Los vuelos domésticos en España, viajes cortos que apenas duran una hora de trayecto, crecieron un 27% en los últimos seis años y las emisiones asociadas a estas rutas se dispararon, en ese mismo periodo, un 30%, según desvelan los datos de AENA y Eurostat recabados por Ecologistas en Acción.

Con los datos sobre la mesa, la organización conservacionista recupera el debate sobre la necesidad de impulsar una legislación que suprima los vuelos cortos, siempre que haya una alternativa para viajar en tren al mismo destino en menos de cuatro horas. 

Esta iniciativa, que ya ha sido aprobada en Francia y que ha sido reclamada por partidos políticos como Más País o Unidas Podemos, tendría un impacto importante en España, a pesar de que la mayoría de las conexiones de alta velocidad en tren están centralizadas en Madrid.

Según los cálculos de la organización ecologista, se podrían sustituir 50.000 operaciones aéreas anuales por trayectos en ferrocarril de menos de cuatro horas. De esta forma se ahorrarían en torno a 300.000 toneladas de CO2 al año.

Con la infraestructura ferroviaria actual tan sólo se podrían suplir el 13,1% de los vuelos domésticos, lo que supondría eliminar tan sólo el 9,71% de las emisiones de efecto invernadero generadas por este tipo de trayectos nacionales. Esto afecta, en total, a 11 rutas áreas.

Desde Ecologistas en Acción entienden que España tiene condiciones válidas para hacer el trasvase de pasajeros, pero señalan que la medida debe efectuarse desde una perspectiva de transición justa, para evitar que el cambio de modelo impacte en el empleo. 

En total, la cifra de pasajeros anuales que se vería afectada llegaría hasta las 5,92 millones de personas. "Se tendrían que hacer cambios y mejorar el servicio de ferrocarril para lograr un trasvase al 100%, aunque nosotros incidimos en que, en líneas generales, es necesario reducir el número de viajes", comenta Pablo Muñoz, responsable de la campaña de Aviación de Ecologistas en Acción. 

"Nos encontramos en un país que reúne todas las condiciones para trasvasar vuelos a ferrocarril con gran infraestructura en alta velocidad. Esta puede ser una herramienta útil para rebajar los viajes en avión y reducir las emisiones generales del sector transporte, que tienen que bajar un 46% de aquí a 2030, según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima", agrega el ecologista.