Este jueves se ha puesto en marcha la línea de AVE Madrid-Burgos que reduce a una hora y 33 minutos el tiempo del trayecto entre las dos ciudades. Además, la frecuencia de trenes aumentará de 15 a 32 a la semana. 

Como es habitual, ha sido el rey junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha presidido el trayecto inaugural de la línea ferroviaria de alta velocidad que les ha llevado desde la madrileña estación de Chamartín hasta la capital burgalesa. Hicieron una parada en Valladolid para que se sumara a la comitiva el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Puerta de entrada a Francia

Sánchez ha asegurado que la llegada del AVE a Burgos abre la puerta a que la alta velocidad ferroviaria cruce España "de punta a punta" y conecte con Francia. "Burgos se va a convertir en una puerta imprescindible para llevar por fin una de las redes ferroviarias más punteras del mundo al País Vasco y de ahí a la frontera con Francia, una demanda histórica que cada vez está más cerca de hacerse realidad", dijo el presidente del Gobierno. 

El consejo de ministros también aprobó esta semana la licitación de los proyectos de todos los subtramos entre Burgos y Vitoria. La previsión es que el trayecto entre Burgos y Vitoria dure media hora, con lo que el que separará Madrid y la capital vasca será de poco más de dos horas.

Sánchez ha recordado también que España es el primer país europeo y el segundo del mundo (sólo por detrás de China) en alta velocidad ferroviaria y ha destacado que esa "gigantesca transformación" se ha logrado en un tiempo récord de treinta años tras la apertura de la primera línea, la que unió Madrid con Sevilla. Desde entonces el número de kilómetros se ha multiplicado casi por ocho hasta alcanzar los 4.000 con una inversión acumulada de algo más de 57.000 millones de euros.