negro de la vida cotidiana y, con suerte, te hace pensar en lo que harías en sus zapatos", ha escrito en las notas de producción Clint Eastwood, que ya ha comenzado a preparar un nuevo proyecto.

La lucha entre lo que está bien y lo que está mal, un tema recurrente en el cine de este director, reaparece también en esta película, aunque teñido de esos grises a los que él mismo hace mención. A veces lo que está mal no ha sido premeditado y a veces somos incapaces de ver lo que está bien. "Es realmente intrigante cuando un escritor coloca a un personaje en un dilema moral y este, que se desarrolla en un tribunal, es algo en lo que todos podemos imaginarnos o relacionarnos de alguna manera. Pensé que era una historia fuerte y que sería una buena película".

Toni Collete: "La historia contempla lo que está bien y lo que está mal, pero en realidad todo es gris, no hay blanco y negro"

Una película que, como ha dicho Toni Collette, habla "de tomar decisiones con las que puedes vivir. La historia contempla todo lo que potencialmente podría perder este hombre, lo que está bien y lo que está mal, pero en realidad todo es gris, no hay blanco y negro. Mi personaje, la asistente a fiscal, "sabe que si gana este juicio por asesinato, prácticamente ganará el puesto de fiscal del distrito.

Pero, a medida que comienza a darse cuenta de lo que está sucediendo y el efecto que podría tener en su caso, tiene que decidir con qué puede vivir, porque también podría perder mucho si presenta la verdad, o lo que cree que podría ser la verdad". "A veces la verdad no es justa", sentencia Clint Eastwood a través de la boda de uno de sus personajes al mismo tiempo que obliga a decidir qué es para cada uno la justicia.

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