Aunque muchos lo desconozcan, Belvis del Jarama, una pequeña localidad de la Comunidad de Madrid de poco más de 300 habitantes, esconde un enclave natural lleno de vida que está conectado con el río Jarama. Se trata de un ecosistema acuático en el que conviven numerosas especies animales y vegetales, muchas de ellas amenazadas por la falta de agua. Por eso, allí se desarrolla el Proyecto Jarama, una iniciativa de la cervecera Heineken España para devolver todo el agua que contienen las cervezas de sus marcas (Heineken, Cruzcampo, Amstel y El Águila), que elabora en su fábrica de Madrid.
Gracias a esta iniciativa, más de 500 millones de litros de agua serán compensados cada año al río Jarama de forma natural, lo que permitirá a la cervecera alcanzar el balance hídrico neutro este mismo año para hacer que su actividad en España mantenga el equilibrio del ciclo del agua sin ejercer un impacto negativo.
Más verde, más vida
Los beneficios del Proyecto Jarama, sin embargo, van mucho más allá. Esta contribución permite recuperar el ecosistema de la ribera del río y las Lagunas de Belvis, un espacio natural protegido incluido en el Catálogo de Humedales de la Comunidad de Madrid y en el Inventario Nacional de Zonas Húmedas. Así, la cervecera, de la mano de la ONG SEO/BirdLife, contribuye a enriquecer la valiosa vegetación de ribera del entorno, que incluye plantas acuáticas emergentes como juncos, álamos, chopos, fresnos, sauces y especies amenazadas en la región como el taray.
Se crean, además, las mejores condiciones para la vida de animales como el corzo, aves migratorias como la garza real, que descansan en sus viajes a África, y muchas otras especies vulnerables. Este compromiso integral con la sostenibilidad busca generar un impacto positivo en el entorno local y en las personas que residen en él, actuando en una zona que se encuentra a menos de cinco minutos de su fábrica de San Sebastián de los Reyes, la única de una gran cervecera que existe en la Comunidad de Madrid.
Dos líneas de trabajo
Heineken trabaja en este proyecto junto con instituciones como la Confederación Hidrográfica del Tajo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la Comunidad de Madrid y organizaciones no gubernamentales como SEO/Birdlife. Son alianzas que abren nuevas vías de cooperación con la administración pública, con otras empresas y ONG con el objetivo de apoyar el progreso social y económico de las comunidades e impulsar su transición verde. Las actuaciones del Proyecto Jarama se centran en la ribera del río a su paso por Belvis del Jarama, y lo hacen en torno a dos líneas de trabajo. La primera ya ha finalizado: la eliminación de un tramo del dique artificial que impedía la inundación natural de la llanura aluvial de Belvis. Ahora, cuando el río crezca, convertirá esta llanura en una laguna estacional, un nuevo depósito natural de agua que recargará el acuífero y las reservas subterráneas, mejorando la calidad del agua, y reducirá el riesgo de inundaciones.
La segunda línea de trabajo, que se desarrolla actualmente, pretende mejorar la biodiversidad de este valioso ecosistema. Para ello, Heineken España elimina residuos y plantas invasoras y exóticas como el ailanto, y las sustituye por vegetación autóctona de agua dulce. Las plantaciones incluyen especies como el lúpulo silvestre, una variedad única en la Península que crece entre sauces; el cerezo de Santa Lucía, un arbusto muy valorado en la fabricación de perfumes por el delicado aroma de sus flores; el rosal silvestre, cuyo fruto -el escaramujo- representa una de las principales fuentes de vitamina C que nos brinda la naturaleza; el lirio, planta que crece en bosques de ribera que apenas puede encontrarse en la Comunidad de Madrid, y que es muy valiosa por su capacidad para filtrar aguas contaminadas; y olmos resistentes a la grafiosis, una plaga que está exterminando uno de los árboles más emblemáticos, comunes y simbólicos de la Península Ibérica.
Nutrias en el Jarama 40 años después
La cervecera está instalando, además, cajas nido para aves insectívoras y murciélagos y colabora con la ONG SEO/Birdlife en acciones de sensibilización y conocimiento de la riqueza natural de la zona. Estas acciones mejorarán el hábitat de animales protegidos y amenazados como el aguilucho lagunero, cuya población se limitó hace unas décadas a poco más de 200 ejemplares por la pérdida de humedales; o el martín pescador, una de las aves más perjudicadas por la falta de aguas dulces en España.
También la nutria, que vuelve a verse en el Jarama después de 40 años desaparecida en la Comunidad de Madrid; especies de anfibios como la rana verde, considerada la reina de las charcas; y reptiles como el galápago leproso, la tortuga acuática autóctona de la Península Ibérica.
El valor del agua
La ambición de Heineken España por elaborar cervezas que le gusten tanto a las personas como al planeta se centra en tres batallas: lograr cero emisiones, maximizar la circularidad y proteger las fuentes de agua. Para ello, se plantea un enfoque integral que va más allá de la eficiencia y se preocupa de la circularidad del agua y el balance hídrico, teniendo en cuenta el incalculable valor del líquido elemento para la economía de cada territorio. La escasez de agua afecta a la salud, a la educación, a la igualdad, a la alimentación, a la economía e incluso al empleo de las personas.
Fruto de este compromiso, Heineken España lleva años trabajando para cuidar las fuentes de agua. Actualmente utiliza 3,37 litros de agua para elaborar un litro de cerveza y seguirá reduciendo esa cantidad para conseguir que en 2030 se limite a 2,6 litros. Sus esfuerzos para consumir menos agua se centran en los procesos de limpieza y mantenimiento en fábricas, a los que se dedican 1,8 litros de agua por litro de cerveza (un 47% menos que en 2008). Ese agua ya se trata al 100% para devolverla al entorno con la calidad necesaria, pero hay una parte, la que contiene la botella y la que se evapora en el proceso de elaboración (1,5 litros de agua por litro de cerveza), que Heineken no puede dejar de consumir. Por eso, en 2015 la cervecera se comprometió a que todas sus fábricas en España lograsen el balance hídrico neutro, buscando fórmulas capaces de reforzar los resultados de sus programas de eficiencia y circularidad. Así fue como la cervecera asumió la responsabilidad de devolver el 100% del agua que contienen sus cervezas a su fuente de origen, los ríos.
Doñana, Albufera y Jarama
Para definir estos objetivos se tomó como referencia el agua que va en cada botella de cerveza más la que se evapora en el proceso de elaboración: casi 1.500 millones de litros de agua al año para las tres cuencas hidrográficas en las que se encuentran sus fábricas de Sevilla, Jaén, Madrid y Valencia. Después, la cervecera identificó los proyectos más adecuados para ejercer un impacto positivo a largo plazo, implicando a Administraciones públicas, instituciones, ONG, colaboradores, clientes y ciudadanos para llegar más lejos.
Así surgieron los proyectos Doñana, Albufera y Jarama, tres iniciativas ubicadas en ecosistemas de alto valor ecológico que van a restituir a las cuencas de los ríos Guadalquivir, Júcar y Jarama toda el agua que contienen las cervezas elaboradas por Heineken España, permitiendo alcanzar el balance hídrico neutro en España este mismo año, casi una década antes de la fecha que se ha marcado la compañía a nivel global para países con alto estrés hídrico como España.
"Siempre pensamos y actuamos en verde"
Tal y como señala la directora de Relaciones Corporativas de Heineken España, Carmen Ponce, "en Heineken sabemos que el agua es un recurso muy valioso, porque sin agua no hay vida ni diversidad y, por supuesto, no podríamos elaborar cerveza. Por eso hace años que trabajamos para cuidar el agua, y todo lo que vive de ella, con soluciones basadas en la naturaleza que generan valor para la comunidad local".
El Proyecto Jarama ha recuperado el hábitat de un enclave natural protegido en lo que supone "un excelente ejemplo de cómo combatimos desafíos tan graves como el cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad, especialmente urgentes en España, con más H20 y menos CO2". Porque en la cervecera tienen muy claro que "sin azul no puede haber verde, y en Heineken siempre pensamos y actuamos en verde".
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