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Gordofobia y presión estética en redes sociales tras las fiestas: "En 2023, el cuerpo de tus sueños"

El activismo contra la gordofobia denuncia el bombardeo de anuncios publicitando dietas milagro o marcas de gimnasios tras la Navidad. A las expertas en psicología les preocupa la influencia de las redes sociales en el aumento de los trastornos de la conducta alimentaria. 

Montaje con el anuncio que señaló el político Íñigo Errejón de su cuenta de Instagram.
Montaje con el anuncio que señaló el político Íñigo Errejón de su cuenta de Instagram.

"Gracias a (inserte marca de gimnasio o dieta) consiguió el cuerpo de sus sueños". "Por primera vez en su vida puede ver sus abdominales". Se han acabado las vacaciones, las fiestas navideñas, las comidas, las cenas... Y las marcas lo saben. También lo saben las cookies dispuestas a bombardear a los usuarios con anuncios de cuerpos canónicos mientras navegan por alguna página web o entran a sus redes sociales. La cuesta de enero no solo habla del esfuerzo económico o la adaptación a la rutina laboral, sino de que los cuerpos deben volver a las restricciones. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y hay que empezar el régimen. Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? La semántica, rica en matices, ya nos da una pista: régimen puede ser una dieta o puede ser el sistema gordófobo que permea nuestras sociedades. Público habla del apogeo de este tipo de mensajes con activistas contra la gordofobia y psicólogas que tratan trastornos alimenticios. 

Este 9 de enero, el líder de Más País, Íñigo Errejón, criticaba en su Twitter el asalto de los anuncios de gimnasios a su Instagram. La imagen compartida por el político mostraba un cuerpo musculado, con abdominales tonificados y bronceado. Adelantaba la perversa llamada de la operación bikini a inicios de año. ¿A quién está beneficiando el algoritmo? ¿Podría fomentar una conducta vigoréxica o algún transtorno alimenticio? 

En su investigación Activismo gorde digital. La gordoesfera como espacio digital donde se encuentra el activismo gorde, Laura Castro define la gordofobia como un sistema de opresión hacia todos los cuerpos, pero, especialmente, hacia aquellos leídos como gordos o no normativos. Este sistema está atravesado también por la discriminación de género y el racismo. El cuerpo canon es delgado y blanco.

Desde inicios de 2010, con la explosión del activismo contra la gordofobia y tras la consolidación de los Fat Studies (M.Wann, 2009), en las redes sociales se libra una especie de batalla de los cuerpos. Por un lado, marcas que incentivan un modelo de cuerpo normativo y que pagan publicidad a través del algoritmo, y por otro, las activistas, que intentan ocupar el espacio digital con fotografías que contrarrestan la norma. También existe la variable adaptada, las marcas que han capitalizado el body positive para sus productos. Sin embargo, existen voces críticas contra este movimiento por considerar que se adapta al modelo neoliberal. Es el caso del investigador y escritor Juanpe Sánchez, que en su artículo No quiero tener que quererme: contra el movimiento body positive, hace una reflexión profunda sobre la base ontológica de este movimiento. Y se cuestiona, entre otras cosas, por qué la responsabilidad de la autoestima corporal tendría que recaer en la persona.

"Los psicólogos y las psicólogas, más que trabajar desde la autoestima, trabajamos desde la aceptación. Señalar que lo que vemos como defectos no nos define. A veces hay ciertos mensajes de positivismo que parece que funcionan, pero caducan muy rápido porque, en realidad, la persona no se lo cree", declara a Público Montserrat Lacalle, doctora en Psicología de la UOC. 

Cristina de Tena: "Para las personas gordas existen dos momentos críticos del año, el verano y la Navidad"

"La Navidad es muy difícil para las personas gordas, también para las personas que tienen un TCA (trastorno de la conducta alimentaria)". Así comienza el penúltimo capítulo del podcast Nadie hablará de nosotras, de Lara Gil y Cristina de Tena, dos activistas que desde la perspectiva de género y la teoría gorda abordan y critican la violencia que sufren las personas gordas, y especialmente, las mujeres gordas. "Para las personas gordas existen dos momentos críticos del año, el verano y la Navidad. Debería ser una época bonita, pero hay un juicio social hacia nosotras. Comentarios indirectos: Mira, qué dieta estoy haciendo, mira, que ahora voy caminando al gimnasio...",  explica Cristina. A esto se suman la violencia simbólica o, como lo llaman ellas, violencia 2.0. 

Cristina de Tena y Lara Gil
Lara Gil y Cristina de Tena. Jaime García-Morato

"Más allá de la violencia laboral o el acoso callejero, de las violencias visibles, tenemos la violencia simbólica. Todos esos mensajes que no van dirigidos directamente hacia ti, pero las personas incorporamos y somos quienes ejercemos esa violencia hacia nosotras mismas", explica Lara Gil. Este bombardeo de lo que debería ser en torno al cuerpo en redes sociales, "al aparecer con todo su poder, dentro de nuestras casas", conlleva que exista un ideal a alcanzar y que las personas se juzguen a sí mismas. 

Natalia Ortega
Natalia Ortega posa en su despacho en la Clínica Activa y Psicología. Jaime García-Morato

"Cuando conformas tu identidad, si los modelos que encuentras son irreales, a los que pocas personas se ajustan, se crea insatisfacción. Los jóvenes son los más vulnerables, aunque cada vez vemos que los trastornos de la conducta alimentaria aparecen en más rangos de edad", señala Lacalle. En la misma línea, la directora de la clínica Activa y Psicología, y también psicóloga, Natalia Ortega, considera que existe un "auge de los trastornos de la conducta alimentaria, sobre todo, en adolescentes y preadolescentes" y que se potencia por la influencia de este tipo de anuncios en plataformas: "Te dicen que es fácil conseguir un cuerpo diez, fíjate en este influencer o en esta operación estética". 

Cuando las voces críticas señalan estos anuncios, existe un contraargumento utilizado reiteradamente, el de la salud. "Detrás de un mensaje de supuesta cultura saludable, hay un mensaje estético de lo que es supuestamente positivo. Uno se pregunta cuántas personas que van al gimnasio lo hacen por salud o por las consecuencias que sobre el cuerpo tendrá esa actividad física", comenta Lacalle. "La consecuencia de unos hábitos saludables sería la pérdida de peso; si es al contrario, y el propósito es adelgazar, partimos de un punto de restricción que puede derivar incluso en ansiedad". 

"Hay un mensaje estético de lo que es supuestamente positivo" (Montserrat Lacalle)

"Cuando el ministro Garzón habla de regular los productos con azúcar, menciona expresamente que uno de los objetivos es acabar con la obesidad infantil y esto es muy peligroso porque genera un estigma hacia niñas y niños gordos", crítica Lara Gil. "Me parece una medida muy importante, pero esa medida afecta a toda la población. ¿Necesitas señalarme para una medida general? También a la gente delgada, pero utiliza el miedo a la obesidad. Sería más interesante hablar de que la industria de la alimentación juega con nuestros cuerpos y nuestra alimentación es peligrosa".

En su Informe sobre Discriminación Coporal en el Trabajo, el profesor de filosofía José Luis Moreno Pestaña concluye que el capital estético, el adaptarse al ideal de belleza, condiciona el acceso a determinados puestos de trabajo. Para ello, recomienda una acción sindical orientada a remediar la discriminación corporal. "Cuando ves entrar a una persona gorda por la puerta de la oficina, ciertos prejuicios asentados operan contra ella, por ejemplo, el de si por no estar delgada será una persona descontrolada o descuidada", señala De Tena. Es decir, la gordofobia actuaría en todos los espacios, públicos y privados.

Cristina de Tena: "La obesidad es mi cuerpo, están señalando que soy yo el problema"

Desde el activismo gorde apuestan por empezar desligando las medidas para favorecer una mejor nutrición a combatir la obesidad. "Estaría genial que en los centros que traten temas de nutrición pongan simplemente nutrición y no nutrición contra la obesidad, porque la obesidad es mi cuerpo, están señalando que soy yo el problema, y no McDonald's o el azúcar, la industria", recalca De Tena. "Es complejo, pero, sobre todo, la publicidad debería tener una regulación en su mensaje al respecto de los cuerpos. Pero ya no es solo eso, son las series, las películas...", comenta Lacalle, al tratar el tema de la representación de los cuerpos diversos. "Tendríamos que ver dónde está la población vulnerable. Personas de riesgo, jóvenes... Detectar dónde las instituciones pueden actuar para hacer campañas preventivas o de detención precoz para evitar situaciones más complicadas como los trastornos alimenticios", termina. 

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