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La revuelta campesina catalana que lucha por un cambio del actual modelo agroalimentario

Pequeños agricultores, bajo el paraguas del colectivo Assemblea Pagesa, se han desmarcado de las protestas de las últimas semanas porque consideran que se mezclan reivindicaciones "contradictorias".

Algunos agricultores durante un corte de carretera en la autopista AP-7 a la altura de Pontós, el 29 de febrero de 2024, en Pontós, Girona, Catalunya (España).
Algunos agricultores durante un corte de carretera en la autopista AP-7 a la altura de Pontós, el 29 de febrero de 2024. Lorena Sopêna / EUROPA PRESS

Estos días se habla de una revuelta campesina contra el exceso de burocracia, la competencia desleal y los abusos que sufren los productores obligados a vender por debajo de precio de coste. En el marco de las protestas de los agricultores en Catalunya, un grupo de pequeños campesinos ha roto el silencio a favor de la agroecología y la apuesta por la soberanía alimentaria que vende en circuitos cortos de comercialización. Se han desmarcado así de las movilizaciones mayoritarias de las últimas semanas al considerar que se mezclan reivindicaciones "contradictorias". Es la otra revuelta campesina catalana que defienden colectivos como Assemblea Pagesa.

Assemblea Pagesa, con más de 20 años de vida, defiende un modelo de campesinado local, agroecológico, respetuoso con la tierra y con el medio ambiente y de relación directa con la ciudadanía, lejos del actual sistema de producción capitalista industrial. Apuesta por romper con este sistema alimentario que ahoga al campesinado, que maltrata al consumidor, que no tiene en cuenta la biodiversidad y que destroza el territorio. Finalmente, reclama una normativa específica diferenciada de la producción agraria industrializada.

Tal y como comenta Gerard Batalla, campesino y miembro del colectivo, "defendemos el derecho a la alimentación a partir de un modelo que garantice comida de verdad para todos y que no cuestione aspectos como el bienestar animal o la retirada de fitosanitarios". Para hacer llegar sus reivindicaciones a la sociedad, Assemblea Pagesa ha anunciado movilizaciones alrededor de Semana Santa que incluirán espacios de reflexión sobre demandas, acciones de desobediencia y construcción de alternativas del movimiento.

Problemáticas similares, objetivos diferentes

Según Batalla, las protestas agrarias presentan una "imagen sesgada y monolítica" del campesinado catalán. Critica que buena parte de las reivindicaciones ponen el foco en mantener el actual sistema agrario y alimenticio, y no en buscar un cambio profundo. "No podemos estar dentro de un mismo espacio de reivindicación que reúne propuestas que vayan en la línea de mantener este sistema de capitalismo alimentario, que no tiene en cuenta al agricultor como figura autónoma, independiente, con conocimiento y como un actor principal de la producción de alimentos. No es compatible", defiende.

Esto no quiere decir que algunos "no formamos parte de este sistema, pero creemos que es una cuestión sobre la dirección en la que queremos que vayan las cosas". "Esta es la principal discrepancia. No podemos llevar ni demandas contradictorias ni posiciones contradictorias", exclama, y pone algunos ejemplos: "Si apostamos por la agroecología, no podemos pedir que se aprueben más materias activas químicas para luchar contra las plagas; si apostamos por la ganadería extensiva, no podemos ir a la Generalitat a pedir que se flexibilice la aplicación de purines".

En este sentido, Batalla detalla que Assemblea Pagesa no plantea una lista de reclamaciones concretas hacia la Administración porque no creen que sea realista. "Tiene que haber un espacio más propio del pequeño campesinado y de la gente que apostamos por la agroecología con la alianza clara de la ciudadanía y los sectores más críticos de la sociedad", explica. El campesino denuncia que entre las reivindicaciones echan de menos un replanteamiento de modelo, "una reflexión histórica sobre el momento en el que nos encontramos, o sobre qué es lo que hay que hacer para que sobreviva la figura del campesino en un sistema urbano y que ha abandonado las zonas más rurales", comenta.

"El campesinado debería ser ecológico por definición"

La Assemblea Pagesa está formada por campesinos ecologistas. "El campesinado debería ser ecológico por definición. Queremos mantener el sol agrario y la tierra en buenas condiciones para darlas en mejores condiciones a las generaciones que vendrán", defiende Batalla. "Últimamente nos hemos acostumbrado a ver a un campesinado que no quiere ver que hay unos límites energéticos, de contaminación del agua y de la tierra, y eso es ir en contra de los campesinos del futuro", argumenta.

Por eso, Assemblea Pagesa representa un espacio claro de reivindicación y de lucha contra el sistema agroindustrial, químico y capitalista. Apuestan por la construcción de un modelo a partir de la figura tradicional del pequeño campesino, que era autónomo y que no dependía de las grandes distribuidoras. "Ser dependiente es el máximo punto de aberración de lo que sería el oficio de payés tradicional, que utiliza los recursos locales, que va a mercados de circuitos cortos, que está en contacto con el consumidor, con la venta directa y que no depende tanto de técnicos que le dicen lo que tiene que hacer", dice Batalla.

El colectivo critica también la deriva tecnológica del campo, que vincula directamente con el sistema capitalista. "El objetivo final es que dominen el mercado cuatro grandes fondos de inversión y de forma centralizada, mecanizando procesos para que la figura del campesino tenga cada vez menos sentido. Es distópico", concluye Batalla, que añade que quien tendrá la capacidad de tener la mejor tecnología serán las grandes multinacionales. "El campesino pequeño y medio no cabe en este modelo", lamenta.

Un estatuto propio para el pequeño agricultor

Pese a desmarcarse de las protestas campesinas mayoritarias, la Assemblea Pagesa también comparte algunas de sus reivindicaciones, como el exceso de burocracia "que les ha abocado a funcionar como una empresa". En este sentido, reclaman un estatuto propio para el pequeño campesinado con vocación pública, con menos normativas y burocracia. "Y quien quiera formar parte del sistema de producción capitalista industrial, que asuma las consecuencias de estar compitiendo en un mercado global y que se les controle", pide Batalla.

La Assemblea Pagesa también pone el foco en el carácter conservador y reaccionario que ha cogido el movimiento campesino en el resto del Estado y en Europa. "Queremos romper el marco negacionista del cambio climático que se ha creado en las últimas protestas", defiende Batalla, que muestra preocupación por la postura conservadora del sector primario, "que es un mantra de la extrema derecha del que queremos desmarcarnos".

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