España es el país europeo que más pajitas de plástico usa por habitante y año: 13 millones de pajitas al día. Desde Greenpeace estiman que cada persona consume al año 110 de estos productos de consumo rápido, que puede tardar en descomponerse 500 años en nuestro medio ambiente.

Se trata de una "situación intolerable, pues además estamos hablando de un objeto totalmente innecesario y prescindible en el 99,99% de los casos", apuntan desde la ONG. Por eso, Greenpeace España ha lanzado una campaña para concienciar a los ciudadanos y exigir a las administración que prohíban el consumo de estas y otros productos de usar y tirar (como bolsas y botellas de plástico de un solo uso, bricks o latas de bebidas).

"Las pajitas de plásticos han pasado a ser unos de los elementos más frecuentes en nuestros mares, playas, ríos. A pesar de ser el utensilio plástico más prescindible e innecesario, en el Mediterráneo suponen ya el 6 % de la contaminación por plástico", ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de Residuos de la organización ecologista.

En Europa se venden cada año 36.500 millones de unidades de esta cánulas, que perjudican gravemente al ecosistema marino. Se estima que entre el 40-60% de las tortugas ingieren plásticos. En el caso de algunas especies de aves la cifra se eleva a 93%. Además, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren cada año como consecuencia de todos los plásticos que llegan al mar.

Primeros medidas para reducir la producción de plásticos

La Comisión de Medio Ambiente del Congreso acordó en abril llevar a cabo las modificaciones legislativas necesarias para prohibir la comercialización, importación y exportación de utensilios de plástico de un solo uso (platos, vasos, cubiertos o pajitas) a partir de 2020.

​El texto, que fue aprobado por todos los grupos salvo el PP, recoge  que todos los utensilios citados se fabriquen con al menos un 50% de sustancias biodegradables a partir de 2020, y con un 60% a partir de 2025.

Bruselas también se plantea prohibir los platos, cubiertos, bastoncillos y pajitas de plástico con el objetivo de reducir la producción de plásticos en el bloque comunitario que supondrían unos costes de 230.000 millones de euros en 2030 y la emisión de 3,4 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono.

El conjunto de medidas propuestas por Bruselas se centra en los diez productos de plástico de un sólo uso que son encontrados en las playas y en los mares europeos, así como en distintos aparejos de pesca.