Las familias de personas con sordera han expresado su satisfacción con la orden, auspiciada por el Ministerio de Consumo, que regula, por primera vez, las mascarillas higénicas transparentes para personas con discapacidad auditiva. Una alternativa a las mascarillas opacas que llevan exigiendo desde la obligatoriedad del uso de las mismas. 

El contenido de la orden entró en vigor este sábado tras su publicación el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado viernes, pero las mascarillas que hayan sido puestas en el mercado con anterioridad tendrán un plazo de 30 días para adecuarse.

Así, deben de cumplir una serie de requisitos para su comercialización y se establecen una serie de excepciones para el filtrado. El texto firmado por Garzón recoge que en las mascarillas que tengan partes destinadas a permitir la lectura labial y que no facilite el paso del aire inhalado o exhalado, se permitirá que la eficacia de filtración de partículas indicada no se refiera a esas zonas, siempre que se indique en la propia etiqueta.

"Estas mascarillas deberán cumplir con otros requisitos adicionales como permitir una visión nítida y sin empañamiento, que aseguren que el producto no obstruye la respiración y deberá indicarse en la etiqueta si hay efecto distorsionador del habla", indica el escrito.

Esta noticia ha sido celebrada por Marcos Lechet, sordo desde los cinco años y persona impulsora de una petición reclamando esta homologación y que ha recogido más de 100.000 firmas en la plataforma Change.org desde el pasado 7 de agosto. 

Estoy muy contento y muy emocionado, porque por fin tenemos una regulación sobre las mascarillas transparentes, algo que llevamos pidiendo desde el principio de la pandemia", ha escrito en la página de la campaña que inició en agosto del año pasado, según informa Change.org.

Salir del aislamiento 

"Esta regulación nos va a ayudar a salir del aislamiento a muchas personas sordas y a otras muchas personas que lo necesitan. Porque no todo vale, estas mascarillas también tenían que estar reguladas para que no se pudiera comercializar cualquier cosa que permitiera la lectura labial", ha subrayado el impulsor de la iniciativa.

Lechet reconoce que "hace tiempo" que no puede entender a su médico, su cajero del supermercado, su familia o sus amigos, al llevar cubierta la boca con la mascarilla. Y como yo, explica, están "las miles de personas sordas o con problemas de audición en España."

En su campaña en la regularización de estas mascarillas, Lechet también se reunió con el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, el pasado 3 de septiembre, así como con la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), María Jesús Lamas.

"Las mascarillas accesibles ya están reguladas y eso podrá beneficiar a muchísima gente, no solo a personas sordas como yo o con problemas de audición", ha insistido Lechet este jueves, "sino a tantas y tantas personas que en estos dos meses me han escrito contándome cuánto bien les haría esta regulación".