Un conjunto de 110 organizaciones y expertos medioambientales y de protección animal de varios países ha entregado a través del Partido Animalista PACMA un dossier de alegaciones resultado de una evaluación de impacto ambiental (EIA) a Dirección General de Pesca y la Dirección General de Lucha contra el Cambio Climático y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias. El documento evidenciaría los numerosos "cabos sueltos" que presenta la futura granja de pulpos de Nueva Pescanova.

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno canario anunció el pasado miércoles que la tramitación ambiental para las instalaciones destinadas a la cría de pulpos en cautividad está avanzando. La granja, que sería la primera y única del mundo de estas características, está a la espera de los trámites para poder empezar a operar en 2023 en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria. La producción resultante sería de 3.000 toneladas de pulpo anuales, según la propia empresa.

Las alegaciones presentadas por organizaciones como Aquatic Animal Alliance, o Animal Save Movement y científicos de la talla de Jennifer Jacquet, Beatriz Fernández o Becca Franks detallan cómo las instalaciones de la granja podrían impactar gravemente al ecosistema local. La evaluación EIA que muestra el dossier pretende identificar, predecir y analizar los impactos en el entorno físico, sociales, culturales y de salud pública del proyecto.

Propagaciones de enfermedades e impacto medioambiental

Los pulpos en cautividad podrían contribuir a propagar al ecosistema marino salvaje patógenos y enfermedades desconocidas, según expone el dossier. En este, se denuncia la falta de información con respecto a estrategias de prevención, riesgos y los efectos de los tratamientos a los pulpos en los ecosistemas circundantes.

Según la evaluación, "la empresa no ha realizado ningún análisis o estudio relevante que examine las interacciones biológicas industriales que probablemente ocurran como resultado de las prácticas de producción a gran escala, y además no cuentan con mecanismos de seguridad para proteger a las comunidades ecológicas locales o la salud pública de la comunidad de las Islas Canarias".

Las carencias de la tramitación del proyecto ocultan, según los expertos ambientalistas, información sobre las medidas de control de la calidad de las tomas de agua, los tratamientos de microfiltración y los vertidos al mar que se deberían llevar a cabo. Tampoco constan informes de compatibilidad del Ministerio para la Transición Ecológica.

El esfuerzo pesquero sobre los pulpos

A pesar de que parecería que el criar los pulpos en cautividad reduciría los esfuerzos pesqueros, la documentación presentada al Gobierno canario revela las problemáticas que plantea la alimentación de dichos animales. "Requieren una dieta carnívora que se basa en prácticas de pesca insostenibles, creando una mayor presión sobre los recursos marinos ya escasos", alegan.

La granja de pulpos de Nueva Pescanova también podría tener efectos perjudiciales en los animales acuáticos locales, ya sea indirectamente a través de contaminantes transferidos a través de las descargas producidas en la granja, o directamente a través de interacciones entre animales acuáticos salvajes y de granja, los cuales son posibles en casos de escape, según la información recogida en el dossier.

Sin regulaciones para el bienestar animal

Los cefalópodos están "desregulados" en cuanto al trato animal, ya que no existe legislación europea o nacional que regule su bienestar ni las prácticas de su cría intensiva. Nueva Pescanova solo ha facilitado al respecto información sobre la limpieza de las futuras instalaciones.

Estos animales, sin embargo, "tienen la capacidad de percibir, sentir dolor, tener respuestas emocionales, tener memoria a largo y corto plazo, tener cognición compleja y realizar aprendizaje social", según han demostrado numerosos estudios científicos.

Debido a los riesgos expuestos en el dossier, los 110 firmantes de este denuncian las características del proyecto de Nueva Pescanova y solicitan "que el Gobierno rechace el permiso ambiental para la operación de cultivo, dado que no hay suficiente información proporcionada por la empresa para ejecutar este proyecto".