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La oposición griega se niega a un gobierno de unidad sin elecciones

Nueva Democracia exige que se convoquen comicios generales para el mes de diciembre

YIANNIS MANTÁS

Si alguien creía que el problema político griego iba camino de una solución después de que saliera adelante la moción de confianza de Yorgos Papandreu, se equivocaba.

La pugna entre el Ejecutivo y el principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia, se enquistó ayer y amenaza con hundir al país más de lo que está. Papandreu, que se mostró dispuesto a dimitir ('no estoy pegado a la silla', dijo), quiere un gobierno de unidad con todos los partidos, pero no está dispuesto a adelantar las elecciones porque cree que una campaña electoral llevaría al país a la ruina, aún más si cabe, y a salir del euro.

Frente a esta postura, Antonis Samarás, líder de Nueva Democracia, se mantiene firme en su exigencia de convocar elecciones anticipadas, descartando cualquier propuesta sobre un gobierno de coalición con los socialistas de Papandreu que no conlleve un adelanto de los comicios, a poder ser a mediados de diciembre.

En estas seis semanas, dice, daría tiempo a recibir el sexto tramo de ayudas de la UE y el FMI (de 8.000 millones) y llegar a un acuerdo con las autoridades de la zona del euro sobre el segundo rescate. En la misma posición están los demás partidos parlamentarios, que ven esa salida como la única alternativa actual.

Lo curioso es que, hasta el viernes, Samarás no se oponía a la propuesta de formar un gobierno de 'salvación nacional', bajo la condición clave de que Papandreu dimitiera y que el nuevo Ejecutivo se formara de personajes extraparlamentarios. Ahora, cuando ve al Gobierno más débil que nunca, su postura es diferente. Y hoy se la expondrá al presidente de la República, Cárolos Papulias, al igual que hizo ayer Papandreu.

Mientras los dos grandes partidos siguen inmersos en sus debates sin tener en cuenta el daño que su falta de acuerdo puede tener en el euro, la Comisión Europea animó ayer a formar ese gobierno de coalición que ahora está en liza. 'El presidente (José Manuel Durão Barroso) considera que la opción ideal es un gobierno de unidad que sea capaz de aplicar lo antes posible las medidas adoptadas en la cumbre', señaló a Efe el portavoz de la Comisión, Patrizio Fiorilli.

Y, al tiempo, el ministro de Finanzas, Evángelos Venizelos, también maniobraba por su cuenta. Se reunió, afirma Reuters, con varios representantes de partidos de la oposición para intentar formar ese gobierno de coalición, aunque no dirigido por Papandreu, sino por él mismo. Llegado el caso, el primer ministro podría retirarse y apoyar a su ministro.

Hoy, en la sesión extraordinaria del Consejo de Ministros, se espera que Papandreu presente claramente los pasos que seguirá para iniciar el debate sobre este nuevo ejecutivo, que quiere formar para varios meses, aunque consciente de que nunca aguantará hasta octubre de 2013, cuando deberían celebrarse las elecciones.

Sea cual sea la fórmula, lo cierto es que el nuevo gobierno asumirá la suerte del país en un momento crucial. El país heleno debe aclarar la situación política mucho antes del 15 de diciembre, fecha en la que se agotarán los fondos de las arcas públicas. Además, es necesario que se inicien ya las negociaciones con los socios internacionales y los bancos privados, para concretar las condiciones de la quita sobre la deuda griega y el nuevo plan de rescate. Y, por supuesto, tendrá que cumplir con los compromisos que Grecia asumió en Bruselas: aprobar el presupuesto de 2012, gestionar la negociación con la troika sobre los números de 2013 y 2014 y promover el ambicioso plan de privatizaciones, que parece estancado.

Por otra parte, la oposición portuguesa anunció ayer que se abstendrá en la votación de los presupuestos para no perjudicar la viabilidad del país.

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