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Assassin’s Creed Revelations: Un final épico para una saga histórica

Ubisoft cierra la narración de la lucha entre Asesinos y Templarios, en un capítulo que viaja a la Constantinopla de un recién formado Imperio otomano

PABLO OLIVEIRA Y SILVA

Assassin's Creed Revelations marca el final de dos generaciones en la cronología de la saga de los Asesinos conectados mediante lazos genéticos. Terminan las aventuras sigilosas de Ezio Auditore y culmina la trayectoria casi onírica de Altair Ibn-La'Ahad. Ubisoft iba necesitando ya cerrar esta narración y lo hace con un capítulo final que supera a los anteriores y que tiene un argumento tan grande y una técnica tan perfecta a como se esperaba, aunque adolece de la frescura y originalidad de los primeros episodios.

La historia de Desmond Miles, cuya mente está perdida en el presente, y la de sus antepasados siglos atrás nos ha llevado a Tierra Santa durante la Tercera Cruzada y a conocer cada rincón del renacimiento italiano. Ahora Ubisoft traslada al jugador a una Constantinopla efervescente, que se presenta como una 'encrucijada del mundo', donde templarios y asesinos continúan su particular contienda.

El reto que consigue superar Ubisoft con Revelations es unir la lucha de Ezio por encontrar las llaves de la biblioteca de Masyaf para proteger los secretos de su orden de asesinos y su historia de amor con Sophía, con flashbacks que nos llevan a momentos clave en la vida de Altair en el pasado, junto a un viaje por la mente de Desmond en el Animus, la máquina que le permite estos viajes virtuales en el tiempo.

Ezio llega viejo y cansado a la capital otomana, pero con la energía suficiente como para continuar con su misión y desarrollar nuevas habilidades. Las grandes novedades en el personaje, más allá de la madurez y las canas que le otorgan los años, son que desarrolla la destreza para la fabricación de bombas y el uso de una herramienta, el gancho, que le permitirá trepar más rápido y más alto, deslizarse por tirolinas y disponer de un nuevo arma para el combate cuerpo a cuerpo. A estos detalles se le han añadido también un uso más directo de las armas secundarias y la mejora en la visión del águila, la mirada en una cuarta dimensión que desarrollan los asesinos, que ahora en Ezio se ha convertido en un sexto sentido, que le permite llevar su intuición a escalas de auténtica magia.

Esta cuarta parte es igual a los anteriores episodios de Assassin's Creed en lo que a la aventura principal se refiere. Nuevamente hay que correr, trepar y pelear e ir de un punto a otro del mapa para cumplir con las misiones que permiten avanzar en la historia argumental. Pero el juego es muy diferente en el marco de las misiones secundarias, donde ahora el título mezcla aspectos de juegos de estrategia, rol y acción, ya introducidos en el capítulo anterior, La Hermandad. Además, esta vez el asesino se ha sacudido muchas de esas historias paralelas que poco o nada tenían que aportar al argumento principal y que se arrastarban de episodios anteriores.

Junto a las clásicas misiones de sigilo y asesinato se han aumentado ahora las de la búsqueda de las llaves en estancias ocultas. Más misiones que trasladan al jugador a un Uncharted menos cinemático, en donde el juego alcanza su clímax y donde el jugador deberá desplegar todas las habilidades y técnicas aprendidas. A cambio de estos momentazos se ha perdido la posibilidad de salir fuera de la ciudad y montar a caballo. Otra novedad incide sobre el sistema de control y gestión de la ciudad. A la posibilidad de conquistar sectores para poder reparar negocios y prosperar se ha añadido ahora la dificultad de tener que defenderlos a lo largo del juego. La introducción de misiones de defensa con estrategia en tiempo real es un añadido que no convence, ya que frena el desarrollo de la partida, siendo un elemento que depende más de la suerte, que de la astucia necesaria en un auténtico juego de estrategia.

Con sus errores y aciertos, Revelations cierra el primer ciclo de esta épica saga, que ha viajado en el tiempo desde 2007 y que promete nuevas aventuras en el futuro, con nuevos personajes, en un lugar y un tiempo aún por determinar de forma oficial. Quizás una joven mujer blandirá la espada de los asesinos en la China de la dinastía Ming. Pero ésta ya es otra historia.

¡Es la bomba!

El añadido de las bombas es una de las principales mejoras del sistema de combate. Durante su aventura otomana, Ezio encontrará continuamente los componentes necesarios para la fabricación de diferentes tipos de explosivos, que podrá utilizar para derribar adversarios o, simplemente, distraerlos. Pero hay que tener cuidado con su uso, que las bombas las carga el diablo.

‘Den Defense'

La dinámica de la conquista de las torres Borgia se convierte en Revelations en un juego al estilo ‘defender la torre'. Estos puntos son ahora atacados por templarios y el jugador tendrá que defenderlos situando arqueros en los tejados y defensas en las calles para ir contrarrestando los ataques de las diferentes oleadas de enemigos que se presenten. Poca estrategia y mucha suerte en este elemento absolutamente innecesario en el juego.

¿Y Desmond?

Para dar unidad y coherencia a toda la historia de los asesinos conectados por el ADN ahora Desmond, aún comatoso, toma un mayor protagonismo. A través de cortas misiones de rompecabezas, el jugador tendrá que unir las piezas del puzzle para conocer toda la verdad en el linaje de los asesinos a través del tiempo y resucitar la mente del protagonista. Un respiro después de tantas peleas con espadas.

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