Barcelona
Actualizado:El congreso que JxCat celebrará finalmente el próximo mes de junio, no sin tensiones entre los partidarios de retrasarlo hasta otoño y los de mantenerlo antes del verano, abre la puerta a la reconfiguración interna del partido. Más aún con el anuncio del expresidente de la ANC Jordi Sànchez, que no repetirá como candidato a la secretaría general después de dos años en los que ha constatado que su figura no era de consenso dentro del partido. Las derivadas que se abren en torno al relevo de Sànchez y la renovación en la cúpula de la formación que ahora mismo preside Carles Puigdemont son varias, tanto en cuanto al partido como respecto a su participación en el Govern.
La retirada de Sànchez pretende evitar una confrontación abierta entre los distintos sectores del partido
Por un lado, habrá que ver si hay un solo candidato para relevar a Sànchez, como reclama el todavía secretario general, que pidió tras el anuncio "una única candidatura que dé respuesta al conjunto del partido, a la pluralidad del partido y a la riqueza de lo que representa JxCat". El objetivo es evitar una confrontación abierta entre los distintos sectores del partido, con tensiones que han provocado también un desgaste en la relación con ERC en el seno del Govern.
Otra incógnita es si el expresidente de la Generalitat dejará de estar al frente del partido, al menos orgánicamente. Pero varias fuentes de la formación apuntan a que la reorganización que se realizará en junio, en el segundo Congreso Nacional de la formación, no debería limitarse al partido y debería incluir también la esfera gubernamental. La idea es que es necesaria una mejora en la coordinación e interlocución entre los miembros del Govern en representación de Junts y la dirección del partido. Una coordinación que en este primer año del Ejecutivo algunos definen de abiertamente "deficiente" y otros de "mejorable".
El rol negociador de Sànchez
El actual Govern que preside el republicano Pere Aragonès es consecuencia del acuerdo que alcanzaron ERC y JxCat en mayo de 2021. En la recta final lo cerraron de forma muy personal el propio Jordi Sànchez y Pere Aragonès. Por eso, la marcha del actual secretario general de Junts ha despertado cierta inquietud en la esfera gubernamental y los republicanos. Sin embargo, las fuentes de los dos partidos consultadas no prevén que el proceso interno de Junts deba comportar la salida del socio del Govern, aunque cabe esperar la evolución final del proceso congresual.
Turull y Borràs se perfilan como las dos figuras más destacadas del partido para optar al relevo
Sànchez, de perfil posibilista y con acento en la gestión más allá de la confrontación, chocaba con los sectores del partido partidarios de centrarse en exclusiva en el constante embate con el Estado hasta alcanzar la independencia. Ante la proximidad de citas en las urnas, especialmente las municipales, Sànchez ha preferido desmarcarse de una reelección complicada, que hubiera podido visibilizar aún más las fracturas internas existentes y abrir algunas nuevas. También cabe sumarle el desgaste que ha sufrido en los últimos meses, que tampoco le aseguraba la reelección, pese a ser un icono como preso político y como expresidente de la ANC.
Borràs y Turull, posibles relevos
Laura Borràs y Jordi Turull se perfilan ahora como las dos figuras más destacadas del partido para optar a relevarle. Aunque ninguno de los dos lo ha dicho abiertamente, son las personas que acumulan mayor proyección y apoyo tanto entre los compañeros de filas como de las bases. Sin embargo, su divergencia –Turull proviene de la antigua Convergència mientras que Borràs entró como independiente en las listas de Junts– hace difícil prever el resultado en caso de que los dos presentaran candidatura para optar a la secretaría general.
Turull se ha dedicado toda la vida al partido mientras que Borràs entró en política en 2017 como independiente
Turull es claramente partidario de participar en el Govern e incluso mantuvo en su día conversaciones con ERC –durante los momentos más difíciles de la negociación– para tratar de desatascar la cuestión ofreciéndose como interlocutor. Finalmente Sànchez cerró el pacto con Aragonès con el llamado Acuerdo de las masías -se reunieron durante un fin de semana en dos masías catalanas- pero sin hacer partícipes a otros dirigentes, lo que le comportó algunas tensiones con Turull.
El exconseller de la Presidència durante el 1-O es un hombre de partido, militando desde 1983 en la antigua Convergència, primero en las juventudes y después en la formación como tal. En 2010 fue nombrado portavoz del grupo en el Parlament y en 2013 empezó a presidirlo. De perfil liberal, además de conseller fue portavoz del Govern de Carles Puigdemont en los últimos meses de la legislatura, antes de la aplicación del 155. Actualmente es uno de los cuatro vicepresidentes del partido.
Tras el indulto, en julio de 2021, emprendió una marcha por Catalunya. La Travessa per la Llibertat quería demostrar el agradecimiento a la ciudadanía por el apoyo recibido en prisión, pero a nadie se le escapa que el baño de masas que recibió ya situaba al político en una casilla de salida por futuras aspiraciones de liderazgo, ambiciones que fuentes de su entorno no niegan.
Laura Borràs tiene un perfil muy alejado de Turull. Proveniente del mundo académico, presidió la Institució de les Lletres Catalanes (2013-2017) antes de dar el salto a la política en las listas de JxCat como independiente. En la actual legislatura fue mucho más reacia al acuerdo de Govern, hasta el punto de que rechazó asumir su vicepresidencia, terminando en la presidencia del Parlament. Dentro del partido, ocupa la secretaría de Derechos y Libertades.
Evitar disfunciones entre Govern y partido
En cualquier caso, todas las fuentes del partido consultadas indican que parece poco factible que la nueva dirección decida que Junts se marche del Govern dejándolo en manos de ERC, al menos, antes de las elecciones municipales de mayo de 2023. El Ejecutivo es una plataforma que desde la estructura del partido consideran "fundamental" para afrontar los primeros comicios municipales de la formación política, donde quieren consolidar un partido todavía "tierno", en palabras del propio Sànchez.
Parece poco factible que la nueva dirección decida que Junts se marche del Govern
La cuestión del nuevo liderazgo depende también de la decisión que tome Puigdemont, por el momento más centrado en la presidencia del Consell per la República y la batalla judicial del exilio que en la vida de partido. Si dejara el cargo de presidente, se podría articular una doble candidatura de Turull y Borràs, pero se trata de un escenario incierto.
La conclusión parece ser que al margen de cómo termine el proceso congresual, la reorganización de la Ejecutiva de Junts no comportará la salida del Govern pero sí cambios a medio plazo, probablemente de cara al otoño. La tensión dentro del partido entre quienes defienden la gestión y quienes rechazan la continuidad autonomista ha provocado una erosión y desgaste del propio Govern.
Los cambios servirían para mejorar la conexión entre el Ejecutivo y el partido con un objetivo fundamental, disponer de una interlocución "de nivel" adecuada en la parte del Govern de Junts. Varias fuentes aseguran que el hecho de que ningún conseller forme parte del núcleo duro de la dirección del partido está generando "disfunciones por la falta de información". Aunque estas fuentes también apuntan a que hasta ahora esto también ocurría por la acumulación de información y la opacidad, o "discreción", con la que Sànchez solía trabajar.
Lo cierto es que según fuentes del Govern han sido varios los temas que ha habido que reconsiderar después de tratarlos en el seno del Ejecutivo por las tensiones generadas dentro del partido al tener toda la información a posteriori. El reciente caso del acuerdo lingüístico en el Parlament suscrito primero y congelado después por Junts sería un ejemplo.
La idea es que los temas de gestión esenciales del Govern puedan ser analizados y debatidos por el núcleo directivo de Junts antes de la toma de decisiones disponiendo de un mayor flujo de información. Para disponer de esta interlocución existen dos caminos. Por un lado, que alguno de los miembros de la nueva Ejecutiva surgida del congreso de junio se incorpore al Govern, pero del otro, también podría suponer que alguno de los actuales miembros del Govern forme parte del núcleo duro de dirección.
Una vía que choca con el hecho de que algunos de los pesos pesados de la parte de Junts al Ejecutivo son independientes, como el conseller de Economia, Jaume Giró. Y con que ninguno de los actuales miembros de partido tiene un peso específico relevante en la dirección, ni siquiera el vicepresidente, Jordi Puigneró, y no forman parte, en principio, de los principales nombres que se prevé opten a los cargos claves.
Cambios en clave de municipales
Con todo ello, la reordenación de Junts augura la primera remodelación del Govern Aragonès probablemente a partir de otoño. Además de mejorar la interlocución, los posibles relevos servirían también para readaptar la parte del Ejecutivo de Junts a la nueva realidad del partido que surja del congreso de junio, ya que la actual composición fue conformada bajo la batuta de Jordi Sànchez como secretario general.
La remodelación serviría también para liberar cargos de cara a las municipales
Resultaría lógico que la nueva persona que ocupe el cargo quiera tener a gente de su confianza en el Govern. Y finalmente, algunas fuentes también apuntan a que la remodelación de Govern serviría también para liberar a algunos miembros del partido que pueden tener un papel relevante en las elecciones municipales.
Un caso claro sería el de la consellera de Drets Socials, Violant Cervera, de origen leridano, que optaría a ser alcaldable. La salida de Cervera dejaría a Turull sin una de sus personas afines dentro del Ejecutivo. Estos comicios se ven como una prueba de fuego para la consolidación del partido, que aspira a ganar en concejales.
Si bien es cierto que la potestad para cesar o nombrar a consellers es en exclusiva del presidente de la Generalitat, es sabido que en un gobierno de coalición los cambios a petición de uno de los socios no suelen ser cuestionados y se ejecutan. Y ese sería el caso que podría plantear Junts. Lo que no quiere decir que ERC no decide aprovechar también para incorporar cambios en sus áreas.
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