La ministra de Sanidad, Mónica García, ha dado un paso adelante en la lucha por retrasar la edad de inicio de los jóvenes en el consumo de alcohol. Este martes, el Consejo de Ministros ha aprobado el anteproyecto de la ley de prevención del consumo de alcohol y sus efectos en menores de edad, que pretende desterrar el término "consumo responsable" de los anuncios de bebidas alcohólicas. "Esto es una falacia no soportada por ningún tipo de evidencia científica. Legislativamente no podemos avalar el uso de conceptos que empujan en ese camino", ha alegado el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla.

Además, la ley busca eliminar la publicidad de las bebidas 0,0 en un radio menor de 200 metros de lugares frecuentados por menores, como colegios, así como en los programas de televisión destinados al público infantil y entornos digitales como páginas web, aplicaciones, descargas de videojuegos y redes sociales.

En la redacción de esta legislación han participado las asociaciones de cerveceros, del vino y de bebidas espiritosas, con los que se han reunido en varias ocasiones los responsables de Sanidad en los últimos meses. García espera que el proyecto de ley salga a finales de este año o principios de 2025, antes de procederse a su aprobación parlamentaria.

Si el Congreso finalmente da luz verde a la iniciativa, se acabaría asimismo con los patrocinios de las empresas de bebidas alcohólicas en cualquier mobiliario de los locales hosteleros que estén cerca de lugares frecuentados por menores. Tampoco estará permitido el emplazamiento publicitario en estos espacios (tan solo se podrá fijar el nombre comercial, denominación social y marcas o símbolos identificativos de las empresas productoras). De este modo, la ministra ha puesto el foco en reducir la exposición de niños y adolescentes a todo tipo de mensajes que puedan inducir al consumo de estos productos. 

Preguntado sobre el contenido de esta legislación, Padilla ha aclarado que Sanidad quiere prohibir el consumo de alcohol a todas las personas en centros docentes, salvo universidades, de protección de menores y residencias de estudiantes. También en espacios deportivos, de ocio o dedicados a espectáculos públicos cuando haya sesiones concebidas expresamente para los más pequeños.

Por tanto, si se celebra, por ejemplo, un concierto cuyo público es infantil, en el evento no se podrá beber alcohol. Del mismo modo, si un bar está situado en un polideportivo donde los adolescentes juegan al futbol, el establecimiento no podrá vender, ni siquiera a los progenitores, bebidas alcohólicas.

Incluso aquellos productos que simulen ser una bebida alcohólica (no sólo los que lleven alcohol, como hasta ahora), como las cervezas y otras bebidas 0.0, no podrán publicitarse cerca de los espacios frecuentados por menores. "Consideramos que la publicidad de las bebidas 0.0 también supone una promoción de la misma marca que está vendiendo la bebida alcohólica", ha aseverado Padilla, para quien la publicidad de este tipo de refrescos constituye "una especie de 0.0 washing en el ámbito publicitario".  

El anteproyecto incluye el impedimento de que las empresas usen para sus comunicaciones comerciales la imagen o la voz de menores de 21 años o mayores de esa edad cuando se presenten caracterizados o disfrazados de menores. Tampoco se podrá vincular las bebidas alcohólicas con la mejora del rendimiento físico, el éxito social o sexual, para evitar la emisión de mensajes que puedan invitar al consumo temprano de alcohol por parte de los adolescentes. 

Las sanciones contempladas en el caso de incumplimiento de esta normativa van desde multas de 60 a 600 euros si las infracciones son leves, de 601 a 30.000 euros si son graves y de 30.001 euros hasta 600.000 si son muy graves. La penalización impuesta a los menores de edad por la comisión de la infracción leve relacionada con el consumo de alcohol podrá ser suspendida a cambio de la participación en programas preventivos de sensibilización y concienciación.