La Fiscalía pide penas de hasta diez años y ocho meses de cárcel para dos hombres de Lleida acusados de difundir en redes sociales mensajes que animaban a atentar contra personas migrantes, homosexuales o con discapacidad. Este será el primer juicio en España contra supremacistas blancos.

Los dos acusados, que responden a las iniciales W.R.P y C.A.L., serán juzgados este jueves por la Audiencia de Lleida. Ambos se enfrentan a delitos de odio, tenencia de armas y tráfico de drogas.

Entre los años 2018 y 2020, C.A.L., que se enfrenta a diez años y ocho meses de cárcel, y W.R.P., que se expone a cinco años y diez meses, difundieron por internet material que denigraba a personas no blancas, homosexuales o con discapacidad.

En los mensajes, los acusados defendían la necesidad de "exterminar" a ese tipo de personas y expresaban su admiración por terroristas como Brenton Tarrant, el australiano que en 2019 atentó contra dos mezquitas en Christchurch (Nueva Zelanda), y Anders Breivik, que en 2011 acabó con la vida de 77 personas en Noruega.

Armas, drogas y una milicia

Uno de los supremacistas redactó y difundió un manifiesto titulado Un proyecto de vida heroico en el que invitaba a retirarse al ámbito rural para vivir del tráfico de drogas, hasta que llegara el momento de pasar a la ofensiva y "revertir la situación".

Además, creó un canal de Telegram al que se unieron 850 usuarios. Por este medio compartió su manifiesto y animó a crear una comunidad "similar a una milicia" para "devolver a su región de origen" a todas las personas no blancas ni europeas.

El otro acusado creó un canal en la misma red social en el que manifestaba que las personas a las que consideraba inferiores "merecían la muerte más infame". Además, llamaba a asesinarlas y advertía de que "moriría matando por su ideología". Llegó a sumar casi 250 seguidores y publicaba material relacionado con el nazismo y la fabricación de armas.

Núcleo en Lleida

Los acusados crearon "un pequeño núcleo residencial" en una masía de la provincia de Lleida, donde se dedicaron al cultivo de marihuana. La Policía les incautó casi un kilogramo de esta droga y cinco gramos de ketamina.

También se les confiscó un revólver, una espada, dos machetes y una herramienta con punzón. La Fiscalía pide que cada uno de los hombres paguen multas superiores a los 126.000 euros.