La Policía Nacional detuvo el pasado 11 de enero en la provincia de Barcelona a un pederasta "peligroso" que ya ha ingresado en prisión, acusado de agredir sexualmente al menos a seis niños de entre 3 y 10 años de edad que pertenecían a su entorno. Los agentes sospechan que las víctimas podrían ser más ya que el detenido había sido monitor de diversos clubes de fútbol.

Según ha informado la Policía Nacional, el pederasta grababa con diferentes medios tecnológicos las agresiones sexuales contra estos menores ocultando siempre su rostro para, posteriormente, subirlas a diferentes canales de la Dark Web utilizados por pedófilos de todo el mundo.

Las seis víctimas menores de edad identificadas por la Policía pertenecían al entorno del detenido, bien por amistad con los progenitores o por haber compartido piso.

Para poder identificar al pederasta, los investigadores tuvieron que recurrir a técnicas de reconocimiento de imagen y de inteligencia policial para obtener la verdadera identidad del detenido debido a las fuertes medidas de seguridad que adoptaba.

En el desarrollo de la investigación que ha permitido el arresto de este pederasta ha sido imprescindible la cooperación policial internacional, concretamente, de la Policía de Queensland (Australia) y de la Interpol, además de la colaboración de la Policía Local de Sant Pere de Ribes (Barcelona).

La investigación se inició cuando agentes especializados de la Policía Nacional analizaron unas imágenes de agresiones sexuales a menores que fueron detectadas en diferentes foros de la Dark Web, y que parecían haber sido grabadas en España.

Concretamente, se trataba de varios vídeos y fotos en los que un varón agredía sexualmente a niños, cuyo número no se podía individualizar, ya que estaban grabados a muy corta distancia y, en ocasiones, con escasa calidad.

Tras analizar los comportamientos y escenarios de los archivos investigados, quedó acreditado que habían sido grabados en España por una persona que hablaba castellano. Además, gracias a una de las fotografías, en la que aparecía parcialmente el exterior a través de una ventana, pudieron determinar el punto geográfico exacto donde había sido tomada, así como la vivienda desde la que se había realizado, que resultó estar ubicada en Vilanova i la Geltrú (Barcelona).

En el registro policial realizado en este piso, los investigadores constataron que se trataba de uno de los lugares en los que se había cometido estos hechos, y hallaron nuevas imágenes de menores, todos ellos varones. 

La investigación, que sigue abierta, evidenció además que el arrestado llevaba desde 2016 cometiendo estos hechos, por lo que no se descarta la aparición de nuevas víctimas.