La Agencia Tributaria ha abierto al rey emérito Juan Carlos I una inspección tributaria para comprobar y verificar sus últimas regularizaciones fiscales voluntarias, según recoge El Confidencial.

El objetivo de la inspección es dilucidar si las regularizaciones que el monarca realizó, tanto la de 700.000 euros como la de 4,4 millones de euros, son "completas y veraces", como señaló la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el pasado marzo, cuando calificó de "reprobable, reprochable y nada edificante" la actitud del monarca. 

Hacienda está llevando a cabo esta investigación junto con la Fiscalía del Tribunal Supremo. Ambas instituciones pueden reclamar al exjefe de Estado, a pesar de que continúe fuera de España, residiendo en Emiratos Árabes Unidos, la información complementaria necesaria para conocer si los movimientos fiscales que realizó, tanto en diciembre de 2020 como en febrero de este año, se ejecutaron de manera correcta y clara. 

Juan Carlos presentó en diciembre de 2020 ante la Agencia Tributaria una declaración sin requerimiento previo por importe de 678.393,72 euros incluyendo intereses y recargos para evitar una posible nueva causa penal. Esta regularización está vinculada al uso fraudulento de tarjetas bancarias opacas (tarjetas black), de las que se benefició el propio rey y alguno de sus familiares, recurriendo a fondos opacos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause.

Unos meses después, en febrero de este año, el monarca volvió a hacer una nueva regularización fiscal. Esta vez, por rentas no declaradas durante varios ejercicios que sumaban más de ocho millones de euros de pagos en especie. El rey depositó al fisco más de cuatro millones de euros. 

Montero aseguró cuando se conoció este último movimiento del emérito que "en estos casos lo que se hace es un proceso de investigación que permita concluir que estas regularizaciones o declaraciones extemporáneas cumplen con los criterios de ser completas y veraces".