MADRID - "El capitalismo es un sistema muy fragil que vive a través de continuas reinvenciones. Sin embargo, aunque parezca que se hunde siempre reaparece", apunta César Rendueles durante la entrevista con Pablo Iglesias. "Yo no creo que cuanto peor mejor y que el empeoramiento de las condiciones abra por sí mismo nuevas oportunidades", añade el autor de Capitalismo canalla.

César Rendueles (Gijón, 1975), es profesor de sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Ha editado textos de autores clásicos como Karl Marx, Walter Benjamin o Karl Polanyi. En 2013 publicó el exitoso Sociofobia: El cambio político en la era de la utopía digital, seleccionado como uno de los diez libros del año por el diario El País. Su último ensayo, Capitalismo canalla. Una historia personal a través de la literatura (Seix Barral), supone una crónica ficticia de la evolución del capitalismo y los dilemas políticos de nuestro tiempo mediante novelas, poesías y obras de teatro.

En la conversación con Pablo Iglesias hace un repaso de las distintas etapas históricas del capitalismo y de las implicaciones para las clases trabajadoras: desde el capitalismo mercantil y el capitalismo agrario, al capitalismo post industrial y el Estado de bienestar. Pero siempre desde un prisma que entiende al capitalismo como un personaje canalla.

Un capitalismo que, como apunta Rendueles, no deja de ser "un sistema muy loco en el que inventamos máquinas maravilllosas que nos deberían permitir repartirnos el trabajo y que sin embargo generan desempleo".

Como recuerda el autor durante la entrevista, el capitalismo y la novela comenzaron su andadura más o menos al mismo tiempo. Y en ese sentido la novela ha servido de relato movilizador del capital: "El gran éxito del neoliberalismo ha sido quebrar nuestra imaginación política y eso tiene un reflejo muy claro en términos narrativos y en el cine".

La literatura sirve en efecto para entender la subjetividad compartida, cómo pensamos, cómo nos vemos, cómo nos imaginamos. Algo que se ve claramente en el cine estadounidense de los 80 que se encargó de proyectar una imagen en la que la clase trabajadora desaparecía por completo, "con todas esas comedias de los suburbios estadounidenses donde parecía que todo el mundo era de clase media y blanco".

Sobre la coyuntura política actual, el sociólogo es de la opinión de que pase lo que pase "no tenemos derecho a ser pesimistas, estamos obligados a ser mucho más optimistas. Tenemos por delante conseguir llevar esa ilusión y aspiración de cambio político a los que peor lo están pasando con la crisis".