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Una vela solar llega al espacio

Los 32 metros cuadrados de ligerísimo material de LightSail ocupan ahora lo mismo que una caja de zapatos y se desplegarán el 17 de junio.

Ilustración de la vela solar LightSail en órbita de la Tierra. /THE PLANETARY SOCIETY

MALEN RUIZ DE ELVIRA

Una vela solar destinada a demostrar que funciona esta forma de propulsión y que puede tener aplicaciones interesantes en el espacio ha sido uno de los extraños compañeros de lanzamiento de un vehículo espacial militar no tripulado de Estados Unidos en una misión ultrasecreta. A bordo de un cohete Atlas V, el pasado 20 de mayo, un minisatélite de los llamados Cubesat acompañó al avión Boeing X-37B y a otros nueve minisatélites hasta despegarse de ellos y empezar a orbitar la Tierra solo. Dentro, plegada, va la LightSail de la Sociedad Planetaria, formada por cuatro piezas de un ligerísimo material llamado mylar, que ocupa una “caja de zapatos” de 10 por 30 centímetros. El satélite consta también de los módulos electrónico y de control y de varios paneles solares desplegables.

La orden de despliegue de la vela se dará, si todo va bien, el 17 de junio, a unos 700 kilómetros de altura

Por ahora, todos los instrumentos de a bordo parecen funcionar correctamente y la orden de despliegue de la vela se dará, si todo va bien, el 17 de junio, a unos 700 kilómetros de altura. El control de la misión está a cargo de la Sociedad Planetaria y es un ensayo civil científico, pero el lanzamiento fue pagado por la NASA, que colabora desde hace años en el desarrollo de esta forma de propulsión.

Las velas solares son uno de los sueños espaciales más perdurables y elegantes desde que Carl Sagan, fundador de la Sociedad Planetaria, comentara en público la idea en 1976 pero no ha sido fácil llegar a esta etapa de demostración. Se trata de una forma de propulsión que aprovecha la presión de la radiación solar, un pequeño pero continuo impulso que puede llegar a acelerar un vehículo espacial hasta alcanzar una gran velocidad. Esta primera LightSail no llegará a navegar como lo haría a mayor altura y caerá a tierra en pocos días, pero el objetivo es demostrar que funcionan los sistemas de despliegue y control de cara a un ensayo más avanzado previsto para el año que viene.

Estrictamente hablando, no es la primera vela solar de la historia. En 2010 Japón desplegó en el espacio una y obtuvo el récord Guinness por esta primicia.
En 2011 la NASA probó otra menos avanzada que la LightSail que estuvo varios días en el espacio. Ninguna de las dos sirvió para demostrar que se puede controlar la navegación con esta forma de propulsión. Mientras tanto, la Sociedad Planetaria empezó en 2009 a desarrollar su propia vela solar, que se retrasó varios años por falta de fondos (se puede donar para el proyecto en Internet) y del lanzamiento adecuado para alcanzar la altura necesaria para la misión.

La NASA tiene programados dos minisatélites con velas solares mayores que se lanzarían en 2018 a bordo del primer cohete pesado capaz de alcanzar la Luna

Louis Friedman, que ha dirigido durante varios años el proyecto, explica, que a diferencia de las velas anteriores, esta dispone de un sistema de control, de comunicación por radio y de cámaras. Le hubiera gustado haber podido situarla a mayor altura, pero no ha sido posible, señala.

El lanzamiento del año que viene será a bordo del primer cohete Falcon pesado que se pruebe y la vela solar irá acompañada de Prox-1, un pequeño satélite desarrollado para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que la observará de cerca durante su vuelo tomando datos e imágenes. Una vez más la altura orbital (poco menos de 800 kilómetros) no será la óptima pero Friedman cree que sí será suficiente para que la vela solar navegue verdaderamente por el espacio.

Mientras la LightSail sigue su camino, el interés por las velas solares aumenta. Por un lado la NASA tiene programados dos minisatélites con velas solares mayores que se lanzarían en 2018 a bordo del primer cohete pesado capaz de alcanzar la Luna (tras el Saturno V), que está ahora en desarrollo. La Linterna Lunar será un satélite que utilizará la vela como espejo para iluminar cráteres de los polos lunares en busca de agua. NEA Scout tiene por objetivo demostrar una forma barata y eficiente de explorar asteroides.

Son misiones de prueba de nuevas tecnologías y cada satélite ocupará seis unidades de cubesat

Son misiones de prueba de nuevas tecnologías y cada satélite ocupará seis unidades de cubesat. Estos minisatélites se pueden aprovechar especialmente de las velas solares porque suelen lanzarse en el mismo cohete que lleva una gran y costosa carga (como el prototipo de vehículo espacial militar en el caso actual de la LightSail) y apenas llevan propulsión tradicional para no poner en riesgo la carga.

Además, las velas solares pueden servir para quitar de en medio basura espacial. Si los satélites son lanzados con una vela solar incluida, esta se puede desplegar al final de la vida útil del satélite y frenar el satélite para que pierda altura y caiga rápidamente. También se podrían lanzar velas solares hacia determinados trozos de basura espacial. En la Universidad de Surrey (Reino Unido) tienen en proyecto un minisatélite para demostrar este posible uso de las velas solares.

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