Un año y medio después de la puesta en vigor del acuerdo entre Turquía y la Unión Europea, que promueve la detención de todos los refugiados y su inmediata devolución a Turquía, miles de personas se encuentran bloqueadas en los campos de refugiados ubicados en las islas griegas, muchos de ellos reconvertidos en centros de detención militarizados. Son víctimas de este juego político perverso, que les mantiene de forma deliberada en un limbo que viola sus derechos humanos.

Abdullah y Wassim son dos perdedores, víctimas de un sistema injusto que condena a los olvidados. Lo que no se ve no existe. Lo que se devuelve a Turquía o permanece encerrado en los campos tampoco. Dos perdedores de esta partida con el sistema que, aunque ven como el tiempo y la vida se escurre entre sus dedos, nos dan una lección de dignidad, esa que no han encontrado en Europa. Esta es su historia y la de miles de personas que sólo quieren escapar de la guerra y la violencia de sus países.

Este documental de Celia Hernández y Gabriel Pecot para la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) muestra la cruda realidad de estos campos y la desesperación de las personas atrapados en ellos tras huir de la guerra y la violencia de sus países. El trabajo se enmarca dentro de la campaña de CEAR Muro de mentiras, que denuncia el incumplimiento por parte de casi todos los Estados de la Unión Europea con su propio compromiso de acogida de refugiados. Más de un año después de comprometerse a acoger a más de 180.000 personas a través de los programas de reubicación y reasentamiento, apenas se ha dado solución a una de cada cuatro personas. España, con 1.983 personas entre reubicadas y reasentadas, apenas supera el 11% de cumplimiento de estos acuerdos. Es el último fracaso de Europa.