Este jueves varios activistas de Greenpeace se han infiltrado en la macrogranja de cerdos más contaminante de España. Se encuentra en el municipio de Hellín, situado en Albacete, y en ella hay unas balsas de excrementos de cerdos que podrían llenar hasta 120 piscinas olímpicas. Los ecologistas han colocado allí pancartas con los lemas  "La carne industrial contamina" o  "Stop ganadería industrial". Además, han subido al tejado y han pintado allí el eslogan "#PlanetaEnCarneViva".

Esta instalación, con capacidad para 150.000 cerdos, es propiedad de Cefusa, principal suministradora de carne de la marca El Pozo. "Emite más amoníaco que cualquier refinería de petróleo, planta de tratamiento de residuos peligrosos o de fertilizantes sintéticos", señala Greenpeace. Además, el citado medio destaca que, según el Registro Estatal de Emisiones, es también la explotación ganadera más contaminante respecto a emisiones de metano, un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el CO2.

Los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en España muestran que uno de los sectores que incrementó sus emisiones es el de la ganadería, con un 1,4% más que en 2017 y en particular debido a la gestión de los excrementos de los animales donde las emisiones suben un 2,4%. Además, desde 1990 se incrementaron en un 10% las emisiones de la ganadería y es la responsable del 67% de las emisiones del sector agrícola. Las peores consecuencias del cambio climático sólo se van a poder evitar si se reducen las emisiones de todos los sectores.

"Moratoria estatal inmediata"

Por ello, la organización reclama una "moratoria estatal inmediata" para la ganadería industrial. En primer lugar, consideran que se debería rechazar el permiso para la construcción de nuevos espacios de ganadería intensiva y un programa que tenga como fin reducir la cabaña ganadera al menos a la mitad en 2030. "La ganadería industrial está devorando el planeta. El ritmo actual de producción y consumo de carne es insostenible y tiene graves consecuencias sociales y medioambientales", apuntan desde la ONG. 

La ONG reclama a las autoridades que pongan al medio ambiente y la salud de las personas en el centro de sus prioridades. "Veten la importación de soja y otras materias primas procedentes de zonas deforestadas y fomenten la adopción de la “dieta de salud planetaria", insisten.

Respuesta de El Pozo

Un socio de El Pozo ha denunciado este acto de Greenpeace ante la Guardia Civil, según ha informado Voz Populi. Desde Cefusa han manifestado que "la compañía mantiene un compromiso firme con el medio ambiente y aplica las mejores técnicas disponibles para reducir los impactos que su actividad puede tener sobre su entorno", según el citado diario.  "La macrogranja de Alicante cumple estrictamente la normativa ambiental y de bienestar animal europea y española vigente", añaden. 

La empresa ha justificado que de sus más de 4.500 hectáreas de instalación, son 1.700 están destinadas a superficie agrícola, y el resto, a masa forestal.  "Solo en esta finca, la compañía emplea a más de un centenar de personas y genera medio millar de puestos indirectos", han apuntado desde Cefusa. 

Activista de Greenpeace en la granja de Hellín (Albacete). / GREENPEACE