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Actualizado:Hay quien cree que ya han pasado demasiadas primaveras desde la Guerra Civil y la dictadura franquista como para "reabrir viejas heridas" y contar lo que ocurrió, quiénes fueron las víctimas y quiénes sus verdugos. Es lo que pensaba Felipe González y así lo afirmó él mismo tras una visita a Chile en 2001: "Nosotros decidimos no hablar del pasado". Al fin y al cabo, ¿de qué sirve estar todo el rato pensando en "las fosas de no sé quién"?, como diría Pablo Casado.
La cultura del olvido se impuso durante la década de Gobierno felipista y la continuó de muy buena gana José María Aznar a los mandos de un PP que hasta logró vender a Manuel Fraga como un "demócrata infiltrado en el franquismo", cuando a su espalda cargaba, entre otras barbaridades, con el encubrimiento del asesinato de Enrique Ruano.
Pero también los hay quienes han pretendido contar la historia "de forma escueta, objetiva y rigurosa, sin clichés partidarios ni etiquetas fáciles", al estilo de Arturo Pérez-Reverte. Un enfoque en el que, sin embargo, "falta una amplia lista de verdades y ocultamientos por contar", tal y como han señalado Silvia Casado Arenas y Carlos Fernández Liria en una conversación con Público.
Es en este contexto en el que ambos profesores vieron la necesidad de explicar que lo que ocurrió en 1936, lejos de tratarse de "un enfrentamiento fratricida entre iguales, un conflicto lleno de dolor que tuvo su origen en los errores de unos y otros", fue "un golpe de Estado que intentó secuestrar la democracia. Un golpe que el pueblo español no aceptó y que produjo una Guerra Civil, que se convirtió en una matanza fundacional de lo que serían los 40 años de dictadura franquista".
Con la idea de poder hacer de contrapeso y poner de relieve la importancia de educar en la memoria democrática, Casado Arenas y Fernández Liria publicaron primero ¿Qué fue la Guerra Civil? y luego ¿Qué fue la Segunda República? Ahora, acaban de sacar ¿Qué fue el franquismo?
Una colección de libros ilustrados por David Ouro y editados por Akal de acuciante actualidad dirigida principalmente a los más jóvenes, "a los futuros y futuras ciudadanas", para que conozcan "aquellos hechos que apenas son abordados a nivel escolar, que son tabús, como los bebés robados o el papel que juega la Iglesia".
"En la academia todos estos temas se han investigado ampliamente. Sin embargo, desde las izquierdas no nos hemos dedicado a la divulgación. Lo hemos visto como si fuera una cosa menor. Quienes sí que se han dedicado a la divulgación son los equidistantes o la ultraderecha. Partiendo de este punto, lo que nosotros queríamos hacer en los libros es una especie de traducción de los grandes historiadores como, por ejemplo, Ángel Viña", explica Casado Arenas.
Durante muchos años la memoria ha sido una cosa privada, de puertas hacia adentro, "tú en casa contabas que habías estado en un campo de concentración, que te habían torturado, que tu padre o tu abuelo estaba enterrado en una fosa de la carretera de tu pueblo" y eso, señala la también historiadora, es lo que "debe cambiar". "Hay que evitar por todos los medios que la memoria muera con los testigos que nos la puedan contar", afirma.
Esta dinámica "ha tratado de silenciar la realidad atroz del franquismo que es fundamental que los jóvenes sepan", expresa Casado Arenas. "Que sepan conocer y apreciar bien lo que es una democracia, y sepan apreciar y conocer cómo se vivió en la dictadura. Sobre todo porque todavía vemos, como hemos visto en las últimas semanas, a partidos políticos, como Vox, o figuras políticas, como Isabel Díaz Ayuso, hacer uso de la palabra dictadura a la ligera para referirse al Gobierno actual de Pedro Sánchez", lamenta.
O lo que es "peor", a cientos de jóvenes saliendo a las calles a "ondear toda la mitología del franquismo". Por ello "es muy importante que se sepa, que se conozca que la dictadura fue contra los derechos humanos", apunta la escritora.
"Existen investigaciones magníficas en las que nosotros mismos nos basamos para escribir el libro, pero es que los jóvenes ya no solo se educan en la escuela, ni siquiera en los medios de comunicación, sino más bien en TikTok, en Instagram y en Youtube", argumenta Fernández Liria. "El problema es que tú coges YouTube y la mayoría de youtubers son de extrema derecha. Es impresionante, ellos hacen el relato", insiste el filósofo.
"Yo lo he notado en mis propias clases. Desde hace cosa de diez años, por primera vez, me discuten incluso que la Guerra Civil empezara en 1936 porque ahora lo que se dice en las redes sociales es que se desencadenó en 1934, a causa de un golpe de Estado que dio el Partido Socialista con la revolución de Asturias. Es un renacimiento de la hegemonía del franquismo sorprendente, es repetir su programa ideológico", expresa Fernández Liria.
Estos vídeos, asegura el profesor, están "llenos de mentiras" que poco a poco van calando. La tesis de que Hitler ganó las elecciones, cuando solo pudo obtener mayoría después de prohibir el Partido Comunista y toda la propaganda del Partido Socialista, o la idea de que Franco creó la Seguridad Social, cuando su origen está en el conocido Informe Beveridge y fue el Frente Popular quien la había universalizado, son algunos ejemplos de estos "tópicos".
En España "no se ha hecho un proyecto político" de memoria y de reparación, pero "nunca es tarde". "Hay que hacerlo y ahí la educación es fundamental. Pero también la formación de los profesores, que son los que enseñan. Todo esto debería estar recogido en una ley de memoria ambiciosa. Por el momento, estos libros intentan contribuir a frenar este retroceso democrático", detallan ambos autores.
"Contar la cruda realidad de la represión sufrida en los años 50 y 60, hablar del expolio y la expropiación continua que acometió el régimen, y poner de relieve el enorme trabajo de la resistencia, de aquellos y aquellas ciudadanas que se jugaron la vida por la democracia es imprescindible para saber de dónde venimos y valorar los derechos conquistados", afirma Casado Arenas.
"La transición, como sabemos todos, se pactó en un despacho, pero el verdadero empuje venía desde los sindicatos, los movimientos estudiantiles, las fábricas, las escuelas, el movimiento feminista. Los inicios de la democracia están en todas las personas que estaban en los márgenes de ese sistema político", declara Fernández Liria.
Legado que aportaciones literarias como su nuevo libro aspiran a grabar en la historia colectiva para, al menos, disputar el discurso a quienes, como expresa Francisco Espinosa, quieren ser "amos de la memoria y gestores del olvido".
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