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El macho de una avispa prefiere a la orquídea como pareja sexual

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Si para cualquiera es humillante que su pareja le abandone por otro, nada tan ofensivo como cuando el otro ni siquiera es de la misma especie. Es el caso de la avispa australiana Lissopimpla excelsa, cuyo nombre en inglés lo dice todo: orchid dupe, o ingenuo de la orquídea. El ingenuo es el macho, seducido en un peculiar triángulo amoroso por el tercero en discordia, que no es otro insecto, sino una flor del género Cryptostylis que se hace pasar por avispa hembra, para seducir al incauto y lograr que disperse su polen.

Como explica en The American Naturalist un estudio dirigido por la bióloga de la Universidad Macquarie (Australia) Anne Gaskett, el disfraz está tan logrado que “los machos pueden preferir las orquídeas a las hembras, o interrumpir prematuramente una cópula con una hembra para visitar a una orquídea”. La pasión con la que el insecto se entrega es tal que termina eyaculando sobre la flor, gastando así inútilmente el potencial reproductor de su especie.

A primera vista podría parecer que, a largo plazo, la estrategia de seducción de la flor es perjudicial para ella misma, ya que reduce la propagación de su polinizador. Sin embargo, no es así: según Gaskett y sus colaboradores, las hembras son capaces también de reproducirse asexualmente, originando siempre machos. Así, cuanto más esperma se desperdicia, más aumentan los nacimientos de machos polinizadores, lo que favorece los intereses de la orquídea.

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