La edad de jubilación en España se modifica cada año desde 2013 para imponer un retiro laboral más tardío. 2024 no será diferente: habrá que tener 65 años para jubilarse, siempre y cuando se hayan cotizado 38 o más. Esta actualización implica una jubilación ordinaria dos meses más tardía que en 2023, siempre que se hayan cumplido 38 años de trabajo.

Este cambio en la edad de jubilación aumenta el tiempo trabajado necesario respecto a 2023, cuando con 27 años y nueve meses cotizados podía accederse a la jubilación. A partir del próximo 1 de enero, quienes hayan cotizado menos de 38 años solo podrán retirarse de forma no anticipada si han cumplido los 66 años y seis meses de edad. 

Para aquellas personas dadas de alta en la Seguridad Social y cotizando, el 2025 supondrá un nuevo retraso. Las condiciones continuarán cambiando hasta convertir la jubilación en una etapa que cada vez queda más lejana, ya que a partir de 2027 será necesario haber trabajado durante 38 años y seis meses. Además, las personas que no hayan cumplido este periodo, deberán esperar hasta llegar a la edad de 67 años para jubilarse, siendo esta la edad más alta desde que empezó el registro.

Sin embargo, estos requisitos pueden no cumplirse si se da un caso de jubilación anticipada, que puede concederse en diferentes situaciones: por causa no imputable al trabajador, voluntaria de carácter general y por razón de actividad o discapacidad, en grado 45% o 65%.Críticas al retraso de la jubilación

En 2013, el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó una reforma de las pensiones muy criticada desde los inicios por la población y los sindicatos. Ahora, a pesar de que el PSOE es la formación política que gobierna en el país, el sistema de jubilación funciona de la misma forma y se justifica con las mismas razones: una baja tasa de natalidad y una ciudadanía envejecida.

El último estudio realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) indica que la tasa de natalidad en España es baja, de 1,3 hijos por mujer. Además, la esperanza de vida es alta (83 años). Estas condiciones se presentan como las razones para retrasar la edad de jubilación y reformar las pensiones. Cuanto más tiempo trabaje una persona, más tarde se jubilará y menos tiempo recibirá una pensión pública. 

Las críticas hacia el sistema son generalizadas mientras la población teme que las jubilaciones se conviertan en algo imposible y, las pensiones, en una paga inexistente para las generaciones venideras. Una de las últimas manifestaciones tuvo lugar el pasado mes de abril en Madrid, cuando un grupo de pensionistas se echaron a las calles para protestar contra las gestiones de José Luis Escrivá, actual ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en funciones.

Sin embargo, Escrivá se defendía ya en 2021 en una entrevista para el diario Ara y exponía razones similares a las que en su día ofrecieron los conservadores: “En ningún caso planteo la necesidad de trabajar hasta los 75 años, como algunos sugieren, sino fomentar medidas que contribuyan a cambiar la mentalidad de las empresas para que no expulsen a trabajadores del mercado laboral a partir de los 55 años, desperdiciando su experiencia y mejorando los incentivos a la jubilación demorada para que aquellos que así lo deseen puedan trabajar más allá de la edad ordinaria de jubilación”.

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