El Ministerio de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social seguirá adelante con su plan para restringir el acceso a plazas de acogida para personas migrantes que llegan a las costas españolas. Unos planes que pasan por dejar fuera de esta primera acogida humanitaria a la mayoría de migrantes marroquíes, argelinos o senegaleses.

Según asegura a Público la Secretaría de Estado de Migraciones, con el regreso paulatino a la normalidad, interrumpida por la pandemia, y el aumento de llegadas de pateras —sobre todo a las costas baleares y levantinas—, "el sistema debe priorizar" en las plazas disponibles del programa de atención humanitaria "a las personas que presentan vulnerabilidades y precisan de atención humanitaria".

La pasada semana, la Secretaría de Estado ya remitió una instrucción con la misma intención en la que excluía como "personas vulnerables" a los migrantes varones solteros y sin problemas de salud y que procedieran de países que tuvieran suscrito con España un acuerdo para la repatriación de sus ciudadanos. Aunque en solo un día tuvo que dar marcha atrás ante las "distorsiones y efectos negativos indeseados" que estas modificaciones estaban generando.

Según adelantó eldiario.es y ha confirmado Público, la instrucción fue enviada el lunes 20 de septiembre a las ONG que gestionan por convenios estas plazas financiadas por el ministerio que dirige José Luis Escrivá. En ella se detallaban nuevos criterios a la hora de "priorizar el acceso" a estas plazas. Solo serían beneficiarios los "migrantes en situación de vulnerabilidad, los solicitantes de asilo y los nacionales de países con los que no exista acuerdo de repatriación en vigor". Entre los considerados "vulnerables" figuraban los perfiles de "mujeres solas, mujeres con hijos, personas enfermas, personas con discapacidad, y otras vulnerabilidades detectadas en el cribaje realizado".

Desde el Ministerio insisten en que se siguen "precisando los protocolos" para esta "mejora" que se pondrá en marcha próximamente. Matizan que "no es una cuestión de nacionalidad, sino de vulnerabilidad", y que está pensada para momentos de picos de llegadas como los que se están registrando en las costas de Baleares, pero también de Granada, Almería, Murcia o Alicante. Es el radio de acción de la llamada "ruta argelina", que se ha intensificado por los efectos económicos de la pandemia y que ahora atraviesa su periodo anual de mayor actividad por las condiciones marítimas favorables, con decenas de pateras rescatadas prácticamente a diario desde principios de septiembre.

Lo cierto es que la mayoría de personas que se vería fuera de esta acogida tras un peligroso trayecto en patera son, sobre todo, los ciudadanos de Marruecos y de Argelia, países con los que España tiene acuerdos de devolución que, hasta que la pandemia irrumpió, funcionaban con relativa fluidez.

Sin embargo, las restricciones sanitarias y otros problemas diplomáticos llevan dos años dificultando las devoluciones, mientras que también hay menos ingresos en Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) para intentar las deportaciones, como confirman diferentes plataformas contra los CIE y el propio Ministerio del Interior.

No es una situación que afecte solo a España. Este martes, Francia anunció que reduciría drásticamente el número de visados para que marroquíes, argelinos y tunecinos pudieran entrar regularmente al país. Toda una represalia para las personas procedentes de estos países, a los que el gobierno galo reprocha falta de colaboración a la hora de aceptar las devoluciones de sus ciudadanos en situación irregular.

"Con la llegada de la pandemia, el ministerio hizo una interpretación extensiva de las vulnerabilidades, flexibilizando los criterios de entrada coyunturalmente para dar cabida a todas las personas teniendo en cuenta que factores como el cierre de fronteras convertía en vulnerables a todas las personas que llegaban por vía irregular", afirma Migraciones.

Plazas disponibles

Aunque el sistema de acogida en la península se encuentra al 70% de ocupación, "hay puntos geográficos más expuestos a la inmigración irregular" donde la ocupación es superior, precisa la Secretaría de Estado. O donde las plazas de acogida diseñadas siempre han sido menores que en otros puntos, matiza José Miguel Morales, director general de Andalucía Acoge, que se muestra crítico con estos nuevos criterios.

Según Morales, esta medida "que no se ha consultado con las organizaciones implicadas" supone "el regreso a un escenario anterior que ya vimos que no funcionaba". Se refiera a otros momentos de auge migratorio, como el de 2018, cuando miles de personas quedaban desamparadas a lo largo de las costas andaluzas y tuvieron que improvisarse polideportivos y otros recursos para una primera acogida.

"Si esto se hace realidad, se van a quedar en la calle cientos de personas que llegan a la costa. Eso llevará a situaciones de desprotección de muchos migrantes y a crear una alarma social que no existe en estos momentos", advierte. "Sería un error en todo lo que afecta a gestión de fronteras si tenemos en cuenta que la llegada de forma irregular es prácticamente la única posibilidad que tienen de llegar a España", añade.

Tanto Morales como otras organizaciones consultadas recuerdan que ya se priorizan los perfiles en función de la vulnerabilidad sin necesidad de excluir a nadie. "Cualquier personas que llega de forma irregular a un país extranjero y se encuentra solo es vulnerable", insiste.