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Una familia del edificio quemado en València que lo ha perdido todo: "Estamos en 'shock', pero tuvimos suerte"

La familia tiene una hipoteca de 220.000 euros que tiene que seguir pagando mientras el seguro sólo les ofrece 100.000 euros: "No nos da ni para ir a vivir a ningún sitio".

Vista del edificio incendiado en el barrio valenciano de Campanar. —  REUTERS/EVA MANEZ
Vista del edificio incendiado en el barrio valenciano de Campanar. Eva Manez / REUTERS

Una pareja joven con dos niños pequeños que vivía en el edificio incendiado de València este jueves asegura estar en shock por el trauma vivido pero considera haber tenido suerte, porque en el momento del fuego no se encontraba en su vivienda.

La pareja, que tiene una hija de 4 años y un niño de 2, ha acudido este viernes al punto habilitado en las inmediaciones del inmueble para la recepción de donaciones puesto que la madre, Inga, estaba en el parque con sus niños y el padre estaba trabajando cuando se desató el incendio.

Según ha relatado Inga, no les dio tiempo a nada y se quedaron con lo puesto, por eso han acudido al punto de la empresa Valientes, que está recibiendo multitud de donaciones de vecinos desde este jueves.

"Estamos en shock, nos cuesta asimilar lo que ha pasado, la cabeza no te da para más, son muchos recuerdos", asegura la joven, que residía desde hace una década en la vivienda, en la undécima planta.

Inga señala que tuvo "suerte" de estar en el parque con sus hijos, donde recibió una llamada telefónica de su suegra (que vive enfrente y donde están alojados desde el jueves) informando de que se estaba quemando la planta octava.

En un primer momento, no se preocupó demasiado al pensar que los bomberos apagarían el fuego, pero inmediatamente volvió a recibir otra llamada de su suegra, que le dijo que ya se estaba quemando su casa.

Entonces fue corriendo con los niños, cogió el coche y cuando llegó al lugar, el edificio ya estaba en llamas y se quedaron "con lo puesto".

"Cada cosa que hablas se ha quemado", recuerda Inga, cuya hija llora al recordar sus juguetes y piensa que va a volver a su casa. "Gracias a Dios estamos vivos, piensa solo en eso", le dice Inga a la pequeña.

La joven está sorprendida por la cantidad de personas que están prestando su ayuda y que le han escrito mensajes para ofrecerle colaboración. "Nos están ayudando muchísimo", afirma.

La familia mantiene una hipoteca de 220.000 euros que tiene que seguir pagando pero el seguro les ofrece 100.000 euros, por lo que pide ayuda a las administraciones para resolver esta situación: "No nos da para pagar la hipoteca ni para ir a vivir a ningún sitio". 

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