El desprendimiento de retina es una afección ocular grave que puede impactar considerablemente la visión si no se trata de forma rápida y eficaz. Aunque no es tan común como otros problemas oculares, es esencial comprender esta afección para poder tomar medidas preventivas y estar alerta a los síntomas.
Esta patología ocurre cuando la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo, la retina, se separa de su posición normal, adherida al globo ocular. La retina es esencial para una visión clara, ya que convierte la luz en señales eléctricas que se envían al cerebro a través del nervio óptico. Cuando la retina se desprende, estas señales se interrumpen, lo que resulta en una pérdida parcial o total de la visión.
Lo que debes saber sobre el desprendimiento de retina
Existen varios tipos de desprendimiento
Esta condición puede presentarse de distintas formas, aunque hay tres tipos principales. El regmatógeno, que es el más frecuente y se produce por un desgarro o rotura en la retina.
Otro es el traccional, que está asociado a retinopatías como la diabética, donde la tracción anormal del vítreo provoca una separación en la interfaz retina-coroides. El tercero es el exudativo, que no involucra roturas, pero sí acumulación de líquido subretinal (exudado) que eleva la retina de forma espontánea.
Es clave reconocer los síntomas a tiempo
Es esencial prestar atención a los primeros signos de alerta como destellos de luz, la aparición súbita de pequeños puntos que se mueven en el campo visual (moscas volantes) o el aumento de manchas oscuras y sombras.
Estos síntomas indican que la retina se está desprendiendo del ojo. No los ignores pensando que desaparecerán. Busca atención médica de inmediato, la pronta detección y tratamiento son claves para prevenir una pérdida permanente de la visión.
Es una urgencia médica
Esta condición se considera una urgencia médica, ya que amenaza la visión y requiere tratamiento inmediato. Si la retina se separa del tejido subyacente del ojo, existe el riesgo de que las células de la retina empiecen a morir a medida que se priva de oxígeno y nutrientes.
Cuanto más tiempo permanezca la afección sin ser tratada, mayores serán las posibilidades de daño permanente e irreversible. Es por esto que ante cualquier síntoma que indique un posible desprendimiento se debe acudir a la visita oftalmológica de urgencia. Los expertos recomiendan un tratamiento durante las primeras 24 horas desde el inicio del desprendimiento. Cuanto más rápido el diagnóstico y tratamiento, mayores son las probabilidades de recuperación visual.
Hay diversos factores de riesgo
Existen varios factores que aumentan las probabilidades de sufrir un desprendimiento de retina. Uno de ellos es padecer miopía severa. A mayor grado de miopía, mayor será el riesgo. Esto se debe a que los ojos altamente miopes tienen un globo ocular alargado, lo que ejerce mayor tensión en la retina y la hace más susceptible a separarse de las capas internas del ojo.
La edad y los eventos traumáticos que causen un fuerte impacto en el ojo, especialmente en la zona posterior del globo ocular, también pueden ocasionarlo. Asimismo, quienes hayan sido sometidos a cirugías oculares como la de cataratas o para tratar otro desprendimiento de retina previo, tienen mayores probabilidades de sufrir una recidiva.
Toma precauciones si tienes antecedentes familiares
Contar con familiares de primer grado que hayan padecido un desprendimiento de retina previamente aumenta significativamente el riesgo para ti. Si este es tu caso, es importante adoptar medidas preventivas como mantener un estilo de vida saludable, con un peso adecuado, dieta balanceada, ejercicio regular y no fumar. Esto ayuda a disminuir los factores de riesgo generales.
También es importante evitar eventos traumáticos en los ojos mediante el uso de protección adecuada durante actividades deportivas de contacto o el trabajo con maquinaria pesada. Otra recomendación es acudir al oftalmólogo cada 6-12 meses.
No subestimes la importancia de ir al oftalmólogo
Los exámenes oftalmológicos regulares son fundamentales, especialmente si tienes factores de riesgo. Estos permiten encontrar cualquier anormalidad en etapas iniciales cuando el pronóstico y tratamiento suelen ser más favorables.
Detectar cualquier señal tempranamente puede marcar la diferencia entre conservar una buena agudeza visual o quedar con secuelas. También puede prevenir daños permanentes en la visión.
Existen diversos tratamientos para esta condición
En caso de presentar un desprendimiento de retina, la intervención quirúrgica suele ser necesaria para reparar y evitar daños permanentes en la visión. El procedimiento más común es la vitrectomía, donde se retira el vítreo opaco del ojo y se sustituye por gas o aceite de silicona con el fin de sellar el desprendimiento.
Otra opción es la retinopexia, durante la cual se aplican láser o criopexia en los bordes del desgarramiento retinal para causar adherencias y lograr la reunión de los tejidos, así como la cirugía escleral, la cirugía clásica, que implica colocar normalmente un cinturón de silicona alrededor del ojo. Conociendo estos tratamientos, estarás mejor preparado para tomar decisiones informadas en conjunto con tu oftalmólogo.
La rehabilitación después de la cirugía es fundamental
Aun cuando la cirugía para tratar esta condición haya sido exitosa, es muy importante realizar los ejercicios de rehabilitación visual posteriormente indicados por el oftalmólogo.
Luego de una intervención así, la visión puede tardar semanas o meses en estabilizarse completamente. Por ello, es crucial participar activamente en actividades como ejercicios para fortalecer los músculos oculares, estímulos con tarjetas y prácticas para mejorar la agudeza visual. Cada sesión de terapia ayudará a recuperar la funcionalidad ocular de manera óptima.
Los niños y jóvenes también pueden verse afectados por esta condición
El desprendimiento de retina se presenta con mayor frecuencia en adultos, especialmente mayores de 60 años. Sin embargo, los niños y adolescentes también pueden verse afectados, usualmente como resultado de trauma severo u otras condiciones oculares.
Por ello, los padres deben estar alertas a cualquier queja de algún problema visual por leve que parezca e inmediatamente programar una evaluación oftalmológica. En niños con factores de alto riesgo, como miopía grave o antecedentes familiares, se aconseja chequeos regulares. Y es que detectar un desprendimiento en etapas tempranas en este grupo etario puede ser aún más crucial para preservar su agudeza visual a largo plazo.
Busca asesoramiento médico
No ignores cambios en tu visión. Cuidar activamente de tus ojos implica estar atento a señales de alerta y acudir sin duda a un especialista para su evaluación. Solo un diagnóstico profesional podrá determinar si se trata de algo insignificante o de una afección como el desprendimiento de retina, que puede comprometer seriamente tu visión si no es tratada a tiempo.
Estar informado sobre esta condición y tomar medidas preventivas son esenciales para preservar la salud visual. Adoptar un enfoque proactivo, reconocer los síntomas, comprender los factores de riesgo y buscar atención médica oportuna son pasos fundamentales para enfrentar esta condición ocular.
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