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Los 'sintecho' de la Guardia Civil

El instituto armado, que reserva viviendas en su sede a cargos políticos y a sus chóferes y se gasta en un año más de tres millones en reparar pisos en cuarteles, mantiene sin casa a más del 60% de sus miembros mientras el deterioro de los cuarteles obliga a cientos de agentes a vivir de alquiler

La Guardia Civil mantiene sin casa a más de 60% de la plantilla.

La Guardia Civil mantiene sin casa a más del 60% de la plantilla, según los datos que maneja la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC, mayoritaria en el cuerpo), que considera “un agravio” esta situación mientras la Dirección General acordaba hace unas semanas destinar 50.762 euros a reformar uno de sus pisos para alojar al director general de Tráfico , Gregorio Serrano , en una intervención que incluía partidas como un falso techo de escayola valorado en 2.325 euros, un armario corredero de 2.392 y una inversión de alrededor de 4.000 en tarima flotante de roble.

Imagen del baño de una las casas de la Guardia Civil en Andalucía.

Imagen del baño de una las casas de la Guardia Civil en Andalucía.

La política de vivienda de la Guardia Civil no acaba de resultar favorable para su tropa (agentes y cabos), a la que están destinados solo 27.942 pisos de los 33.999 que posee el instituto armado, una cifra claramente insuficiente cuando 65.641 de sus miembros tienen esa categoría.

La asociación reclama al cuerpo “normas sociales” para repartir esas viviendas ya que la actual regulación da preferencia en las unidades territoriales a los mandos, con sueldos más elevados que la tropa.

Esa misma normativa de derecho preferente para ocupar viviendas en la sede del instituto armado a cargos de libre designación como los asesores del director general -fue corregido para dejarlos “a disposición ” del director- y el jefe de su secretaría, así como a su chófer y al de su jefe de gabinete.

Tres millones al año en reparaciones

La AUGC ha intentado conocer cuánto y dónde se gasta al año la Guardia Civil en mantenimiento y rehabilitación de viviendas. Sin embargo, solo ha tenido éxito en lo primero: 3.052.255 euros en 2016.

El instituto armado no dispone del desglose de esas actuaciones en función de las escalas del cuerpo a las que están asignados sus ocupantes “al carecer el mismo de interés en relación con la gestión”, según señala la respuesta obtenida a través del Portal de Transparencia en la que el cuerpo anota que esas obras “se ejecutan en función de aspectos técnicos y operativos, con independencia del tipo de pabellón de que se trate”.

Este es el estado de la cocina de una de las casas de la Guardia Civil

Este es el estado de la cocina de una de las casas de la Guardia Civil en Andalucía.

En la práctica, y pese a los fondos que numerosas diputaciones provinciales destinan cada año a ese tipo de inversiones, son bastantes más de los 37.699 teóricos los agentes de la Guardia Civil que no tienen acceso a pabellones, “cuyas condiciones de habitabilidad se encuentran en muchos casos lejos de un estado mínimamente aceptable” en muchos casos, señala la asociación. La AUGC estima que casi 2.000 viviendas del cuerpo son inhabitables y que más de un tercio no se encuentran en buen estado.

Así, cientos de agentes se ven obligados a vivir de alquiler –el sueldo mínimo de un agente es de 1.300 euros, aunque suele rondar los 1.500 en el caso de los veteranos- y, en algunos casos, a costear de su bolsillo las reparaciones de sus viviendas oficiales.

Doce familias de alquiler con el cuartel acabado

Doce familias de agentes destinados en Benasque (Huesca), todas ellas con niños, comenzaron en julio de 2015 a pagar de su bolsillo el alquiler de viviendas en una zona turística, donde la renta de un piso oscila entre los 400 y los 500 euros mensuales, tras ser desalojadas por el inicio de las obras de remodelación del cuartel, en el que ya no tenían sitio otras quince. Y siguen costeándolo desde que los trabajos terminaron en junio del año pasado, ya que Interior no ha activado el edificio, en el que realizó una inversión de más de 600.000 euros.

El mal estado de los pabellones genera situaciones como la ocurrida recientemente en un cuartel sevillano, donde un guardia acabó renunciando a una vivienda inhabitable, pero por la que durante un año se vio obligado a pagar servicios como el agua pese a que no la utilizaba, al indicarle la Dirección General que no disponía de fondos para adecentarla.

Vestuario de una de las casas de la Guardia Civil.

Vestuario de una de las casas de la Guardia Civil.

Las declaraciones de ruina de los edificios –el de Laguna de Duero, en Valladolid, fue el último hace unos días- y el cierre de otros por deterioro, como ocurrió hace dos años en Utrillas (Teruel) y en Fuentes de Ebro (Zaragoza), agravan la escasez de vivienda en la Guardia Civil, que con relativa frecuencia acaba atendiendo al público en locales y pisos cedidos por los ayuntamientos.

También, como ocurre en Tauste (Zaragoza), utiliza espacios cedidos por particulares para encerrar los coches-patrulla, aunque ese tipo de soluciones no siempre resultan óptimas. El cuartel de Sarrión (Teruel) usa como garaje un almacén en el que ni siquiera caben los trece vehículos asignados al puesto y en el que los agentes han llegado a encontrar topos y ratones en sus taquillas, procedentes, al parecer, de los cercanos corrales y galineros.

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